Capítulo 1: La sangre marca el destino

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Mi mente es un campo de batalla donde el sin sentido está ganando terreno por dejarme llevar por los juegos del deseo y la intriga. A la vez la lógica y el sentido común me gritan que me mantenga al margen de las disputas de la familia del dragón, pero es inútil ir contra mi deber y naturaleza.

¿Cómo me puedo mantener alejada? Si es que hace unos años tan solo era un cachorro de lobo que estaba a la merced de venenosas víboras, sin embargo ellos me dieron un lugar a su lado ¿Cómo podría mantenerme apática? Mi lealtad, mi gratitud y mis mejores pensamientos son suyos eternamente, pero eso no significa que sea una aduladora ciega los errores de la corona.

El destino me ha dado una misión para redimir mis pecados, o eso deseo creer ¿Qué ganaré si es que no hay un propósito divino detrás de esta aventura? Absolutamente nada, "Solo busco lo mejor para el Reino" es mi justificación racional, cuando en realidad en el fondo; mi corazón es el que dicta mis acciones, porque solo deseo protegerlos del destino que están tejiendo con hilos de resentimiento y sangre.

La vida me marca un camino que se ha alineado con la necesidad de volver a juntar caminos con quien alguna vez fue mi mayor confidente, y el sueño frustrado que representa, pues resultó ser una vil serpiente. Últimamente cada risa que escucho hace que me cuestione si todavía conservo la cordura ¿Por qué me molesta tanto ver a esas mujeres riendo como hienas cerca de ese detestable príncipe? Mi misión es cazar las alimañas que merodean el trono de hierro, pero Aemond no es bueno para nada y es un enemigo del que me tengo que cuidar, ya que confunde mi mente desde mi retorno a Desembarco del Rey. Me hierve la sangre del solo imaginar su sonrisa altanera si es que el llegara a ganar en este juegos y menos quiero pensar en cuando se percate que todavía lo deseo y cada día con más fuerza porque no puedo tenerlo.

Oh, Aemond Targaryen como detesto que seas un objetivo...

¿Cómo he llegado a este punto?

No importa la respuesta pues mi misión es clara, y la última palabra la tiene mi espada.

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(Narrador Omnisciente)

Hace 7 años en Desembarco del Rey

Era un nuevo día en la Capital. Como era costumbre la princesa Helaena Targaryen caminaba por los jardines reales, pero ahora la acompañaba la nueva comidilla de la corte; Elaris Stark. Era un espectáculo para los presentes ver a la princesa de pocas palabras conversar animadamente con alguien que no sea de su núcleo familiar

— La princesa encontró un nuevo bichito con quien jugar— comentó con veneno una de los 29 vástagos de Lord Jasper Wylde, Consejero de Edictos — ¿No les parece adorable? — añadió seguido de una risa maliciosa que rápidamente se contagió a las doncellas a su alrededor rieron, y luego hicieron una reverencia ante el nuevo dúo.

La escena no era nada a lo que Elaris no estuviera acostumbrada, solo era un nuevo día donde Elaris se mordía la lengua, relajaba sus manos y sonreía cordialmente a gente que no lo merecía. Mientras ella mantenía su máscara de ignorancia, esperaba que la princesa Helaena se percatara de la ofensa y le diera paso para responder con impunidad, pero eso no sucedió.

En Invernalia nadie era tan tonto o suicida para atreverse para ser tan descarado con ella, pues su padre o su hermano Cregan, siempre estaban a su lado. Todo ya era distinto, ella estaba sola a miles de kilómetros de su hogar buscando formas de honrar a su casa. No podía darse el lujo de responder o provocar un escándalo, puesto que su tío no tardaría en comprometerla con un Lord viejo que solo la vería como un pedazo de carne.

—  ¿Lady Elaris? — dijo Helaena sacándola de sus pensamientos — Es tiempo de que vaya a estudiar valyrio con mis hermanos.

— Oh, está bien, su alteza— respondió con una sonrisa apenada y se inclinó — Como siempre ha sido un gusto estar a su lad...

—  En realidad quisiera que me acompañaras, siempre y cuando usted lo desee — La peli plateada la miró con curiosidad unos segundos a los ojos a la norteña.

— Me encantaría acompañarla, pero ¿Está segura que puedo asistir con usted? — Elaris tenía sus dudas sobre ir, puesto que había escuchado que los príncipes eran molestos y arrogantes.

