Una extraña estrella

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Esta era una noche diferente. Durante las últimas semanas habían estado hablando en las noticias de todo el mundo sobre una lluvia de estrellas; decían que sucedería el 29 de septiembre alrededor de las 11:00 pm a las 03:40 am, lo extraño es que no se sabía la hora especifica en la que iniciaría, por lo que exhortaban a la población a que no se alertaran de cualquier fenómeno lumínico que se presentara esa noche, aunque en realidad para el pueblo de Mord no era tan interesante, le era indiferente este tipo de eventos, excepto para un chico llamado Aszun. Él era un gran aficionado de la cosmología, observaba las estrellas constantemente, le encantaba todo lo relacionado con la astronomía, sin embargo, durante su infancia nunca pasó más allá de ser un gusto solamente, pero no era así ahora, incluso tenía la intención de comprarse un telescopio cuando pudiera, pues los gastos de la universidad le absorbían todo su presupuesto, por el momento con lo único que podía observar las estrellas eran con sus ojos cafes. A la larga logró desarrollar cierta habilidad en captar los pequeños detalles, convirtiéndolo en un gran observador, cada haz de luz, las trayectorias de las estrellas, el tamaño y entre otras cosas, él las consiguió identificar y clasificar en un sistema propio que había creado.

   Como con cualquier pasión, él la intentaba compartir con su familia y con sus amigos: constantemente les hacia la invitación para que se unieran a observar con él algunos de los eventos estelares del año, pero al ser muy “parecidos” entre sí, dejaron de aceptar sus invitaciones con el tiempo. Pero esta ocasión era diferente: los medios de comunicación, incluso los “formales”, si se puede hacer esta distinción a algunos sobre otros, lo habían estado promocionando y sonando como ningún otro evento, aún más porque cada día hacían actualizaciones del estado del suceso. Sin duda sería algo inolvidable, pensó Aszun.

  De alguna manera logró convencer a su familia de que lo acompañaran en esa noche, esta era la razón de que ese día fuera muy especial para él. Se había preparado desde muy temprano, quería estar listo desde mucho antes para no perderse ningún detalle, pero en realidad lo único que tenía que hacer era recordar la hora y el lugar anunciado, ya que no había nada más que hacer. Afortunadamente, la última actualización imprevista había sido a las seis de la tarde en donde dijeron: <<…si pasan de las diez y media de la noche y no sucede nada, puede estar tranquilo, no ocurrirá nada>>; algo que le pareció muy extraño a Aszun, pues este tipo de fenómenos suelen ser muy predecibles, pero no le tomó importancia, además, se alegró tanto de que le hayan reducido bastante el lapso de tiempo para la hora de inicio, evitándole así silencios incómodos, y sobre todo las miradas molestas de su familia que ya conocía, eran características de cuando lo acompañaban en un momento así, y que no sucedía nada interesante desde su perspectiva, claro está.

  La preparación comenzó dos horas antes, no quiso ni tocar la cama porque le había sucedido en varias ocasiones que ante un evento cosmológico se quedaba dormido o se le pasaba la hora, por eso todo el día se estuvo recordando, diciéndose así mismo: ‹‹¡Hoy a las diez en punto, no lo vayas a olvidar!››, aparte, puso alarmas en lapsos de diez minutos media hora antes de la hora indicada, con lo que intentaba preverse de cualquier error cometido en el pasado

  Una hora antes de comenzar, se fue a sentar a la pequeña sala que tenía en su casa en donde se encontraba su único televisor, intentaba buscar si alguna televisora importante estaría documentando el evento. En su cabeza le parecía de lo más lógico que así fuera, pues la promoción excesiva que le habían hecho ameritaba mínimo una cobertura especial, pensó, pero al parecer se equivocó, por más que buscó en toda la programación no tuvo éxito. Le dio tres vueltas a la lista de canales, todo parecía indiferente; era la misma programación de cada día la que se estaba transmitiendo, por lo que decidió mejor apagar la televisión y revisar las redes sociales. Allí sí encontró muchísimos canales relacionados con la astronomía que transmitían el evento, y por supuesto, alguno que otro canal de conspiraciones. Existía una gran emoción por el evento, pero parecía que solo era a nivel aficionado porque de fuentes profesionales solo se recibía silencio.

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