A lo largo de mi vida he estado segura de muchas cosas, pero de la que más segura estoy es de que mi letra es un asco.
Jamás me gusto hacer caligrafías de niña, la repelía de todas las formas posibles y, aun cuando las hacía, nunca equivalió a alguna mejora en mi letra. Justo ahora, que estoy viendo de reojo la perfecta planilla de la chica a mi lado, en la cual su nombre –Sue Smith, alcanzo a leer– se ve tan elegante que es digno de una invitación de boda, desearía haber escuchado a papá cuando me dijo que algún día me arrepentiría por no esmerarme en mejorar mi caligrafía.
¿Tomarán eso en cuenta en la audición? No deberían, pues se supone que evalúan mi talento, pero sería muy malo que por mi pésima letra no comprendiesen cuando explico que toco piano, guitarra, bajo, ukelele, batería y flauta, he compuesto varias canciones y ayudado a uno de los artistas más prometedores de la época con un par de composiciones suyas y asisto a clases de baile desde niña. ¡Tal vez ni siquiera alcancen a entender mi nombre!
Y sí, sé que con esa tremenda cantidad de logros no debería preocuparme ni un poco mi letra, pero acabo de escuchar a una de las chicas presentes presumir sobre que ha estado en las más prestigiosas academias de arte, así que también sé que, por más talento que tenga, jamás podría ir por encima de una chica respaldada por los millones de dólares que han de tener sus padres si los jueces son como muchos de los que me he topado a lo largo de mi vida.
- ¿Estás nerviosa? – pregunta la chica de letra perfecta, Sue.
Tardo un par de segundos en notar que habla conmigo.
- ¿Tú no? – ironizo con una risita a la vez que juego con la piel de mis nudillos.
- Oh, podría mearme aquí mismo, pero me ayuda mucho el no ser la única nerviosa. Si todos están entrando en pánico, tiendo a mantenerme calmada yo – explica.
- Entonces sí, estoy tan nerviosa que podría no solo mearme, sino también defecar en frente de esta bandada de ansiosas y chillonas adolescentes que seguramente tomarían mil fotos y me convertirían en alguien viral en menos de lo que lo harían los productores dentro de esa sala – aseguro, sacándole una carcajada.
- Tranquila, yo te cubriría con mi abrigo para que no pudieran tomarte esas fotos.
- ¡Gracias!
- Siempre a la orden, querida...
- Merliah – termino por ella, al ver que no sabe mi nombre –, un gusto.
- ¿Cómo la de la película de Barbie? – inquiere divertida.
- En mi defensa, yo nací antes de que saliese esa película – me defiendo.
- Pues, es un placer conocerte, Merliah. Soy Sue – se presenta, sin saber que ya he leído su nombre en su planilla. Tal vez ella hubiese hecho lo mismo si no se viese como un garabato –. ¿Siquiera sabes para cual lugar audicionamos?
- Sé que es para una banda, no me pidas más que eso – me encojo de hombros, demostrando que sé tan poco como ella.
Una mujer, probablemente asistente de alguien, sale del auditorio y toma los formularios de todas antes de informarnos que ya empezaran a llamarnos guiándose por los números que nos han entregado junto a las plantillas. Aún me falta, al igual que a Sue, así que charlamos agradablemente sobre variedad de temas. Creí que todas las chicas aquí me mirarían feo por sentir que esto es una clase de competencia para ver quien obtiene un lugar en esta banda, y la verdad es que muchas lo han hecho, otras están practicando lo que sea que vayan a mostrar adentro y el resto están demasiado nerviosas como para hablar o han venido con su propio grupo de amigas. Sue ha sido la única que me ha dado más que una sonrisa amistosa y me ha sacado tema de conversación.
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Lia en Mila's
Short StoryAnd if you know me like I know you, you should love me, you should know. Mila's, la banda sensación del momento, probablemente bien dirigidos a ser icónicos en su generación. Cuentan con cinco integrantes; Sue -la bajista con adicción a usar pelucas...