1: «Liam Thompson alias cresta de gallo»

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1: «Liam Thompson alias cresta de gallo»

-¡Kelsey! ¡Kels!-Oí a alguien llamándome.
Desearía que mi despertar de cada mañana de instituto fuera como en los típicos clichés, en donde la tenue luz se colaba por la ventana, y yo me despertaba tranquilamente.
Pero claro, soy Kelsey Miller, y tengo un repelente hermano mayor, James Miller.
Su conocida risa burlona, su cabello recién peinado y una ropa moderna y sexy, se hicieron presentes en mi "tranquila" habitación, pero desgraciadamente lo que le quitaba más encanto (por mi opinión en este instante), era aquel cubo con aquella cosa con pinta de ser pegajosa.
Ó sea, ¿qué coño? Parecía que en cualquier momento se podría mover y comerme.
Bueno, ésto último no, pero hay que admitir que molaría.
Eso no podría ser normal.
James podría tirarme agua helada, hielo, ¡pero no! Tenía que ser esa mezcla viscosa y asquerosa. ¿Qué mierda le habrá echado este pequeño satán?
Hice una mueca asqueada y a la vez bastante enfadada.
-¡JAMES MILLER!-Chillé empapada de aquella sustancia.
Él me sonrió por última vez antes de salir de mí habitación para protegerse.
Una parte de mí no quería moverse por lo que tenía encima.
Mierda.
Después debía limpiar yo este desastre, pero lo limpiaría James con su jodida lengua y un espantoso vestido, yo me encargaría de ello.
Recuerda que te quiero, hermanito, pienso irónicamente.
Oh sí, la venganza se sirve fría.
Salí de mí cómoda cama y corrí detrás de él maldiciendole de mil formas diferentes.
—¡Como te coja, aquella carita linda que usas como cebo para ligar, será repelente para las putas!-Chillé cogiéndolo de la camiseta.
Digamos que nos llevamos muy bien, ¿cierto?

Él era popular en el instituto, por lo que yo también, pero no por ése motivo.
Me llaman la 'Loca posesiva' Alias Kelsey.
Pero vamos, no soy tan posesiva.
A veces.

No, no soy la típica rubia de ojos azules que... Bueno, eso sí que soy, pero no soy egocéntrica como... Joder, está bien, eso pues sí.
Soy... ¿Tímida? ¿No? ¿No cuela? Vaya.
Sonreí victoriosa ante la mirada derrotada de mí hermano.
La venganza se sirve dulce, muy dulce.

—¡Mamá! ¡Dios mío! ¡Ayuda! ¡Ayuda!—Grité esperando la respuesta de mí madre la cual apareció algo asustada.
—¿¡Kelsey!?—Dijo preocupada buscando algún peligro.
—James hoy a "dormido" con una chica aquí mientras trabajabas. Se oía mucho lo que hacía mi hermano con aquella desconocida, hasta la señora Bough vino a quejarse.
Y yo no pude dormir bien, mami.—Hice un falso puchero mientras ponía mi mejor cara de: "No rompo ni un plato".
Ella abrió mucho los ojos y éstos ardieron haciendo ver que estaba enojada.
Quizás, muy enojada.
—¡JAMES WILLIAM MILLER!—Chilló eufórica.
Reí mientras desayunaba tranquilamente.
—Mamá, ten cuidado con las sábanas.—Grité y eso hizo que explotara aún más.
Oh, aquí va a arder Troya.

