Historia I "Ímpetu..."

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Ímpetu…

Desde la primaria y secundaria fueron compañeros.
A pesar de que siempre hubo compañerismo, no llegaron a ser amigos, pero se desenvolvían muy bien en cuanto se tratara de trabajos escolares.

A principios del último año de secundaria, Bruno supo que se mudaría lejos de su ciudad. Sus compañeros más allegados planearon una reunión a modo de afianzar ese compañerismo para lograr una fuerte amistad y de ésta reunión, surgirían muchas más y también una nueva amistad.

Corrían los primeros días de junio, cuando se dio finalmente la reunión un sábado por la tarde noche... Gabriel estaba invitado, ya que mantenía amistad con algunos de los compañeros de Bruno. Cerca de las veinte horas, llegó el invitado principal. Con saludos de manos y abrazos fue adentrándose a la casa donde una mesa con variedad de bebidas y snacks esperaban a todos.

– Hola, tanto tiempo –dice Gabriel con una sonrisa de lado y mientras extiende la mano para saludar a Bruno que relojeaba todo lo que había sobre el mantel.

– Hey, es cierto, ya no nos cruzamos tan seguido desde que cambiaste a ... cuál es ahora tu modalidad?? –Bruno se gira y también extiende su mano estrechándola y acompañando con la otra de una palmada a la espalda de Gabriel.

– Comunicación –mientras toma un vaso,lo llena de cerveza y se lo entrega a Bruno, logrando que éste sonría por la invitación a beber juntos)

– Eso... y como va todo?  tu familia? –pregunta simplemente por ser cordial, mientras lo mira y sorbe un trago del vaso entregado.

– Todo tranquilo, a fin de año me mudo solo, cerca de la uni, mi familia bien.... –también le da un sorbo a su cerveza recién servida y le señala unas sillas en un costado para luego sentarse y seguir conversando.

La noche se hizo corta para tan detallada charla sobre sus ideas a realizar a futuro, en cuanto a los estudios que iban a cursar en la Universidad,  trabajo y lo que los entretenía realizar en sus tiempos libres. Agendaron sus números de teléfono para seguir en contacto y quedaron en encontrarse nuevamente otro día para continuar reencotrándose  varias veces a tomar algo y charlar aún más, forjando así la amistad que tienen hoy en día...

Los meses pasaron llegando el fin del año y con ello, la graduación y la independencia familiar ...

Era tan entretenido pasar el tiempo juntos que, Gabriel terminó proponiéndole a Bruno mudarse juntos ya que asistirían a la misma Universidad y sus trabajos quedaban relativamente cerca...

Así comenzó su convivencia. Tenían gustos musicales similares y aunque no siempre estaban de acuerdo en que pelis ver en su tiempo libre, soportaban lo que el otro quería ver y se acompañaban gastándose bromas mientras compartían pláticas y deliciosa comida que Gabriel cocinaba... 

Bruno nunca fue un muchacho tímido,  pero si bondadoso, reservado y respetuoso. Sabía escuchar y sólo daba su opinión si era requerida. Era un ser cariñoso y protector. Siempre se podía contar con el y todo ésto era algo que Gabriel adoraba.

Gabriel era completamente desinhibido, un poco desfachatado y también algo sinvergüenza. Se dejaba llevar por situaciones que iban surgiendo, sin darle muchas vueltas a los asuntos. En definitiva, menos resuelto, pero más impulsivo que su amigo...

Su amistad, fortalecida a través de los años, les impedía demostrarse cuanto se amaban en verdad, por miedo a ser rechazados o incluso excluidos de ese vínculo que tan fuertemente los unía...

Luego de volver de un festejo de fin de año fue cuando esta historia se suscitó rápidamente.Tras varias copas y mientras reían bullisiosamente, regresaban al departamento que compartían hace un tiempo, pasaron al balcón y entre recuerdos y más risas, decidieron fumar un cigarro antes de ir a dormir...

Mientras Gabriel pitaba su cigarro, volteó a ver a Bruno que lo miraba insistentemente y éste no reparó en comenzar una conversación que llevaría algo más que sólo palabras...

– Siempre quise decirte ésto, pero la cobardía  y pensar en que pudieras querer salir de mi vida, me detenía... –tomó una amplia bocanada de aire para soltar directamente lo siguiente.
– Me gustas muchísimo... –sonrió ligeramente de costado esperando una respuesta.

Gabriel también sonriendo de lado y expulsando el humo del cigarro pero aún sin mirar hacia Bruno.
– Vos me gustas más... –arrojó la colilla del cigarro y giró su torso para quedar frente a frente.

Sin reparar en todo lo que pudiera suceder, Bruno quitó sus manos de los bolsillos y elevó una de ellas acariciando suavemente sólo con la yema de sus dedos el cuello de Gabriel, recorriendo desde su clavícula hasta detrás de su oreja y surcando parte de su cabello por la nuca, con un tacto sutil y casi fantasmal.

La respiración de Gabriel comenzó a sonar fuerte y agitada, sus latidos erráticos y punzantes. Emitió una casi insonora y ahogada exhalación mientras su boca se mantenía semiabierta y temblorosa al sentir esos dedos delinear su cuello. En un intento de llenar sus pulmones de aire, inhaló profunda pero silenciosamente por la boca y al sentir sus labios secos, acarició minuciosa y tímidamente con su lengua para poder humedecerlos.

Bruno, con sus ojos completamente abiertos, para no perderse un segundo de esa obra de arte carnal parada frente a él, seguía el movimiento de sus intrépidos dedos deteniendo su respiración en un arrebato para controlar su pulso y el resto de todo su ser, que se arremolinaban a escasos milímetros del cuerpo de su contrario, al ver ese furtivo y húmedo surfeo sobre dichos labios.

Con la velocidad y espontaneidad de un rayo en plena tormenta, incó sus dedos en la nuca de su amigo acortando completamente la distancia de sus bocas, percibiendo ambos el aliento del contrario.

Sin más que unas pupilas desbordantes de negrura y brillo, con la expectante mirada puesta en la boca de Gabriel, cual imán, se aferró a los labios aquellos que recién humedecidos pedían a gritos ser tomados.

Con impávida destreza, Bruno montó su lengua sobre el labio inferior de Gabriel ingresando con tersura,lentamente en su boca, provocando el escape de un gemido estrecho y furtivo. Éste último  recibió y entrelazó la propia logrando una danza que ni los mismísimos dioses podrían interpretar.

Las manos gélidas de Gabriel que aún estaban tiezas y en descanso junto a sus muslos, se alzaron para rodear la cintura de Bruno por debajo de su remera ahora siendo lentamente elevada, era tal el frío de aquellas manos que sintió un leve sobresalto en su contrario, sin saber que para éste, había sido como si magma se hubiera posado en sus costados...

Ambos hicieron de sus agarres un fuerte abrazo, cargado de deseo incontrolable y caricias llenas de pasión y fogosidad. Sus manos firmes,  sin miedo ni temblores, se acercaron a las cinturas de los pantalones de sus opuestos. Botón por botón, se abrieron paso hacia sus falos, sin dejar de besarse bajo ningún concepto. Se miraron apasionadamente, siempre y respirando uno sobre el otro, dieron rienda suelta a sus manos para llevarse consigo los tan soñados arrumacos que hace años querían entregarse.

El calor que desprendían sus cuerpos era tal, que empañaban las ventanas dejándolas vaporosas. Asían con suavidad y total entrega el tronco de sus falos, y deslizaban las yemas de sus dedos casi imperceptibles sobre sus glandes, ahora completamente rosados e inflamados, palpitantes...

Entre cada movimiento un oleaje de gemidos dulces y sensuales se escurría de sus bocas que permanecían juntas para hacer eco de esos bellos sonidos.

Una gran punzada proveniente de sus vientres bajos, aceleró el ritmo de aquellas manos que no dejaban escapar piel sin rozar. Embistiendo ahora con rudeza, sintiendo el vaivén, gozando de cada sonido que emergía de lo profundo de esos cuerpos...
Querían que fuera eterno, rogaban que el tiempo se detenga, suplicaban que sus manos resistieran y que sus interiores no se doblegaran, jadeaban sus nombres una y otra vez, implorando alcanzarse en esa estampida para llegar juntos finalmente...

Necesitaban total entrega, ansiaban completa coincidencia, anhelaban seguir el viaje un poco más…

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