Capítulo 4

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Estaba llorando mientras abrazaba una almohada, pensé en lo que ocurrió el Jueves anterior, ya es Domingo y sigo llorando por aquella situación, todo el fin se semana me reuse a salir de mi casa, mis amigos notaron que estaba raro pero no les dije nada, no quería escuchar sus platicas acerca de lo idiota que soy.

Estaba con unos pans negros y sin camisa, eran las dos de la tarde de aquel domingo y yo seguía tirado en la cama llorando, me estaba quedando dormido pero escuche el timbre sonar, pensé que era Jungkook o Jimin por lo que pensé en no abrirles pero al final solo suspire y camine a la puerta, antes de abrirla ordene un poco mi cabello y luego la abri.. Joder por que ahora.

- Hola Jin –dijo Namjoon–

- Oh, hola –hice una reverencia y lo mire–

- ¿Te desperté? –preguntó–

- No para nada, estaba viendo una serie –respondí–

- Bueno, vine por que me pediste ayuda con tu tarea y hoy tuve un día libre así que vine, ¿esta bien? –preguntó–

- Oh, si claro, está bien –sonreí poco– Bueno pasa –me hice a un lado y el paso–

- Gracias –dijo mientras pasaba y dejaba su mochila en el suelo–

- Siéntate –dije cerrando la puerta–

- Gracias Jin –dijo y se sentó en un sofá–

- ¿Quieres un vaso de agua, jugó, refresco o algo? –pregunte y me acerque a el–

- Un vaso de jugó está bien –respondió–

- Enseguida –sonreí y entre a la cocina–

Cuando entre a la cocina suspire para luego arreglar mi cabello, maldición me había encontrado hecho un desastre, estoy en pans, sin camisa, sin peinar y son las dos de la tarde, tome rápido un vaso, luego servi jugó en este y salí de la cocina para darselo.

- Toma –dije extendiendo mi mano con el vaso en esta–

- Gracias –dijo con una pequeña sonrisa y tomó el vaso–

- Iré por mis cosas, mientras puedes quitar tu sudadera para tomar las medidas –dije–

- Bueno –respondió y le dio un trago a su vaso–

Camine hasta mi habitación y cerré la puerta, corri a tender mi cama para luego ponerme tenis, busque en mi clóset y me puse una playera gris que tenía votada, me acerque al espejo y arregle un poco mi cabello, luego tome mis cosas y regrese a la sala para verlo quitándose la sudadera.

- Listo –dije–

- Bien, tú me dices que hacer por que... Es la primera vez que hago esto –dijo–

- Si claro, solo parate aquí –dije mientras quitaba la mesa del centro y ponía en esta mis cosas–

- Okey –respondió y se colocó donde le dije–

- Tomaré tus medidas, ¿esta bien? –pregunte mientras sacaba la cinta métrica–

- No se que es eso pero supongo que esta bien –respondió–

Me agache para tomar la medida de sus piernas, luego me levante para tomar la medida de su cadera, al hacer esto levante un poco su playera, al notar esto la baje rápido y tome una libreta para anotar las medidas.

- Ahora tomaré medidas de la parte superior –dije–

- Bien –dijo–

Con mis brazos y la cinta rodeé su cintura para tomar sus medidas, al hacer esto casi lo abrace pues el era más grande que yo, luego tome las medidas de su pecho y luego las de sus brazos, seguí tomando medidas cuando por accidente quedamos frente a frente, el era más alto pero aún así pude apreciar su rostro más de cerca, al hacer esto mi corazón se aceleró pero mi cerebro trataba de entrar en cordura y antes de hacer alguna tontería me agache para anotar las medidas.

- Ya puedes sentarte –dije mientras escribía las medidas–

- Bien –se sentó en el sofá y tomó el vaso de jugó para darle un trago–

- Si quieres puedes irte, ya solo me queda hacer el traje, solo quería tus medidas, cuando lo tenga vienés para probartelo –tome la libreta entre mis manos y lo mire–

- No, quiero ver como haces el traje

- ¿Seguro?... No es necesario que te molestes

- Seguro, en mi vida e visto como hacen un traje y me da curiosidad

- Bueno... Entonces vamos a mi estudio –señale la última puerta del pasillo y comencé a caminar–

Escuchar sus pasos detrás de mi hizo que sintiera como el pasillo se hacía largo, sentí que pasó una eternidad antes de poder llegar a la puerta, cuando finalmente llegamos le abri la puerta y el paso, cuando entró miro a todos lados, comenzo a caminar por toda la habitación mientras tocaba las telas que tenía colgadas, parecía un niño en una juguetería o un artista en un museo, sus ojos viajaban por toda la habitación impresionado por aquellas cosas que supongo desconocida, cerré la puerta y deje la libreta en una mesa para luego mirarlo.

- ¿Pasa algo? –pregunté–

- Nunca había visto tantas telas.. Tantas decoraciones... Es fascinante –respondió–

- Es la habitación en la que guardo todas los materiales que ocupó para la escuela –dije–

- El traje es para mi asi que supongo que puedo escojer la tela –dijo–

- Pues... Supongo que si, escoje la que quieras

- Son tantas.. –su vista viajó por toda la habitación– pero quiero esta –dijo tomando una de las telas que menos me gustaba–

- ¿Seguro?, el diseño es muy básico, es de las telas más básicas –dije–

- La tela puede ser básica, pero cuando algo no te gusta puedes decorarlo y moldearlo para que te guste y le guste a alguien más, eso es lo que vuelve extraordinario a algo –dijo–

- Tienes razón... –pensé en sus palabras y mire al suelo–

- Bueno, quiero esa tela y que la decores con esto –dijo señalando algunas cosas–

- Esta bien –tome todas las cosas que dijo y me senté en mi mesa de trabajo– puedes poner música en la computadora que esta ahí –señale mi escritorio– siéntate en la silla del escritorio y mirar si eso quieres –abri la libreta y comencé a trabajar en el diseño–

- Bien –dijo–

Puso algo de música en la computadora, luego se sentó en la silla y como era de ruedas la arrastro hasta quedar a un lado de mi, apoyo sus codos contra la mesa para recargar su cabeza en sus manos y observarme, me sentí tan nervioso por aquellas acciones pero aún así trate de concentrarme en el diseño.

Pasaron unas horas y termine el diseño, el en todo momento observo lo que hacía, en ningún momento se movió de aquella silla. Cuando terminé lo mire y suspire.

- Termine el diseño, ahora comenzaré a confeccionarlo –dije–

- Quiero ver eso –dijo–

- No lo terminaré hoy, ¿seguro que quieres quedarte? –pregunté–

- Si, quiero ver lo que avances, no importa si no lo terminás –respondió–

- Bueno, entonces comenzaré –dije.–

Enseñame a odiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora