Tan solo había cerrado sus ojos dos segundos y la luz se hizo presente en la habitación, por suerte estaba solo así que se levantó para ver con detalle la habitación.
El aroma a hot cakes no tardo en llegar a la recámara, sigilosamente fue hacía la cocina en busca de el proveniente de ese delicioso aroma. Casi se cae de cabeza al ver casi una montaña de hot cakes, tomo un plato que se encontraba en alguna parte de la mesa y se llevó algunos dispuesto a no socializar almenos hasta que se adaptara a ese nuevo ambiente.
—¿Ni un beso de buenos días?.- Jaehyuk volteó hacia la dirección de Asahi, aún con un sartén en las manos.
—¿Y qué, me vas a golpear con eso?.-
Salió de ahí antes de que recibiera respuesta, no tenía ganas de hablar con nadie durante 10 años si era posible, y es que había despertado de malas, todo lo que alguien dijera, sin importar que cosa, podía hacerlo perder el control de todas sus emociones.
Regresó a su habitación y se hizo bolita, quería dormir de nuevo, quería dormir para siempre y despertar en 10 años cuando nadie lo recuerde lamentablemente eso era imposible. Cada día se sentía peor que antes y solo quería un abrazo y un "te quiero, todo va a estar bien".
Quería volver a tener una vida normal con sus amigos y familia pero
Eso no se podía, almenos no por ahora
Ya casi cabeceando un sonido fuerte lo distrajo he hizo que inmediatamente perdiera el sueño, quería romper todo lo que veía, lamentablemente ese lugar no era suyo y le costaría el dinero de sus ahorros reparar o cambiar lo que había roto.
El sonido de un vinil siendo colocado fue lo que lo distrajo, se sorprendió al ver tal aparato de música, pensaba que ya no existían. Se empezó a escuchar una canción que no distinguió de inmediato, no tuvo que pasar mucho tiempo para que el japonés cayera rendido en su cama mientras escuchaba esa canción que le parecía tan depresiva que quería tirar el toca discos por la ventana.
—Quita eso por favor.- reclamó envolviendose en su sábana como burrito.-
—¿Por qué?.-
—Por que yo lo digo.-
Jaehyuk no le hizo caso y se acostó a un lado de el mirándolo fijamente a los ojos.
—¿Me odias?.- dijo con un tono de voz casi inaudible, el japonés si logró escucharlo solamente que no quería responderle
Ni el mismo sabía la respuesta.
Asahi se atrevió a girarse a la dirección de el mayor quedando frente a frente. Su cabello estaba levemente mojado, este cubría su frente y cejas, sus mejillas estaban un poco teñidas de rosa y sus labios se veían esponjosos, quería colocar un dedo en los labios contrarios para descubrir si eran como el pensaba, sonrió un poco al imaginarse en esa situación.
Sin embargo descartó esa idea, no quería que la cosa se volviera más incómoda de lo que ya era.
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