𝓜𝓪𝓻𝓬𝓪 𝓭𝓮 𝓹𝓻𝓸𝓹𝓲𝓮𝓭𝓪𝓭 [𝓓𝓴𝓑𝓴]

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—Más despacio—jadea, halando los rebeldes rizos del hombre que amasa sus muslos con descaro, mancillando el traje de héroe que porta.
Un gemido ahogado escapa cuando asciende dese sus piernas hasta su ingle.
Los ojos glaucos se clavan en los suyos y el dueño de estos tuerce una sonrisa. Disfruta de joderle.
Katsuki le mira con reproche, aunque en el fondo le gusta el cruel juego de la vacilación.

Su éxtasis aumenta cuando le ve levantarse de la silla, reclinado su peso en el escritorio que él ha usado de asiento la última media hora.
—Tan hermoso—susurra, acariciando su mejilla. Sonríe, sintiendo el pulgar delinear su labio. Alza la mirada, tentándole. Sabe que Izuku es débil ante su sutil encanto—. Tan perfecto—le arrebata un brusco y demandante beso, haciéndole gemir contra sus labios cuando invade su boca; se aferra al traje con fuerza, arruinando la pulcra y lisa tela.

—Bruto—lo empuja y limpia el hilo de sangre que resbala de sus labios.

El contrario ríe, saboreando el gusto metálico que le queda—¿No es así como te gusta, Dynamight?—responde contra su oído. Su risa es una caricia cargada de sorna.

—Idiota—masculla con las mejillas encendidas. Eso saca por meterse con un villano, y no cualquier villano, el más peligroso de Japón, mismo al que descaradamente llama: Deku y en momentos más íntimos: Alfa.

Llevaban tres años ya con estos encuentros furtivos, por obvias razones; sería una catástrofe si los medios supieran de la relación entre el héroe número uno y el villano catalogado como la peor desgracia de la historia.
La manera en la que terminaron fue irónica y realmente estúpida; Katsuki tenía la misión de atraparlo, e Izuku la de cazarlo. Su encuentro fue violento, agresivo, sangriento y extrañamente placentero. Rivalidad y el gozo de una pelea que realmente valiera la pena. Katsuki encontró en ese hombre el respeto que ni sus compañeros en la agencia le daban por el simple hecho de ser omega. A Izuku jamás le importó el segundo género de este, lo consideraba un oponente fuerte y letal, no por nada estaba en la cima. La única vez que le prestó atención al hecho de lo que ambos eran con respecto a su naturaleza fue cuando se encontró follando al rubio con fuerza contra la pared de un sucio callejón luego de una ardiente pelea; anudándolo y llenándolo hasta dejarlo inconsciente de cansancio. Gracias a Dios, no había ocurrido en sus días fértiles, además de estar medicado para mantener sus hormonas bajo control.

—No puedes seguir viniendo aquí cuando te plazca—amedrenta y trata de suavisarlo tomándole la mano con delicadeza.

Bakugo es reacio, desvía la mirada con fastidio y se suelta —¿Y por qué no?

—Kacchan, ¿Sabes lo que pasará si nos descubren? Hay rumores. A la gente con la que trabajo no le parece correcto que...

Rueda los ojos. No quiere oírlo. Lo aparta y baja de un salto—¿No se supone que eres tú el que manda? ¿Por qué mierda le tienes tanto miedo a esos idiotas?

—Es preocupación a los problemas que pueda darte, cariño—lo abraza por la espalda, sujetándolo de la cintura. Katsuki cede, pero apenas se queda quieto, sigue inconforme con esa respuesta. Quiere total libertad para venir a ver a su alfa cuando sea que se le hinchen los cojones—¿O quieres exponer lo nuestro y que revoquen tu licencia?—le da la vuelta, quedando cara a cara. La profunda mirada del villano es demasiado para él—. Has tenido muchísima suerte para quedar fuera del foco. No tientes tanto a la fortuna.

"Si es el precio a pagar por estar a tu lado lo haría" Piensa, pero sabe que va más allá, lo usarán para arrestar a Izuku y condenarlo a pena de muerte, o en el mejor de los casos cadena perpetua.
Se le revuelve el estómago con solo imaginarlo. La realidad de las cosas era algo que siempre terminaba por golpearle la cara.

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