Desayuné antes de prepararme para ir al instituto.
—Kelsey, tendrás que ir tú sóla hoy al instituto. Tú hermano tiene unas cosas que arreglar aquí.—Se gira hacia él con una miradmirada fulminante.
Solté varias carcajadas.
—S-sí, vale.—Dije entre risas.
Se supone que una hermana normal no se reiría de su hermano mayor, si no que estaría preocupada un poco por el castigo que ella misma ha ocasionado.
Digamos que no soy normal.
—Maldita niña del diablo.—Murmura James algo cabreado.
Le lancé un beso desde la puerta de la salida y me marché con los auriculares puestos escuchando a Lana Del Rey.
«Ultraviolence» resonaba en mis oídos, por lo que "tatareé" "bajo" la canción.
Y de repente cuando llegue a la entrada del instituto, sentí un gran golpe rompiéndome el cráneo, mientras sentía varias patadas en mi estómago, con el ácido en mis pies y...
—¡Kelsey!—Gritó el Director Brow interrumpiendo mi historia.
—¡Ya venía lo mejor!—Bufo.
—¡Estabas exagerando!—Suspira.— Tampoco queríamos saber cómo era tu despertar y lo que le ha hecho al Joven Miller... Pobre chico.—Dice.
—Vaya, yo que creía que os lo estabais pasando bien.—Suelto irónicamente, por lo que el Director me fulmina con la mirada.
—Liam, cuente su parte de la historia ocurrida.—Suspira cansado dirigiéndose hacia el dios gri- chico feo.
Sonríe burlón y asiente.
—Jugaba en la entrada del instituto con mis amigos inocentemente, no pretendíamos dar—Chillo de repente.
—¡MENTIROSO!—Lo fulmino con la mirada.
—Señorita Miller, como vuelva a interrumpir al Señor Thompson recibirá el doble de castigo.—Frunce el ceño.
—Está bi- espera, ¿cómo que el doble de castigo? ¿¡Me va a castigar por ser casi asesinada por un chico con su ridícula cresta de gallo!?—Exclamo apoyando mis manos en la mesa, y tan fuerte las puse que derramé el café... Encima del Director.
—Oops.—Sonrío inocente.
—Estúpida.—Se burla el "Chico estúpido con una ridícula cresta de gallo".
—Cállate, chaval con síndrome de gallo.—Bufo.
—¡KELSEY MILLER, QUEDA CASTIGADA TODA LA  SEMANA PRÓXIMA!-Grita enfurecido.
Suspiro rendida.
—Repito, estúpida.—Tatararea Liam riéndose.
—Y tú, también.—Lo señala.
—¡Já! Ahí tienes, idiota.—Le enseño el dedo del medio victoriosa.
—Váyanse.—Se dispone a limpiar el desastre.
Asiento y salgo del despacho.
Siento como el chico nuevo me persigue.
—¿Qué coño quieres?—Ruedo los ojos girandome hacia él.
Sonríe negando con la cabeza y se marcha.
Le observo marcharse confundida.
Lo que yo te diga, el retraso en este chico es insuperable.
Me encojo de hombros y voy a mi segunda clase.
Como la primera hora estuve en la Oficina del Director, me escaqueé de matemáticas.
Yo lo sabía, Dios me ama y esto es así.
Toqué la puerta del aula y la profesora de biología me miró de arriba abajo con sus mini-gafas.
¿Cómo y por qué se pone esas gafas tan pequeñas?
—¿Señorita Miller? ¿por qué su retraso a la clase?—Dijo ante las atentas miradas de todos.
—Pues mira, es algo divertido.
Estaba yo tan...—Oí una risa burlona bastante conocida.
—Estabamos en el despacho del Director, Señora Bennet.—Sonríe Liam encantadoramente apareciendo detrás mía.
¿Éste está en mi misma clase? WHAT.
¿¡Desde cuando!? ¡Si yo siempre estoy atenta a todo lo que ocurre en esta clase!
Bueno, menos esa vez... ¿O fueron dos? quizás unas cuantas veces me he quedado dormida en esta clase.
Pero eso no es excusa a esto.
—Oh, Liam Thompson, ¿cierto?—Le sonríe la profesora amablemente.
—El mismo.—Me aparta "delicadamente" para pasar.
Lo fulmino con la mirada.
—Patán con una estúpida cresta.—Murmuro rodando los ojos.
—Como veo que eres nuevo y es tu primer día, te dejo pasar. Y tú, Miller, a ti también por que estabas con el Director al igual que él.—Nos dejó sentarnos.
Y sólo había dos sitios libres, casualmente uno al lado del otro.
Ay yisus, ¿todo lo malo viene para mí? ¿A caso soy tan mala? ¡Juro no volver acusar a mi hermano! Bueno, pensándolo mejor eso no, pero quizás otra cosa sí.
Dije quizás.
—Parece que seremos compañeros en esta clase, Kelsey.—Sonríe sin mostrar su blanca dentadura.
—Para mi desgracia, por supuesto.—Bufo.
—No lo creo. Es más, deberías estar alagada, ¿no crees?—Se burla.
—Ya sabía yo que tú tienes más retraso del que aparentas.—Sin contener la risa, me empecé a reír descontroladamente sin darme cuenta de que toda la clase me observaba.
Junto con la profesora de biología.
—¡Miller, fuera!—Grita.
—E-espera, espera.—Me tranquilizo y recojo mis cosas
Bueno, más bien cojo mi vacía mochila y salgo ante la triunfante mirada de Liam.
Oh, éste me las va a pagar.
Muy caro.
No me dicen la 'loca' por nada.

•El playboy es mío• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora