𝖽𝖺𝗋𝗄 𝗁𝖾𝗅𝗅 ; 𝘁𝗮𝗸𝗲 + 𝗶𝗻𝘂𝗸𝗼𝗸𝗼

dos

Takemichi talló sus sienes y expulsó el aire de sus pulmones cuando la pesada mirada de Draken se posó sobre él. El Alfa se encontraba de brazos cruzados mientras su ceja temblaba en un evidente tic. Era claro para Takemichi que las feromonas picantes del Alfa estaban atiborradas por todo el santuario. Aunque él fuera incapaz de olerlas le era fácil averiguar la situación por las expresiones de los demás miembros. Estaba muerto, Takemichi lo sabía. Pues tenía entendido que el olor a sexo era capaz de olerse y los alfas y omegas tenían un buen olfato.

Además Manjiro le había dicho al momento de salir de su casa que todo su olor estaba sobre él. Takemichi soltó un suspiro y aceptó su destino. Para Takemichi, Draken era el Alfa de Manjiro. No había otra explicación del enojo de Draken, además siempre estaban juntos y..

— ¡Kenchin! Apestas, para ya. — Ordenó Mikey en un berrinche. El alfa trenzado se vio en la obligación de soltar un gran suspiro tembloroso mientras contaba hasta 100. Mikey sería su muerte un día de estos, el Omega se la pasaba causando mini infartos en él todos los días.

Desapareció por horas, dónde Emma lo llamó preocupada yal borde del llanto por no encontrar rastro de su hermano. A la menor de los Sano le preocupaba que alguien le hiciera a Mikey algún daño. Aunque era fuerte, más fuerte que todos seguía siendo un Omega. Las feromonas de los alfas tenían efecto en él al igual que la voz de mando. Algunos de sus enemigos podrían averiguarlo y lo lastimarían. Entonces cuando fue de mañana y Emma se dirigió a la habitación del pandillero y no lo encontró, primero se relajó y luego entró en pánico al descubrir que el Omega no se encontraba en casa de alguno de sus amigos.

Draken encabezando todo lo buscó por horas y al no encontrarlo se dirigió al santuario solo para cancelar la reunión.

Fue entonces que lo vió llegar con una sonrisa en su rostro y una expresión plena. Apestando a Sexo y a Takemichi por todos lados. Draken quiso matarlo en ese instante. Pudo ver el miedo de Takemichi surcar su rostro, entonces supo que lo malinterpretó. Draken sabía de los rumores sobre él y Mikey, por lo que no era sorpresa el miedo que reflejaba Takemichi en su cara.

Con sus dedos tomó el puente de su nariz y trató de serenarse. Cuando pareció hacerlo alzó su voz y en un grito llamó a Emma. Mikey abrió sus ojos y se llenó de sorpresa pues no esperaba que su hermana estuviera en la reunión. Pocas eran las veces que la traía y solo era en ocasiones que su abuelo salía de casa y Emma tendría que quedarse sola. O en algunas ocasiones, cuando Emma le insistía en querer asistir.

Miró a Draken por unos instantes, casi advirtiendo con su mirada que si Emma corría algún peligro él sería el responsable. La Omega llegó hasta ellos y en cuanto lo vió decidió tirarse sobre él envolviendo a Mikey en un abrazo.

— Mikey, Emma.. — Su mirada fue a parar a Takemichi por unos instantes — Mi Omega estaba muy preocupada por ti.

Recalcó. En ese instante Takemichi soltó un suspiró aliviado pues ahora estaba más tranquilo sabiendo que Draken tenía una Omega a su lado y ese no era Mikey.

La reunión con la ToMan fue rápida. Mikey solo informó a sus chicos sobre algunos acontecimientos posponiendo la reunión para otro día. La verdad es que Takemichi no se involucró tanto con los miembros de la pandilla, se abstuvo lejos de ellos y fue el mismo Mikey que lo sacó del santuario con prisa. Encargando a Draken a su hermana antes de irse. Al beta le hubiera encantado conocer a todos esos alfas que lo veían con curiosidad desde que llegó. Algunos lo intimidaron y otros simplemente despertaron curiosidad en él. Aunque para Takemichi el inicio de una relación con un Omega como Mikey fue sorpresivo, su madre en algún momento le comentó sobre lo posesivos que son las personas de esa casta a quien consideran su pareja. Eso lo entendió cuando en la parada de un semáforo, mientras sus manos se sujetaban a la cintura de su Omega y lo escuchaba ronronear -Takemichi estaba seguro que Mikey lo estaba marcando con sus feromonas en esos momentos - una chica paró a su lado. Se trataba de una Omega pelo lila y de enormes ojos azules en una moto más grande que ella. Takemichi podía jurar que se trataba de una hermosa Omega fémina.