Deseo pasional

Todo empezo cuando... Primer beso

Arnold no parecia del tipo de chico indescente, no reflejaba para nada ser un pervertido, incluso se le veía recriminado a sus compañeros cada que se expresaban de manera obscena de alguna de las chicas de la institución, siempre le criticaban por ser tan correcto y "caballerosito".

Que hipócrita nuestro muchacho, tan falsos sus discursos sobre el respeto a las mujeres, sobre el cuidado y la importancia de abstenerse para no morbosearlas o ponerlas en escenarios degradantes.

Y el se lo repetía, se recriminaba todo el tiempo, y es que desde que volvió a reencontrarse con helga, cuando la desconoció y la consideró una joven sexy.
En ese mismo lapsus de tan solo minutos en el que se sintió cautivado, se sintió infiel por considerar a otra mujer sexy que no fuera helga y melancólico al darse cuenta que jamás podría mirar a otra mujer sin automáticamente pensar en su ex novia...

Desde aquella vez, ya fantaseaba con helga, de manera inocente claro, la mantenía en sus constantes pensamientos, vestimenta que tuviera helga, accesorio que portaba, todo lo recordaba entre clases y entrenamientos.

Pobre muchacho, jamás hubiera pensado que sus fantasias empeorarian, el día en que le hicieron la NOBATADA de una semana, entre ellas estaba el pintarse el pelo de verde, soportar que los superiores le lanzaran liquidos extraños, exponerse en vergüenza frente a su primer partido obligándole a bailar en boxer improvisadamente junto a la mascota el TIGRE DE BENGALA

Y por último, en aquel viernes, aún recuerda incluso la hora, lo obligaron a meterse a los vestidores de las chicas y tomar una prenda mientras estuvieran bañándose

Helga al parecer había terminado sus obligaciones como capitana 5 minutos mas tarde que las demás, 5 minutos que bastaron para que la alcanzará a ver mientras se quitaba la última prenda de su uniforme deportivo, en sandalias de baño, con la cabeza cubierta por su playera de beisbol, dejando tan solo la ropa interior BLANCA CON ENCAJE?!!!

Helga estaba usando ropa tan, tan sutil, femenina, incluso tenía transparencias ligeras, como puede ser posible que este usando algo tan poco deportivo, es decir, no es que se lo hubiera imaginado alguna vez, pero si sería más lógico que helga usará un sostén deportivo con bóxer femenino cómodo para entrenar adecuadamente...

Pero NO, portaba lencería!.

El joven intento sumergirse en su subconsiente, recordaba y pensaba que su lenceria Contrastaba por completo con su atuendo de la mañana, la habia visto portando gafas de sol, con ropa negra y una chaqueta con llamas de fuego pintadas artesanalmente y uno que otro rostro de pánico, junto con sus botas de cuerto y accesorios llamativos goticos e incluso esta vez su fleco no cubría su uniceja.

Y con esa escena en su cabeza se acercó a Helga lentamente, por impulso e hipnóticamente, le ayudó a quitarse la playera deportiva, Helga claramente se asusto al verlo frente a ella, incluso parecía que gritaría, lo empujó ligeramente pero sus fuerzas se habían desvanecido de los nervios, y entonces a
Arnold aún en su estado hipnótico tomó la mano de la rubia que estaba postrada sobre su pecho, ella Insistía en intentar empujarlo, pero el con mayor firmeza jalo la mano de la joven hacia su costado, juntando sus cuerpos acercandola hacia el, teniendo sus miradas fijas uno frente al otro, pudo percibir su estatura real

Pudo notar que si bien si era más baja que el, no lo suficiente como para encorbar todo su cuello, la miro a los ojos por unos instantes más, notaba como Helga tenía vergüenza, pero aún así en sus ojos se reflejaba curiosidad, el podía entender que ella quería saber hasta donde podría llegar Arnold ya estando en esa posición.

Y entonces no le dejo pensar más, la beso, en un pausado, lento pero apasionado beso, comenzó tan solo con los labios pero al sentirla, al sentir sus labios, al sentirla tan cautivada, no lo soporto más y empezó a juguetear con su lengua y se sintió victorioso cuando Helga correspondió y mejor aún le mordió ligeramente el labio inferior.

Arnold no soportaba más, se estaba exitando, percibía como su amiguito se sentía incomodo dentro del pantalón de mezclilla.

Quiso ir lento, acaricio el encaje de su sostén, buscando los broches para poder quitárselo

Y entonces pregunto:

-Si te lo quito, me lo regalarías?

-REGALARTE QUE?!

El rubio se descolocó ante tal grito de helga y enfoco su mirada para volver a ponerle atención a la figura atlética de helga, miro nuevamente sus piernas, puso mayor atencion al tipo de encaje de la panty, subio hasta sus pechos para poder hacerse una idea del tamaño real, y subio hasta su rostro, pero se asusto cuando vio los ojos de una ahora sonrojada chica, que lo veía con una especie de indignación, miedo y mucho mucho coraje.

-EN QUE PIENSAS PERVDERTIDO, SAL DE TU TRANSE Y PIERDETE MALDITO LOCO!

La rubia no veia que hacer con la camisa que recien se habia quitado ella misma, tomó una toalla blanca e intento cubrirse más.

Miro nuevamente al chico rubio que llevaba minutos parado, perdido en sus pensamientos, viéndola insistentemente y peor aún había sido testigo de cómo su amiguito también quería saludar.

Y entonces reacciono al estilo Helga, tomó su sandalia y la lazo directo al rostro de Arnold y debo decir que la chancla que le lanzó a la cara estaba muy bien merecida, el joven rubio llevaba ahí adentro 5 minutos, sus compañeras no tardarían en salir de las duchas.

Pero ante el primer ruido de platica y risas de las beisbolistas femeninas, Helga entró en desesperación, tomó de su casillero su cinturón con púas e intento perseguirlo y corretearlo mientras lanzaba latigazos hacia el rubio para correrlo de los vestidores.

-LÁRGATE MALDITO PERVERTIDO DE MIERDA, TU Y TU AMIGUITO FIESTERO SE LARGAN!
LLEVA ESA IMAGINACIÓN TUYA A OTRO MALDITO LUGAR!!

Esa tarde el atrevido muchacho logro salir como pudo, y opto por no contarle nada a absolutamente nadie

Y... Además, ¿Qué iba a contar? ¿Qué entró a ver a su crush semidesnuda? ¿Qué la miro como un loco perdido? ¿Qué navego entre sus fantasías y fue traicionado por su amiguito?
¿Qué su ex fue testigo de cómo el pene se le paraba mientras tenía su mirada perdida en sus pechos?

-No! que vergüenza!!!...

No le contaría nada de ello ni a Gerald, pobre muchacho pervertido, pobre hipócrita caballeroso, y que pena por su caballerosito amigo que esa noche se tuvo que conformar con sus auto caricias
Mientras volvía a retomar la fantasía intentando someterla y cambiando el juego para que ella también lo sometiera.

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Estuve a dos de no ponerles capitulo candente, pero entonces pensé en que me divertire jugando a que Arnold imagina estos eventos y en algún momento ustedes no sabrán si lo imagino o está pasando realmente.