Capitulo 2

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Your Street Venom

La semana había empezado mal para el auror Harry Potter, jefe de la segunda división de Aurores, mano derecha del jefe de departamento y consejero personal del Ministro. Ayer, lunes, sus dos mejores amigas se habían pasado el día leyendo el especial del puto grupo de Malfoy. Nadie hablaba de otra cosa. Cuando había quedado para comer con Remus, había visto que llevaba un ejemplar del suplemento guardado en su capa. Por suerte, el hombre lobo conservaba el tacto de antaño y no había mencionado nada al respecto en presencia de Harry. No así todas las mesas restantes del restaurante en el que habían quedado.

Después de eso, se había pasado dos horas en el Callejón Diagon investigando una broma de un imbécil, lo que lo había obligado a ver a las cuatro puñeteras serpientes en cada lugar al que mirase. La calle parecía empapelada con carteles que anunciaban el concierto del sábado, el último de la "espectacular" gira de Unreal Hero.

Para terminar su magnífico día, un grupo de criminales había atacado durante la noche, lo que puso en alerta a todo el departamento. Como siempre, su división, la segunda, considerada la especialista en emergencias de ese tipo, (sobre todo por que era él quien estaba al mando); había sido la principal receptora del ataque. Ataque, que había resultado ser más peligroso de lo esperado. Y cruel. Habían secuestrado a dos niños muggles y los habían encerrado en una trampa. Harry, ni corto ni perezoso, había arriesgado su propia vida para entrar en el sótano con el techo en llamas y el suelo cubierto de agua. Con ese talento que había heredado y ejercitado para derrotar a Voldemort, percibió, nada más entrar en la sala, que algo malo iba a pasar. Con magia sin varita, levitó a los niños antes de que un electrus descargase un rayo de 10000 voltios que se transmitió a través del agua y ascendió por el cuerpo de Harry. Tras la descarga, la trampa desapareció y el fuego se extinguió. Sus hombres entraron con el tiempo justo como para recoger a los niños antes que su jefe se desmayase.

La mitad de la noche en San Mungo, donde llamaron a Neville, que estaba designado casi exclusivamente para tratar a Harry y sus chicos. Varios procesos curativos muy complicados para restablecer los daños en el corazón, y por la mañana, estaba despierto, queriendo irse a casa, alegando que no era nada, y maldiciendo a los medimagos que no le dejaban salir.

-¡Neville!- gritó cuando su ex compañero de casa entró en la habitación designada para él.- ¡Déjame irme a casa que estoy perfectamente, joder!

-Harry, no te alteres.- replicó el hombre con voz suave y calmada. Revisó el historial con las anotaciones que las enfermeras habían hecho, y observó con una mueca cansada el ceño fruncido del moreno.- Me gustaría que pasasen algo más de seis días antes de tenerte de nuevo por aquí, Harry. Esta vez ha sido más grave de lo habitual. Lo hemos pasado realmente mal tratándote.

-Tampoco fue tanto. He pasado cosas peores.

-Tu cuerpo tiene que tener un límite, Harry. Has sufrido decenas de maldiciones, entre ellas bastantes más cruciatus de las que uno cree que un cuerpo puede soportar, y sigues sin emplear la cabeza antes de lanzarte al peligro.

-Creo que salir con esa serpiente no es bueno para tu carácter.- repuso el Elegido con un mohín semejante al de un niño de cinco años enfadado porque su madre le ha confiscado el helado que su abuelo le ha comprado a escondidas. Neville sonrió a su pesar.

-Harry, sabes que Theo me hace más feliz de lo que jamás soñé que podría ser.

-No sé yo... es amigo de Malfoy. Tiene que tener algo malo que no hemos sido capaces de descubrir hasta ahora.

-Te diría que Draco es mucho mejor de lo que crees, pero no me vas a hacer caso, y, de todas formas, estábamos hablando de tu irresponsabilidad.

-Vamos Neville.- replicó el chico cambiando de estrategia. Ahora su expresión era seductora, terriblemente sexy y cautivadora, con media sonrisa demasiado Slytherin para pensar que era un Gryffindor impulsivo hasta la médula.- El sermón me lo dará Hermione en cuanto se entere, que seguramente será muy pronto, si es que no lo ha hecho ya. Y luego vendrá Molly a vigilarme. Y Ron me echará la bronca porque ahora que no está él para cuidarme no puedo hacer esas cosas. Eso, si soy afortunado y Remus no se entera, porque si lo hace sólo con él tengo el lote completo. ¿Para que vas a repetir tú lo que me dirán ellos?

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