— No será ningún inconveniente, te lo aseguro. Además si mi hermano puede asistir tambaleando y apestando a alcohol ¿Por qué no podría yo asistir con mi amiga? — Lo que no sabía la princesa es que este pequeño gesto sería un punto de inflexión para el destino de todo Poniente.

(...)

La reina Alicent Hightower caminaba por su habitación intentando entender ¿Por qué la primera amiga de su única hija era una sucia bastarda de la casa Stark? Conocía los rumores que la esposa del recién fallecido Lord Rickon Stark era una gran amiga del perverso Daemon Targaryen. Si el príncipe canalla fue capaz de matar a su primera esposa, y seducir a su sobrina cuando apenas era una adolescente, no era difícil imaginar que sería capaz de meterse con una mujer casada. Casi parecía que los Dioses disfrutaban de como Daemon de alguna forma u otra perturbaba la vida de la pelirroja.

—  Buenas tardes, Madre — El príncipe Aemond se asomó por la puerta— Me mandaste a llamar ¿Qué sucedió? — dijo con serenidad forzada puesto que el rostro de su madre mostraba angustia.

—  ¿Sabes dónde está tu hermana?

— En sus clases de baile junto a Lady Elaris — El príncipe respondió extrañado pues Helaena seguía una rutina que su madre conocía a la perfección.

—  Como suponía — Con gentileza tomó las manos de su hijo— Mi niño, eres al único en el que confío para una tarea ¿Estas dispuesto a ayudarme? — El niño asintió con determinación— Necesito que pongas especial atención en la pequeña Stark. Quiero asegurarme de que no lastime a tu hermana ni la desvíe del camino de los Siete. ¿Me entiendes?

— Entonces ¿Deseas que vigile a Elaris?

— No, hijo mío — Alicent sonrió ante la dualidad entre la responsabilidad e ingenuidad de su hijo de 12 años— Deseo que te hagas cercano a ella y conozcas la naturaleza de sus intenciones.

El príncipe aceptó sin más explicaciones, el confiaba en la intuición de madre e haría todo lo que estuviera en su poder para proteger a los suyos. De todos modos era una buena forma de salir de la rutina, ya que él se encontraba muy intrigado por la muchacha de apariencia etérea que había causado envidia en muchas jóvenes en la Fortaleza Roja. No le sorprendería que hasta la misma heredera al trono, Rhaenyra, anhelara que alguno de sus bastardos luciera como la preciosa Lady Elaris. Entre la emoción y nerviosismo sus pensamientos divagaban entre lo que sabía, lo que desearía saber y cómo debería acercarse para cumplir su misión. Primero, deseaba preguntarle si su nombre tenía origen Valyrio o en algún otra lengua que él desconocía ¿Por qué sus padres le pondrían un nombre tan extraño? ¿Acaso su sentido de lo apropiado se les olvidó al escoger un nombre?

— Elaris.... Elaris.... Kirimvose zaldrīzoti

Luego que razonar se dio cuenta que esa pregunta no era tiempo de esa pregunta pues podría incomodarla. Pronto, el príncipe se entristeció al pensar que con tan solo 11 años ella había perdido a su madre, su hermano menor y su padre. Le era inevitable ponerse en esa trágica situación; En sus recuerdos más tempranos su padre, el Rey, siempre tuvo complicaciones con su salud, pero siempre vio la muerte como una posibilidad distante.

"¿Acaso sufriría si padre muriera mañana?" Se preguntaba, pero surgió otra pregunta en forma de respuesta:

"¿Acaso mi padre sufriría si mañana yo muriera?"

Por otro lado, al pensar en la muerte de alguno de sus hermanos un gran vacío se formaba en su pecho. Puede que Aegon fuera un patán, Heleana pareciera vivir en su propio mundo, y Daeron de quien no sabía mas que sus sensibilidad por la música; el pequeño Aemond sin pensarlo daría su vida por ellos. Asimismo, pensar en que algún día él tendría que decirle el adiós eterno a su madre lo devastaba. El anhelaba poder ser más que un príncipe sin dragón para así poder cuidar y hacer feliz a su progenitora todo el tiempo que les restará juntos en la tierra. 

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La segunda temporada me revivió las ganas de escribir y me dejó sentimientos mixtos ¿Qué opinaron del final de temporada?

Amo leer sus comentarios, y sus estrellitas me motivan mucho

Infames| Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora