Había una vez un hermoso y curioso na'vi omatikaya llamado Neteyam. Él bajaba a la civilización pues amaba la música, los bailes y las fiestas de los humanos y solo podía presenciarlos de está manera ya que en el clan estaban prohibidas.
Deseaba mucho participar en uno de esos festejos pero al no poder ocultar sus alas y su apariencia, observaba desde la oscuridad del bosque que estaba junto al pueblo, esperando a que la música comenzará y....
Entonces....
Bailaba solo en medio de los grandes árboles.
Un día, fue descubierto por un na'vi Metkayina que también visitaba a los humanos en busca de diversión. Pero no era cualquier na'vi, se trataba de Ao'nung, el sucesor del clan Metkayina.
A él, le entretenía verlo bailar, le parecía gracioso y muy bello. Cómo todo na'vi Metkayina, era un maestro del engaño, por lo cual se transformaba en diferentes animales para estar cerca sin que él lo notase.
Hasta el momento en que él decidió hacerse presente ante él...
Con su forma natural.
Le confesó que ya hacía un tiempo lo observaba y le pregunto:
- Qué buscas en la civilización? Se sabe que las leyes de los omatikayas son más rigurosas y tienen prohibido el contacto con los humanos, no cómo nosotros que podemos hacer y deshacer a nuestro antojo.
Él tímidamente respondió:
- Amo las fiestas que hacen, pero me tengo que ocultar aquí en el bosque ya que solo puedo disfrutarlas de lejos.
Entonces el Metkayina, Ao'nung, tuvo una idea.
- Yo puedo ir y venir entre los humanos, con mi poder logro cambiar mi apariencia, si lo deseas puedo hacer lo mismo contigo.
Le propuso.
- Por qué me ayudarías? Que esperas a cambio?
Desconfío Neteyam.
- Qué bailes conmigo. Es mucho pedir?
Sonrío el Metkayina.
Neteyam, no podía evitar dudar. Desde pequeño le habían enseñado que no debía confiar en los Metkayinas porque eran seres malignos, pero su deseo de poder participar en una de aquellas fiestas era tan grande, que decidió aceptar su propuesta.
Ao'nung, usando su poder, oculto sus alas y cambio el color de su piel. Luego hizo lo mismo con su apariencia. Desaparecieron sus colas y alas y cambiaron sus rasgos.
Neteyam estaba sorprendido, nunca había visto una habilidad así.
Definitivamente, él, era un na'vi poderoso.
Ao'nung lo tomo de la mano y lo llevó hasta el pueblo. La ansiedad se iba haciendo cada vez más fuerte en el pecho de él. Al llegar, descubrió que aquella música provenía de una alegre taberna cuyos clientes siempre estaban dispuestos a celebrar.
El omatikaya no podía ocultar el brillo en sus ojos y el metkayina, galante, lo invito a bailar.
- Pero, y si no lo hago bien?
Dudo Neteyam.
- Solo déjate llevar
Le susurró Ao'nung. Mientras con la mano derecha lo tomaba de la cintura y con la izquierda, lo tomaba de la mano.
Decidió hacerle caso y se dejó guiar por aquel misterioso na'vi que lo miraba a los ojos de forma seductora.
Neteyam no ocultaba su alegría, sus movimientos fluían perfectamente con los de Ao'nung. No tardaron en llamar la atención. A la vista de todos era una joven pareja.
ESTÁS LEYENDO
el omatikaya y el Metkayina
RandomEl amor es un sentimiento que trae felicidad y plenitud, pero también trae dolor y sufrimiento