Enfermedad

Hanahaki II

Se levantó del suelo lleno de pétalos y se limpió la sangre de sus labios teñidos de rojo mientras apretaba sus puños con impotencia.

Termino llegando tarde a su casa y sin su hermana por lo que sus tíos no lo dejaron pasar. El gran regaño termino justo a tiempo antes de que Mabel entrara con un peluche por la puerta.

- Lo lamento señores Pines, nos hemos pasado de la hora y es entendible si se enojan pero la traje sana y salva - Habló tranquilo Bill desde el otro lado de la puerta con las manos en sus bolsillos.

- Muchas gracias por traerla chico - Casi Susurro Stan mientras se sentaba con el ceño fruncido.

- Realmente lamentamos la tardanza, espero tengan buena noches, adiós - Dijo susurrando el despido mientras miraba sonriente... a Dipper? o a Mabel?

Mabel salto emocionada al tiempo que la garganta de su hermano empezó a quemarse como si aguardiente hubiera pasado por ella pero sin la sensación de desvanecimiento. Posiblemente era a ella.

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Pasaron 3 semanas dónde lo único que el castaño recibía eran medicamentos y líquidos proporcionados por sus tíos quienes se despertaron la mañana siguiente a esa salida con un Dipper en fiebre mientras vomitaba grandes cantidades de comida ingerida. Al menos los pétalos y capullos se mezclaban con las masas de residuos de comida y no se notaban.

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Los médicos no sabían que decirle a la familia en el momento en el que el adolescente escupió una flor algo cerrada en medio del chequeo. Todos los presentes permanecieron en silencio mientras observaban cómo el castaño recogía la flor en sus manos y limpiaba con delicadeza su labio.

- C-Chico... - Dijo en un jadeo su tío Ford mientras que Stan no dejaba de mirar la flor con espantó.

- Hanahaki... - Susurro con horror un enfermero que había soltado la tabla con papeles y su bolígrafo.

- Código negro Adeline - Exclamó agobiado un doctor mientras empezaba a buscar un número en su celular y la enfermera anotaba con ligeros temblores.

- Está avanzado... es como mi hija, él va a morir, ¡él está sufriendo! - Manifestó otro doctor empezando a tener un pequeño ataque de pánico.

- Enfermero Clein, saca a él doctor Henry de aquí, ¡Ahora! - Grito alguien mientras la habitación empezaba a llenarse de ruido.

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El amor que podía romper todo, lo haría. Todos en algún momento acabaremos con lo que empezamos y el temor está en como lo haremos. Dipper era un chico único, un prodigio. Eso era una cualidad que muchos envidiaban, incluso su gemela. Pero eso no la detenía de ser ella, de sobresalir con sus propias ventajas y ser feliz. Ella decidió encontrar a su amor, sin importar que, por lo que al ver a ese extravagante rubio a sus 14 años, no dudo que sería su gran amor a pesar que durante un tiempo pensó que su gemelo estaba interesado en el jóven.

Ahora ella solo observaba cómo ese rubio hablaba con preocupación con sus amigos acerca de su hermano hospitalizado. No se enteró que sucedió pero apenas llegó a casa vio que se había derrumbado su fantasía. Había descuidado a su hermano por estar pegada al Cipher que tenía que admitir, no amaba.

Sabía que su hermano sufría un mal de amores pero no sabía que estaba enfermo. Ansiaba verlo y abrazarlo para decirle que lo apoyaba y que sin importar si tenía cáncer o alguna otra enfermedad, ella estaría allí.

Pero no. Ella no estaba con su hermano, si no, con su novio y sus amigos planeando visitarlo en conjunto en una semana.

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Ciao