Lee MinJoon era un fanático de los libros, más de los llamados omegaverse con inclusión de mafia y espionaje. Él amaba tanto leer que no importaba que, siempre estaría al pendiente de los nuevos tomos de su autor favorito, Jung Lee.
Pero lastimosam...
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Fragmentos de la novela; El villano está destinado a estar solo:
¿Qué se supone que debes sentir, cuando te enteras que eres padre por primera vez? Caesar no lo sabía, y tampoco se preocupó por averiguarlo.
Hace seis años, cuando una Omega le presento lo que era su sangre, no lo pensó mucho y dio la orden de matarlos, ambos. Pero la Omega fue más obstinada y se presentó en su despacho una hora después con ese bulto en sus brazos. Rogó por la vida de ese cachorro, pidiendo más de lo que obtendría. Caesar no la entendió, mucho menos Dimitri que estaba a su lado.
Solo le dio una aburrida mirada a esos dos, los dejo con vida. Por esa vez.
—Mantenlos vigilados.
—Como ordenes Zar —Dimitri le dio una larga mirada, pero Caesar la ignoró.
Tres años pasaron y Caesar no volvió a hablar del tema, hasta que Yuri le informó que la Omega había contraído una enfermedad y había fallecido el día anterior. El cachorro había estado viviendo en su pequeño departamento a las afueras de la gran ciudad, ahora estaba solo, otra vez.
Esta vez, Caesar ordenó que una de sus agentes se encargará del niño en su Mansión de San Petersburgo, otra vez; Dimitri le dio una larga mirada. Caesar la volvió a ignorar.
Tiempo después, cuando Natasha le informó sobre el lento aprendizaje del chico, hizo que Caesar se moviera.
—Es callado, nunca lo he escuchado hablar y solo sigue lo que se le ordena. Loreta informa que solo se mantiene cerca del lago, sin moverse por horas —El Beta se detuvo, como si estuviera dudando de decir algo, luego asistió así mismo—Es presuntuoso de mi parte decir, que es causa de no ser impregnado por ambos padres.
Caesar solo lo vio, sin realmente importarle.
—Zar...
—Prepara el Jet, nos vamos esta noche.
—Como ordene Zar.
Era medianoche cuando aterrizaron en la pista de la Mansión, cuando bajaron, supieron que algo estaba pasando.
—¡Zar!¡La Mansión está siendo atacada en estos momentos!
—Ya sabes que hacer —Natasha no necesito más, se movió con sus hombres y avanzaron hacia la Mansión con armas listas. Caesar había planeado esperar en el Jet, pero al ver el intenso humo tomó una de sus armas y avanzó junto al resto para averiguar lo que había pasado. Los disparos se hicieron más fuertes a medida que se acercaba a la entrada principal. Los muertos estaban dispersos por la zona y Caesar los vio indiferentes mientras se abría paso. De repente, por su vista periférica logró ver un borrón azul y se preparó para disparar, error, porque cuando enfoco bien, lo que había allí no era un enemigo listo para atacar, sino un niño con la vista perdida y la respiración agitada. Casi siete años después, había logrado ver al bastardo de su sangre, tan efímero y frágil, patético.
