Ese día yo me asuste, creí haber visto un fantasma, estaba todo oscuro pero al fondo de él desván había una luz, corrí a ver que era pero...
¡No había nada! La luz se apago y se escucharon unos pasos ¿que podría haber pasado? Me pregunte yo a mi misma.
Mi madre me llamaba para cenar pero yo seguía pensando en que podía haber pasado, al día siguiente a la misma hora volví y la luz estába encendida, me asuste tanto que empecé a gritar pero una mano me tapo la boca y me dijo con voz ronca "vete y no vuelvas" yo estaba asustada y no sabía que hacer así que salí corriendo de allí.
A la semana me seguía preguntando que podía haber pasado allí arriba, subí, pero la luz no estaba allí ahora estaba al otro lado, para no asustarme encendí la luz del desván y me acerque allí y cuando llegué...
Había sangre que podía haber pasado allí salí corriendo y baje abajo se lo conté a mi madre y no me creyó, las dos subimos arriba pero cuando se lo iva a enseñar...
La sangre ya no estaba y no había ni rastro de la luz ¿que podía haber pasado?
- Mama te lo juro es todo verdad- le dije yo - si si claro vamos vete a la cama a dormir mañana te levantarás mejor-