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Asco... ese era la única mirada que le dirigieron desde nacimiento, no supo al cien por ciento quien se la dedico y marcando lo para siempre desde que salió del vientre de su madre, no entiende como alguien pudiera repudiar a un ser sin independencia ni culpa, pero sabía que siempre tendría a su querida madre para abrazarla y acogerlo en sus fuertes pero suaves brazos hasta que alguno de los dos muriera, pero ese día llegó tan pronto y ahora se volvió tan lejano, aunque ama a su familia el siempre considero ese el peor día de su vida, porque en ese momento fue obligado a ser el protector de un demonio por el resto de sus días...

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Ya pasaron unos cuantos años, recientemente se levantaba con algo de dificultad para que se le espantara el sueño gracias a un grito similar, era del sargento, gritándoles a él y el resto de la tropa para que se levantaran y empezarán a cambiarse, desayunar y empezar a entrenar

Se vio en el espejo de arriba a abajo dedicándose la misma cara de asco que el resto le daba hacia el mismo, sus brazos flácidos, cara redonda, orejas caídas, piernas y abdomen obesos, los pensamiento intrusivos se acumulaban por más que le gustaría esconderlos dentro de su mente aún tratando de mantenerse positivo pero la mirada de otros individuos hizo que saliera de su cacao mental y volteara para que sus compañeros de cuarto le gritaran diciendo que se apurara, su hermano lo pellizco en sus costados para que volviera a la tierra

- ¡Tierra a Gordi!, Vamos cerdo ponte los pantalones y botas y vámonos - dijo ya atandose los cordones

- Si si, lo sé - miro hacia abajo para agarrar de su cajón sus pantalones y camisón y ponérselos lo más rápido que podía, sentía como su carne rebotaba cuando alzaba los brazos y el cinturón le apretaba el estómago, de verdad odiaba cuando estaba dentro de las habitaciones, le recordaba lo peor de el

El no puede evitar comer, siempre siente feo dentro de su estómago y pecho, como si algo debe ser saciado, el no es amoroso ni coqueto así que nadie le abrazaba, mimaba, le daba halagos o simplemente miraba con cariño, algo tenía que ser llenado, el alcohol y la comida siempre es una solución rápida hasta que no lo es

Ya vestido se fue al comedor, al menos los desayunos no eran tan horribles como los almuerzos o cenas y si le daban un poco de opciones, les daban la opción de tomar ya sea café, te o leche junto con un pan medianamente duro y eso era suficiente, era mejor que las gachas sinceramente, al menos las mañanas eran silenciosas dentro de la cafetería, todos estaban sin energía y comían o platicaban callados, susurrando levemente, la bebida caliente y las mañanas donde aún no sale el sol eran de lo mejor en su opinión, es tan tranquilo que siente que nada importa y solo era una hoja en el viento mañanero

Su hermano finalmente se sentó para degustar sus alimentos

-Buenos días- le dijo el oso rosado a su gemelo

-Buenos días, perdón se me olvidó decirte- le menciono su hermanito

-No te preocupes, hay que comer- contesto con una sonrisa ligera en su rostro

- Si claro... - agrego el azul con algo de irritación

El te de verdad era delicioso, uno de sus pequeños placeres dentro de esta prisión llamada ejercito, también sintió otra presencia y noto que era el oso amarillo de expresión neutra con un plato de pan, café y un cigarro, algo no tan saludable en su opinión, pero algo de cortesía no hacía mal ¿No?

- Emmm... Buenos días Coco, ¿Dormiste bien? - mantuvo su sonrisa sincera para el oso

- Buenos días Gordi, si dormí bien - contesto con una expresión que se consideraría robótica hasta cierto punto

pink and blue (unicorn wars AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora