Oh dios, Oh despiadado dios, tú que descansas en el celestial Olimpo, junto a tu madre la inmortal, si me haz escuchado ven aquí, desciende de los cielos y responde mi llamado.Ven aquí y consuela mi pobre corazón, el mismo que ha ardido en el alegre fuego del amor por causa de tus despiadadas flechas y por tus travesuras.
Limpia mis amargas lágrimas y permiteme descansar en tu hombro. Tómame de la mano y acompáñame en este camino para dejar de amar a otros para amarme a mi misma, y amarme a mi misma para amar a otros