Parte única

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Spreen no supo reaccionar cuando vió el cuerpo muerto de Karl en el piso.

Hace unos momentos estaba gritando de la emoción por haber ganado la prueba, yendo feliz a contarle a su mejor amigo angloparlante sobre su victoria para poder celebrarla juntos. Cada vez podía saborear más el dinero, no podía esperar a gastarlo con sus amigos, divirtiéndose y olvidando toda esta pesadilla. El lo sabía, todo valdría la pena. En especial con Karl, con quien a pesar de haberse conocido hace solo unos meses, puede decir con certeza que es de las personas a las que más cariño le tiene ahora mismo.

Incluso, por más que no quisiera aceptarlo, podía sentir sentimientos más allá de la amistad surgiendo en su estómago.

Spreen salió de su escondite, con una sonrisa en la cara. Distintos planes cruzaban por su cabeza, lo primero que haría sería hablar con el castaño sobre la peligrosa noche que se aproximaba. Había jurado protegerlo, tenían muchas cosas que discutir. Recordó la sonrisa de Karl cuando acepto cuidarle. Se veía tan lindo... Por supuesto, no es que le gustará, solo le pareció tierna su idiotez al creerle de forma tan fácil. Hm, tendrá que enseñarle a no ser tan susceptible a las palabras de los demás y desconfiar más en la gente.

A lo lejos, una sudadera conocida lo distrajo de sus pensamientos ¡Lo encontró!

"Hey Karl ¿Que hacés acá parado...?"

Los ojos desorientados y la mirada aterrorizada del castaño lo hicieron callar. Tenía los ojos llorosos, y parecía no poder hablar. El miedo siendo evidente en su persona.

El semblante de Spreen cambió de forma rápida de uno feliz a otro preocupado. Su mirada yendo hacia la espalda baja de su amigo, esperando ver la dichosa cola allí. Pero no estaba.

La maldita cola no estaba.

"No... No puede ser, tiene que haber una manera, otra oportunidad. Tal vez si amenazamos a los guardias-"

"No la hay."

Sus palabras fueron cortadas por las de Karl. Que aún cuando su cuerpo seguía temblando, trato de mantener la calma. Solo por él, por su gatito.

Spreen lo miro con sus ojos abiertos, lágrimas amenazando por salir. Pero el no iba a llorar, no iba a llorar porqué llorar significaba rendirse ante el juego y que Karl se iría con este, pero él no iba a morir. No lo dejaría. Cerró sus manos en forma de puños, sus pobres dientes siendo victimas de su impotencia apretándolos a tal punto que por poco y se rompían.

El híbrido de oso miro de nuevo hacía Karl, esta vez gritándole. "¡No digas boludeces, no te vas a morir por una pelotudez como esta estúpido! ¡Prometí protegerte y eso haré! L-Le hablaré a los guardias, tu escondete en algún lugar y luego veremos como te puedes escapar de aquí." Sus palabras eran temblorosas y desesperadas.

"Ya basta."

Exclamó el castaño, callando por segunda vez al más alto.

"Moriré Spreen, y no hay nada que podamos hacer contra eso. Ambos sabíamos en lo que nos estábamos metiendo al entrar en estos juegos, nos lo buscamos." Una risa amarga salió de su garganta. "Pero sabes, por más egoista que suene esto... Estoy feliz de no ser el que tenga que verte morir."

Spreen abrio los ojos enmudecido por las palabras de Karl.

Entre tantas emociones desagradables ocurriendo en su interior al mismo tiempo, solo pudo atinar a hacer una cosa.

Abrazarlo.

"Déjame quedarme contigo hasta al final, entonces." Susurró en el oido del castaño.

Boquiabierto por la reacción del de ojos negros que no solía demostrar mucho afecto aún en las muertes de sus compañeros, terminó por sonreir correspondiendole el abrazo.

Spreen odiaba esto. Maldecia el momento en el que piso este jodido juego. Quería llevarse a Karl y escaparse junto a el para que nada le pasase, matarlos a todos en la sala con tal de que ambos quedarán vivos. Deseaba con toda su alma haber disfrutado más esos pequeños momentos de paz y tranquilidad con el de ojos verdes, como se reía cuando insultaba a sus amigos extranjeros, incluso apoyándolo la mayoría de veces.

No se dió ni cuenta cuenta cuando una lágrima se resbalaba por su mejilla.

"Te amo, Spreen."

Yo también te amo, te amo tanto que soy capaz de morir y matar por ti. Te amo tanto que duele, duele mucho saber que no podré volver a verte nunca más, es como si estuvieran ahorcando a mi corazón de la manera más dolorosa y cruel posible. Me asfixió lentamente, Karl. No creo que puedas cumplir tu deseo, porque con tu muerte también me llevas a mi contigo. Perderte es como matarme en vida.

Es lo que piensa el oso, pero no se lo dice. Porque no puede. Las palabras no le salen y lo único que alcanza a enunciar es un miserable;

"Yo también te amo, Karl. Te amamos."

Termina la frase de la manera más cobarde posible. Sin querer aceptar que la persona que más ama y amará en este mundo se esta yendo para siempre y aún cuando esta vivo en frente suyo no puede hacer nada para salvarlo.

Cuando escucha un balazo y deja de sentir la respiración acelerada de Karl a su lado, no quiere abrir los ojos. Prefiere seguir abrazando el cuerpo frío de su compañero ignorando los gritos aterrorizados de la gente a su alrededor y el líquido espeso cayendo por sus hombros.

Si Karl sigue en sus brazos, entonces no puede estar muerto.

No sabe quien fue el que lo empujó hacia atrás alejándole de Karl, su vista estaba nublada sin asimilar la luz repentina. Solo tiene un recuerdo borroso y confuso de cuando los guardias se llevaron el cuerpo de su enamorado. Estuvo a punto de gritarles que no se lo llevarán, que aún estaba vivo y solo estaba bromeando. Pero la cantidad de sangre abismal en el piso le hizo entrar en razón.

Karl se había ido.

Para siempre.

Lo más raro es que no estaba triste. Se sentía... Vacío. Como si Karl fuera una pieza fundamental en el funcionamiento de sus emociones y ahora que no estaba, ya no sentía nada.

Tirado en el piso y con la mirada apagada, Spreen se dió cuenta de que estaba roto. Que jamás volvería a ser el mismo. Por más que ganase y se llevase el premio ¿Que más daba? Karl no estaba para disfrutarlo con el.

Se paró y en un movimiento rápido le quitó el arma a uno de los guardias del lugar. Se la llevó directo a su boca y disparo, dejando a su paso un desastre digno de película gore. Los gritos del resto de sus amigos aún vivos llorando y lamentando su muerte.

Al final, ambos murieron juntos. Como una pareja trágica de amantes. No pudieron ser felices en esta vida, pero ¿Quien sabe? A lo mejor en otro universo lo hayan logrado.

Esperemos que así sea.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2023 ⏰

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Spreen x Karl One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora