Capitulo 0

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Este es el inicio de todo, aquí comienza una historia llena de muchos cambios.

Eran tan solo el 22 septiembre de 1994 a las 09:37 P.M. de la noche en un barrio muy alejado de la ciudad de Seúl, cuando los rayos, la lluvia, el viento y los relámpagos se hacían presente con más potencia, pero al mismo tiempo nacía un pequeño de aproximadamente 55 cm y de un peso aproximado de 3.5 kg. Un recién nacido muy saludable y grande, era un varón hermoso, la partera Younji limpiaba al pequeño y lo envolvía en unas matas para poder hacer que la madre lo abrace y creen su vínculo.

La señora Younji dejaba un lado al pequeño recién nacido, a lado de su madre para que pueda obtener el calor de ella; la madre acariciaba a su pequeño, con lágrimas y desconsuelo abrazaba a su pequeño, es su mente se repetía que lo que haría sería lo mejor, que su pequeño debería vivir una vida buena. La señora Younji terminaba de limpiar todo después del parto, fue un milagro haber encontrado a la pobre mujer en medio de la tormenta, no sabía quien era y que hacía por ese rumbo una señora con ropa muy fina, ¿Cómo termino la pobre mujer dando a luz en un barrio lejos de Seúl y con estas condiciones?, era algo que tal vez nunca iba a resolver.

La madre en cuanto le termino de dar de comer a su pequeño hablo después de mucho tiempo, miro a la mujer que estaba sentada en una esquina y le dijo:

-¿Puedo confiar en usted?

Sé que no me conoce y ni yo la conozco, no sé cómo termine hasta aquí o tal vez si, pero quiero de su ayuda señora.

La señora Younji muy desconcertada de lo que mujer dice y valla decir, pero le brindara la ayuda que le pueda dar.

_Me llamo Younji y la ayudaré en lo que necesite señora. No sé los motivos por que termino hasta aquí, lejos de su casa, de su esposo y su familia, deben de estar preocupados por usted, dígame que puedo hacer por usted e iré por su familia.

Esta no era la dirección que pensó la señora Younji, los planes de la recién madre eran otros y eran muy diferentes a lo que podría ser.

-Señora Younji esto que le pediré y después de que lo realice yo le dejaré un buen pago por su colaboración y ayuda, pero nadie debe de saber que mi hijo fue un varón y que nació aquí, absolutamente nadie debe saber que yo estuve aquí, si alguien se entera de esto señora Younji ambas moriremos y todo aquel que sepa que yo estuve aquí.

La señora Younji estaba totalmente desconcertada ante lo dicho de la mujer, no pensó que ayudarla le podría traer consecuencias, pero por su propio bien y el de su esposo no diría nada y aceptaría las condiciones de la mujer recién parida.

_ No me asuste señora, yo solo fui buena samaritana, pero si por mi bien de mi boca no saldrá nada, puede confiar en mí, así como yo confiare en su palabra de que nadie más lo sabrá.

Ambas mujeres les convenia quedarse calladas y no decir nada de lo que ocurrió y ocurriría, la recién madre tomo entre sus brazos a su pequeño bebe, lo envolvió, le dio un beso dentro de la manta metió un broche.

-Señora Younji quiero que tome a mi bebe, que lo cubra bien y que lo deje usted en una estación de bombero o de policía, quiero que se lo lleve usted y este día jamás existió, si mi marido se entera de que este bebe nació y es un varón jamás me perdonaré.

La señora Younji estaba pasmada ante lo dicho de la mujer, ¿Tan grande era el motivo para abandonar a su propio hijo? ¿Cuáles eran esos motivos?, muchas dudas rondaban en su cabeza, pero no era nadie para juzgar la o reclamarle por el abandonar a su propio hijo.

_No sé porque lo hace, pero la ayudaré, mañana temprano que pare de llover lo llevaré.

-No por favor, tiene que hacerlo hoy, mañana puede ser tarde para hacerlo, por favor lléveselo así, por favor se lo suplico.

Identidades secretas. Chanmin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora