ADVERTENCIA: Contenido sexualmente explícito
Helaena bordaba flores en las mangas de su vestido rosa pálido, le gustaba darle un sello personal a su ropa. Levantó la mirada cuando su hermana le volvió a hablar, sacándola de su ensimismamiento.
—¿Qué piensas de casarte con Aegon?
La chica dejo sus manos descansando sobre sus piernas aún sosteniendo la aguja y el vestido. Se encogió de hombros suspirando, ya tenía 15 y sus padres consideraban que era una edad apropiada.
—Pues, no hablamos mucho. Pero me trata bien, a veces hacemos cosas juntos.
Su relación con Aegon era de lo más simple. Sí se veían se saludaban, en la mesa se sentaban juntos, y a veces él tocaba el arpa para ella. En realidad no era indiferencia, Helaena se ponía nerviosa con Aegon porque no lo quería molestar y por otra parte el chico tampoco quería ser imprudente con ella o asustarla. Aegon ya tenía 20, seguía con sus andanzas en burdeles y de fiesta, pero de una manera mas discreta que cuando era mas joven.
Ambos siempre habían sabido que seguramente los casarían en el futuro, y marcó su relación desde siempre. Cuando ella era más pequeña, Aegon derechamente pasaba de su presencia porque creía que ignorandola sus padres desistirian de querer casarla con él. Hasta que un día su hermana se acercó a pedirle disculpas si es que alguna vez lo había tratado mal o había hecho algo mal, porque la hacía sentir triste que él tuviera ese trato con ella.
—No has hecho nada malo, sólo no quiero que te tengas que casar conmigo. Yo sé que no somos una buena unión, no como Aemond y Visenya —Le había respondido el chico aquella vez, un año antes de la conversación que estaba teniendo en ese momento con Rhaenyra.
—Yo...yo sé que seguramente no soy la esposa que desearías tener. Pero no te puedo mostrar que sí nos llevaríamos bien si no me dejas acercarme. —Le respondió ella algo nerviosa. Jamás había cruzado tantas palabras con él.
El chico la quedó viendo, no era del todo su tipo pero tampoco lo disgustaba. Desde su ida a Dragonstone, había vuelto menos imbécil, lo que le dijo Daemon lo había dejado pensando. Asintió y le dió su mano para que la tomara, Helaena lo siguió hasta el cuarto del chico, donde él le dió un asiento y él se sentó en la cama tomando su arpa
—Se que te gustan los trovadores. —Le dijo Aegon y Helaena asintió rápidamente. —¿quieres que cante algo para ti?
—Me gustaría. ¿Tocas instrumentos?
—Sí, el arpa más que nada. Me gustan los instrumentos de cuerdas, igual sé usar los de viento pero suenan un poco fuerte para tocar aquí.
Aegon comenzó a mover sus dedos por el arpa, y comenzó a narrar la historia de una princesa guerrera. Helaena estaba sorprendida, jamás había pensado que Aegon tocara instrumentos tan delicados o que cantara así. Cuando terminó, ella le sonrió y dió pequeños aplausos.
Aegon le sonrió de vuelta y dejó el arpa a un lado.
—Tengo cosas que hacer, pero si quieres te puedo enseñar como se usa. ¿O ya sabes usarla?
—Oh no, no sé como se usa. Me gustaría que me enseñes. —En realidad sí sabía, pero esa era la oportunidad que tenía de acercarse a él.
Con esa excusa, Aegon y Helaena se comenzaron a relacionar más. Al inicio era cada 1 semana, sólo se juntaban a practicar y ya. Pero con las semanas, y los meses, esos días fueron aumentando hasta que ahora se juntaban al menos 4 o 5 días a la semana, practicaban con instrumentos, Aegon le hablaba del pueblo común y corriente, o sólo se hacían compañía mientras ella bordaba y él descansaba.
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Valonqar | Aemond × Visenya
FanfictionLos hijos de Rhaenyra y Daemon se criaron junto a los de Alicent y Viserys, por lo que no había un solo dia de completo silencio en las murallas de la fortaleza roja. Aemond y su sobrina Visenya crecieron en el mismo espacio, por lo que desde niños...