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ㅡ ¿Qué es el amor? ¿Existimos por causa del amor o el amor es solo otra causa más de la existencia? ㅡse preguntó el pelinegro.

Soobin miró a Yeonjun, el pelirosado estaba junto a él, junto a su taza de café caliente que reposaba en aquella mesa para cama que había comprado especialmente para compartir el desayuno juntos, acurrucado contra su cuerpo, protegidos del mundo en aquellas sábanas que los arropaban.

ㅡ ¿Se puede crear el amor o solo lo encontramos?

Desde aquel beso Yeonjun no se había separado de su lado, el pequeño algodón de azúcar era la garrapata de él, estaba todo el día abrazándolo, estaba todo el día risueño, todo el día sonriendo... Llevaban así ya poco más de dos semanas, con besos suaves y abrazos todas las noches.

ㅡ ¿O es el amor el que nos encuentra a nosotros?

Soobin miraba bobamente la hoja, con aquella sonrisa en sus labios, ese calor en sus mejillas, las manos de Yeonjun se escondían en la parte interna de su brazo, abrazándolo.

ㅡ Sí el amor me crea, yo soy amor y creador a la vez, amor es aquel que la vida acarrea, el que me trasporta a la niñez, amor que me renace, con el que mi ser nace... Me hace ser un bebé que un "Te amo" balbucea.

Soobin sonrió ampliamente, sus hoyuelos se mostraron, Yeonjun los miró con cariño, sus mejillas estaban muy rojas y las sentía apretadas por la sonrisa.

ㅡ Eso es muy bueno, Yeonjun ㅡdijo Soobin, anotando rápidamente lo que el pelirosado había dicho.ㅡ Continúa, por favor.

ㅡ Soobin, te amo ㅡdijo Yeonjun, Soobin lo miró, alzando las cejas con sorpresa.ㅡ Espero que no lo diga en vano...ㅡ añadió el menor, la tristeza en su tono era evidente, Soobin sintió que su corazón se apretaba.

ㅡ Yeonjun...

ㅡ Es muy pronto, ¿no? ㅡYeonjun se apartó de él, soltando su brazo y Soobin sintió frío.ㅡ Lo siento, no lo razono.

ㅡ No, no, Yeonjun ㅡSoobin tomó su mano, deteniendo los movimientos del menor para alejarse, lo miró con algo roto en sus ojos.ㅡ Lo siento, Yeonjun, pero yo no sé que es amor, así que no puedo corresponderte... No por ahora.

» Eres mucho para mí, no lo malentiendas por favor, eres más de lo que nadie ha sido nunca, no creo estar a tiempo para decirlo todavía... Pero quiero que lo sepas, eres lo que más quiero en este momento.

La decepción en el rostro del pelirrosa era evidente, Yeonjun solo asintió, permaneció en silencio.

Intentando hacer bien, Soobin solo lo empeoró, así que se volvió a acercar al menor, tomando su rostro y juntando sus labios, intentando convencerlo de que en verdad lo amaba, incluso si no sabía que era el amor.

Sintió las lágrimas en las mejillas del menor, se apartó del beso, Soobin nunca había visto a Yeonjun llorar, nunca en todos esos meses, Yeonjun era sonrisas, amor y sus mejillas abultadas sonrojadas... Él era la cálida luz del sol de las mañanas, el algodón de azúcar, el chocolate antes de irse a dormir, el volumen fuerte de la radio y la música alegre, Yeonjun no era lágrimas.

Soobin limpió las lágrimas del menor con sus manos, pero estas solo seguían y seguían apareciendo, el pelirrosa tembló entre sus brazos hasta deshacerse en un abrazo, y Soobin se quedó allí, preguntándose que era lo que estaba pasando.

ㅡ Yeonjun...

ㅡ Aunque yo no... Aunque yo no sea lo que tu corazón quiera... Creí que lo era ㅡbalbuceó entre llanto.

ㅡ Yeonjun, no es tu culpa, no eres tú, soy yo, en serio-

ㅡ He intentado ser fuerte, pero yo sé que... Nunca seré suficiente...

ㅡ Eres muchísimo, Yeonjun, eres excelente, eres maravilloso... Eres el chico más bonito del mundo, Yeonjun, por favor deja de llorar...ㅡ Soobin estaba convencido de que Yeonjun seguía siendo una creación de su mente, pero quizás una creación que había ido muy lejos, porque por más que todos sus deseos eran que el pelirrosa dejara de llorar, este no paraba.

Quizás era una creación que había ido muy lejos, Yeonjun ya tenía vida propia, sus propios sentimientos y su propia conciencia, era mucho más complejo que aquel joven que había aparecido por primera vez en su casa en una noche solitaria como tantas otras.

ㅡ Espero que algún día puedas amarme... Antes de que deba alejarme.

Compartiendo cama, cuarto, cuerpo y besos, cómo solo los dos jóvenes más enamorados del mundo, eran felices, el cuaderno de poemas de Soobin finalmente se llenaba de estrofas y rimas, más que antes, por fin podía escribir sobre aquel sentimiento tan misterioso para la humanidad: el amor, y vivirlo en carne propia.

Estaba preparando un libro, solo de él, era un gran paso, algunos eran poemas, otros eran versos al azar, otros pequeños relatos que le gustaban, todo basado en el pequeño ser rosado que vivía con él, aquel joven maravilloso.

ㅡ Yeonjun, ¿Eres real?

ㅡ Soy tan real como lo puede ser un fantasma, una ilusión de un alma.

ㅡ No, en serio, llevas dos meses aquí... Y solo creo cada día que eres más real que el día anterior ㅡdijo Soobin.ㅡ Digo, si no rimaras a cada cosa que dices, creería que eres una persona normal.

Yeonjun se encogió de hombros.

ㅡ Quizás en algún lugar yo seré real, pero no lo sé, mi conciencia es muy banal.

ㅡ Entonces, dices que en algún lugar... ¿Existes?

Yeonjun se encogió de hombros y ladeo su cabeza de un lado al otro, sin responder.

ㅡ Bueno, genial, estuve besando a mi imaginación pero al menos besa bien y puede que existas, suena bien para mí.

Yeonjun soltó una carcajada, su risa era muy bonita, Soobin también la amaba, era jovial e inocente, sonaba como música, como campanas, sonaba a amor, a una canción que escuchas a lo lejos y quieres recordarla para buscarla después y volver a escucharla porque te ha gustado, la risa de Yeonjun sonaba a todo eso.

ㅡ Tú risa es muy linda.

ㅡ Tus labios son lindos, podría besarlos por siglos.

ㅡ Bueno, ¿Quieres empezar?

Soobin se estaba convenciendo de que Yeonjun era real, ya se había acostumbrado a sus rimas, aquella cualidad tan peculiar, ya no lo veía como algo distinto, casi no se daba cuenta que Yeonjun seguía rimando a cada oración, lo tenía muy naturalizado dentro suyo.

Sus rimas le daban latidos a su corazón.

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Rhyming heart - soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora