13.

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—¡Maldicion! — dijo kedamono golpeando la ropa que se encontraba en el suelo.

Lo cual provocó que Poppe se exaltara un poco y lo mirada confundido.

—¿Que sucede, Omega? — pregunto el rubio, extendiendo su mano para acariciar detrás de sus orejas lobunas.

Pero el Omega se alejo rápidamente, mirandolo de una forma desagradable e histérica.

No quería que el menor se acercará a el de ninguna manera.

—Alejate, e-esto está mal ¡Muy mal! — grito el mayor agarrandose de los pelos y mirar a todos lados.

Lo cual provocó que el alfa se sintiera lastimado, sin comprender el enojo de su pareja predestinada.

—No entiendo, ¿Que hay de malo? — pregunto el rubio, agarrando a kedamono de los hombros y moverlo levemente.

Porque demonios todo le sabía mal.

Su Omega estaba alterado por ser parejas predestinadas.

¿Que tenía de malo eso? No lo entendía maldición.

¡Está mal porque eres menor! — solto de repente en un grito el pelimorado.

Mierda, otra vez con esa tontería de la edad.

La sangre de Poppe se calento del enojo que sentía en ese momento, ese ridículo argumento de nuevo.

No quería descontrolarse, pero era inevitable en esa situación.

Mierda, mierda, mierda.

—Poppe, me estás lastimando — dijo en un jadeo, cuando sintio que las manos del alfa lo apretaron.

Los ojos de este se volvieron un azul extraño y sus feromonas se sintieron mucho más por toda la habitación.

Y se escucho un leve gruñido, pero no cualquier gruñido sino uno grave, muy grave.

¡Joder, que tengo que hacer para que entiendas que tengo diecinueve, soy prácticamente mayor! — grito el rubio furiosamente, para luego bajar su cabeza y mirar el suelo.

Mientras que kedamono tenía los ojos completo abiertos por la reacción del alfa.

Y tenía que admitir que se sintió vulnerable al sentir esa voz puesta en el, que tanto el como el rubio se quedaron callados en la habitación por varios minutos.

Y tenía que admitir que se sintió vulnerable al sentir esa voz puesta en el, que tanto el como el rubio se quedaron callados en la habitación por varios minutos

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Cuando el ambiente se calmó, kedamono intento hablar, ya que no quería quedarse callado sin decir nada.

Y con los labios temblorosos abrió su boca, pero las palabras no salieron cuando sintio algo mojar sus pies.

Baja la mirada levemente, notando como gotas de agua caían al suelo.

¿Gotas de agua? Espera eso signicaba que el alfa, joder.

—P-poppe, ¿E-estás llorando? — dijo el Omega, agarrando con suavidad el mentón del alfa y levantar la cabeza de este.

Y mirar como su nariz estaba roja, con lágrimas callendo por sus mejillas y unos moquitos saliendo.

—P-porque, porque no entiende que ya soy mayor — dijo el rubio con un quejido triste.

Lo cual provocó que kedamono se asustara y se preocupara al mismos tiempo.

—Ahm, N-no llores, alfa — respondió el Omega, sin darse cuenta que lo llamo alfa.

Kedamono con sus manos limpio las mejillas húmedas del menor, para luego acariciar su cabeza con suavidad como consuelo.

—Yo quiero estar con usted... — soltó el alfa, apegando su cara al cuello del mayor y olfatear su aroma.

Lo cual el pelimorado dudo en dejarlo, pero quería tranquilizarlo, así que dejó que lo hiciera.

Y dio palmaditas en la espalda de este, mientras que el rubio bajaba sus manos a la cintura de este.

—¿Soy un mal alfa? Esa es la razón por la que no quiere estar conmigo — dijo completamente desanimado.

Avergonzando a kedamono, pues el rubio no era un mal alfa, ya que era cariñoso y lindo, pero no tenía una respuesta concreta a eso.

—N-no es eso, Y-yo, no losé — contestó rápido, desviando la mirada a otro lado.

—¿No soy un mal alfa y cree que soy lindo? — pregunto de cierta forma ilusionado.

Y cuando kedamono lo miro maldijo internamente.

Joder, porque este alfa tenía que hacer esas preguntas en ese tono infantil e inocente.

—Ahm, bueno si... — dijo en un susurró, pero de igual forma Poppe escucho y lo hizo sonreír.

Y con toda la confianza del mundo, el rubio de acurrucó en el pecho del Omega, mientras apretaba más la cadera de kedamono y acercaba más su nariz al cuello de este.

Alertando un poco al mayor por esa acción atrevida.

—Keda, quiero que usted sea mí Omega, vivamos en una casa y tengamos cachorros — dijo de la nada el menor.

Haciendo que el mayor se sonrojara hasta las orejas y su cola se moviera de un lado a otro.

Pues a su parte lobo le agradaba la idea de su alfa.

—Estas ronroneando — dijo el rubio con una sonrisa.

A lo que kedamono iba a responder excusándose pero el alfa ya lo había atrapado en sus labios.

Y sorprendentemente había correspondiente al beso.

¿Qué demonios le estaba pasando?

¿Qué demonios le estaba pasando?

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Celo // popkeda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora