UNTOUCHABLE ⁱˢᵃⁱᵃʰ ©

009 ▪︎ La protegeré con mi vida.

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Baje las escaleras casi corriendo cuando escuche la voz de mi padre y la de los chicos. Tomé aire antes de pasar al salón donde ellos estaban, fingiendo que necesitaba ir hasta la cocina por una taza de té, pero realmente solo quería ver que había pasado y donde habían estado metidos.

—Buenas noches, papá.—Sonreí al aparecer por el marco de la puerta. Él me sonrió y se acercó a darme un pequeño abrazo, dejando un beso en mi cabello.—¿Donde estabas?—Pregunte con inocencia y mi mirada se concentró disimuladamente en isaiah, que tenía su camisa manchada con sangre.

—Resolviendo algunos asuntos, princesa. No tienes que preocuparte, son cosas de trabajo.—Contesto john, ganándose mi mirada. Lo mire de forma acusadora y él solo me sonrió, no iba a decirme la verdad.

—Ve a dormir, todo está bien.—Dijo mi padre.

—Iré a hacerme un té para antes de dormir.—Mentí y seguí con mi camino, dejándolos "solos".

—Isaiah, encárgate que no se acerque a mi hija.—Lo escuché decir desde atrás de la puerta.—Te quiero en el garrison con ella y que la traigas de vuelta a casa, no la dejes sola en ningún momento.

—Por supuesto, Tom.

—Y ni pienses en mirarla, isaiah.—Dijo john con seriedad, pero con diversión a la vez.—O te pondré una bala entre los ojos.

—Relájate john.—Pidió Arthur.

—Solo le aviso.

—Te estoy confiando a mi hija, isaiah. No falles en esto.—Le recordó mi padre seriamente.

—No lo haré, Tom. Puedes estar tranquilo con eso.—Aseguró.—La protegeré con mi vida.—Musito y no pude evitar sonreír al escucharlo, porque estaba totalmente enamorada de él.

—Bien dicho, muchacho.—Murmuro Arthur.

—Ve a descansar ahora.

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—Así que.. ¿Me protegeras con tu vida, isaiah?—Murmure con una gran sonrisa curvando mis labios. Solo intentaba burlarme un poco de él y su cursileria tonta que me encantaba.

—¿Lo escuchaste?—Pregunto dejando escapar una pequeña risa nerviosa y juro que pude ver sus mejillas ligeramente sonrojadas. Estábamos acostados en mi cuarto, intentando no hacer mucho ruido porque papá estaba en casa y no solía dormir mucho por las noches, pero la puerta estaba cerrada con seguro.

—Si, lo escuché.

—No fue mentira.—Dijo él mientras acariciaba mi cabello.—Te protegeré toda mi vida, aliah. Nunca dudes de eso..—Admitió.

Lo mire sin poder borrar mi sonrisa del rostro, me sentía una niña tonta, pero no podía hacerme más feliz escucharlo decir eso.

—Me encantas tanto, isaiah de Jesús.. sos de otro universo. —Murmuro sin quitar mi mirada de él.

Apoyo su mano en mi mejilla, acariciandola de forma delicada antes de acortar la distancia entre nosotros, formando un dulce y corto beso.

—Tengo que irme, hermosa.

Abulte mis labios, formando un puchero al escucharlo. Muy pocas veces habíamos podido dormir juntos y era hermoso, pero no podíamos arriesgarnos tanto.

—Isaiah..—Musite y él me miro.

—¿Qué ocurre?

—¿Algún día seremos algo real?

Él frunció el ceño al escucharme:

—¿De qué hablas?

—Algo más que un secreto..

Suspiró.—Eso espero, amor.

—Mm... bien..—Musite con cierta desilusión porque su voz no sonaba muy convincente.

—Que descanses, hermosa.

—Adiós amor.