Un lugar extraño para poner una calle.

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Rodrigo estaba caminando una tarde hacia la casa de su hermano después de pasar la mayor parte del día en su casa jugando juegos al ordenador hasta que su madre le dijo que fuera a saludar a Marius. Había pasado al menos un mes desde que vio a su hermano, desde que finalmente decidió mudarse con su nueva novia. Y si, seguro, ella era agradable y todo lo que tú quieras, pero todavía estaba un poco enfadado con ella por hacer que su hermano se mudara.

Caminó rápidamente por las calles de su pueblo, quería volver para su casa lo antes posible. Estaba a punto de ganar el nuevo juego que acababa de comprar y si lo acababa pronto podría ir a presumirlo a sus amigos. Sí, ama a su hermano, pero tenía cosas más importantes que hacer, además, no era como si le permitieran ir a dormir a su casa ni nada, solo necesitaba saludarlo y regresar.

Queriendo llegar a casa lo antes posible, miró alrededor de la calle en la que estaba para encontrar una manera más fácil y rápida de llegar a la casa de Marius. Vio una calle que parecía que estaba conectada con la calle justo al lado de la de su hermano. Caminó por la primera casi sin miedo, aunque sí que vio que estaba oscureciendo un poco, no estaba tan oscuro como por la noche, pero aun así parecía que eran alrededor las 6 de la tarde.

Cuando él pasó por la segunda, casi parecía que estaba en un callejón sin salida, pero luego vio la calle de su hermano a la derecha, justo al final del callejón. Eso es un lugar un poco extraño para poner una calle, él pensó, pero no le importó mucho. Honestamente, estaba un poco asustado, pero no le prestó mucha atención a su alrededor y fue directo a su destino.

Casi... casi puedo saborear el dulce sabor de la victoria, pensó, casi babeando... distraído, sin prestar atención al hecho que estaba a punto de pisar una enorme botella. Una botella FRÁGIL, hecha de CRISTAL. Llenada hasta el borde con un líquido extraño hecho con quien sabe qué. No se dio cuenta hasta que un gran "CRACK!" resonó por la calle, lo último que sintió antes de desmayarse fue como el viscoso líquido trepaba por su pie.

La aventura viscosa de Rodri.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora