ADVERTENCIA: Contenido con temas muy delicados. Si eres alguien muy sensible, por favor, abstente a leer.
Ojos vacíos, labios en una línea recta y miles de secretos pesando sobre sus hombros acompañaban a Jeongyeon.
Unas cuántas personas en el pasillo bajaron su tono de voz al verla, murmurando algunos rumores que recorrían de boca en boca entre sus compañeros de clase. Sus miradas no eran disimuladas, incluso la misma Jeongyeon llegó a sentir cómo la miraban con curiosidad.
Ser el centro de atención nunca le había gustado, y esa vez no sería la excepción.
Se arrepentía de haber llorado hace dos días a solas en el aula de artes, sin darse cuenta de que la maestra de la asignatura mencionada la había visto, casi obligándola a acudir con la psicóloga de la preparatoria al decirle dulces palabras y hacerle ilusiones falsas, prometiéndole que la ayudaría a sentirse mejor con lo que fuera que le estuviera sucediendo. También se arrepentía de manera silenciosa de haber aceptado esa "ayuda", hablar y contar una pequeña parte de sus problemas, siendo lo suficiente como para que todo el salón se enterara y comenzaran a rumorear sobre su vida privada.
En lugar de cumplir con su trabajo, la psicóloga solamente logró empeorar la vida de Jeongyeon.
Aquella mujer de mediana edad y algunos cabellos blanquecinos, no hizo nada más que hacer sentir un poco culpable a Jeongyeon, diciéndole que tal vez solo exageraba y que sus padres realmente no eran unos monstruos como lo relataba la castaña. Fueron largos y frustrantes minutos de terapia, acompañados de lágrimas y susurros entrecortados por parte de Jeongyeon. Cuando salió, se sintió mucho más aliviada por el hecho de que al fin se había acabado la terapia; que por que finalmente había hablado con alguien de sus problemas que día a día la agotaban y estresaban.
No pasó mucho tiempo para que sus compañeros se enteraran de lo que dijo Jeongyeon durante la terapia. La castaña realmente se sentía como una idiota al haber confiado ciegamente en una mujer prácticamente desconocida, pero es que tampoco pudo evitar querer sacar todo lo que la dañaba durante sus crisis donde se sentía tan frágil, y lamentablemente, no había visto otra figura de apoyo en aquellos momentos que no fuera esa mujer.
Pagó las consecuencias con rumores rodeandola y miradas curiosas sobre ella, todos queriendo saber qué le sucedía solo para saciar su curiosidad y luego olvidar el tema, dejando a Jeongyeon nuevamente sola.
Pero, entre tantas personas que no iban a contribuir nada en Jeongyeon, había una que deseaba plenamente saber qué le sucedía para tratar de apoyarla.
Para ser específicos, se trataba de Nayeon, la única amiga de Jeongyeon, y también la única que la quería honestamente.
La había conocido en una mañana nublada, algunos días después desde que habían iniciado las clases, Nayeon tuvo un fuerte resfriado que le había impedido llegar a la preparatoria en la fecha que todos ingresaron.
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Eternal cloudy days┃2yeon [OS]
Fanfic━ Algo le sucedía a Jeongyeon. A nadie parecía importarle una chica que casi todo el tiempo estaba sumergida en su propio mundo, que mantenía unas ojeras muy marcadas bajo sus ojos y que muchas veces lloraba silenciosamente. Nadie se daba cuenta de...