Capitulo 1

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Nunca pensó que podría sentirse tan solo, su vida no había sido la mejor y puede que nunca recibió la ayuda que quería, la que necesitaba, pero, tirado ahí, sintiendo el frío de la noche, se sintió tan solo que quería llorar.

Se preguntaba que había hecho mal, porque ese supuesto Dios lo había abandonado de esa manera. No era justo, siempre se esforzó por salir adelante, conseguir una vida mejor de la que tenía, entonces ¿por qué le pasaba esto a él? ¿En su vida anterior fue tan malo que ahora estaba pagando por eso? No lo entendía.

Se quedó mirando las estrellas, las pocas que las luces de la ciudad le permitían ver, pero, desde ese callejón oscuro y lleno de basura, se veían hermosas, por ahí, morir de esa manera no era tan malo, no si tenía esa vista. No le quedaban fuerzas para levantar su mano, pero, la sentía mojada gracias a la sangre que se empezaba a esparcir por el suelo.

Un ruido que provenía del fondo del callejón, llamo su atención y pronto la cabeza de un gatito apareció a un costado de la suya.

— H-hola.

Su voz salió temblorosa, girando un poco la cabeza, el gatito negro se refrego contra él, empezando a ronronear, acomodandose en el espacio de su hombro y cuello, le hizo compañía. Un débil sollozo salió de sus labios y las lágrimas empezaron a caer, una tras otra, era irónico, se sentía más acompañado por un gato que por su familia, se supone que sus padres debían estar para él y no lo estuvieron, ahí estaba, sintiéndose acompañado por unica vez en su vida.

Cerro los ojos, sintiendo como todo se iba volviendo mucho más frío, como sus lágrimas mojaban sus orejas, ya no podía sentir sus piernas y le costaba casa vez más respirar, está bien, podia ser así, podía morir de esa forma. El único problema es que él no quería, no quería que todo acabara ahí, le faltaban tantas cosas por ver, por vivir y no entendía porque se estaba aferrando tanto a eso, su vida estuvo lejos de ser agradable, debería rendirse, aceptar que todo termino ahí, de esa manera, pero, una parte de él se negaba a eso.

No queria morir y estaba tan enojado, nunca fue malo, no molesto a sus compañeros de escuela, estudiaba para poder sacar buenas notas, ayudaba a quien lo necesitara sin pedir algo a cambio, era honesto, aunque odiaba su trabajo lo hacía de forma impecable, siempre intento no ser una molestia o una carga, entonces ¿por qué tenía que ser de esta manera? ¿Por qué a la gente mala le va mejor? Sus padres eran pura basura y puede que no estén viviendo la mejor vida, definitivamente no, pero, él no era como ellos. Algo hizo mal o simplemente el universo lo odiaba.

Había estado feliz, salió del trabajo feliz, su jefe le había dicho que podía retirarse antes, iba a poder tener una noche de descanso decente. Quería descansar, no morirse.

— ¿Chico?

La voz de un hombre se escuchó, un tono bajo y suave. Sus ojos para ese momento ya se sentían pesados, haciendo un esfuerzo por abrirlos, no quería que el extraño pensara que ya había muerto, si, estaba muriendo, pero, todavía se aferraba a ese hilo de vida que le quedaba.

No podía ver mucho por la falta de luz del lugar, lo único visible eran esos dos ojos brillando en rojo. Se sabía de la existencia de vampiros, que convivían con los humanos y más de una vez se cruzó con alguno.

Intento hablar, pero, el temblor de sus labios no lo dejo y su voz no salió, más lágrimas cayeron, ahora por impotencia, quería pedir ayuda, decirle que no quería morir, ya no podía.

— ¿Quieres vivir?

El hombre volvió a hablar, la respuesta era más que obvia, claro que quería seguir viviendo. Su mente empezaba a estar cada vez menos lúcida, con la poca fuerza que le quedaba, solo asintió.

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