Primer relato: Aislamiento

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Allí estaba yo, en silencio, en un lugar cotidiano en mi vida manchado de sangre...
En un lugar donde el aire  que se respira no es nada puro, este era mas bien desagradable, con un olor repugnante, un olor y un ambiente que recordaba a un pantano mugroso y fangoso. Un ambiente que recordaba a putrefacción.
Y pensar que todo aquello que se notaba en la habitación pudo ser evitado si no fuere por una pequeña, simple y divertida palabra... 

Todavía lo recuerdo como si fuere el día mas feliz de mi vida; me acuerdo perfectamente de todas y cada una de las veces que Raúl se me acercaba para repetirme y recordarme lo gordo y rarito que era, por lo cual no merecía amistad alguna con nadie. Por suerte, o por desgracia, él no sabía realmente lo que estaba provocando.

Eso que me decía y me recordaba al principio no me importaba en absoluto, pensaba que tan solo era su opinión y como cualquier opinión tenia que respetarla. Pero un dia cualquiera, se me acerco de manera inusual... riendo. Se me acerco al oído y susurrando me dijo:

- Cuando alguien sincero acusa a un grupo de mentirosos, el mentiroso siempre será el sincero.

Nunca entendí a que se refería hasta que paso.  Todos en clase me empezaron a evitar, como si fuere una araña dentro de un hormiguero, me trataban como si fuere un chico extraño que no formaba parte del grupo. Eso me hizo dudar sobre si realmente lo que Raúl me decía era verdad. Pero  eso no acabo allí no, ya que entonces empezaron las mentiras y los prejuicios, que si tenia el VIH, que si me comí una rana por mero gusto,... Era increíble como hacían cualquier cosa para intentar dejarme mal. Era como si hubiesen creado una barrera invisible impenetrable para separarme de ellos. En aquel momento fue cuando me di cuenta de que nunca lograría estar al lado de alguien sin crearle angustia o asco.

Después de 5  años de burlas i bromas de mal gusto, me cansé. Llegó un día que no podía seguir, mi madre murió en un accidente de transito a las afueras de la ciudad. Yo, todo desilusionado a las 3 del mediodía en el comedor del instituto, espere a que todos se marcharan a clase para asi poder descansar al fin en paz. Me dirigí a la cocina del comedor y agarre un cuchillo para cortarte las arterias. Pero de repente, apareció Raúl. Un brillo de esperanza se me apareció al verlo acercarse con cara asustada, pensé que había una posibilidad en que me intentase parar y se disculpara por todas las cosas que me hizo. Pero no... Se quedo quito delante de mi y se empezó a reír, mientras me sacaba una foto con su polaroid que solía llevar siempre encima. Me miro a los ojos y me dijo:

- Suicídate va, a que estas esperando puto desgraciado sin vida. ¡Suicídate!

Y allí acabo, aquella barrera impenetrable que hasta ahora nos separaba, se transformo en un delgado y delicado hilo capaz de romperse con la mas mínima brisa de aire ya que sin darme cuenta pasó. Le clave en todo el pecho el chuchillo que sostenía en mis manos. Al procesar lo que acababa de hacer, simplemente sonreí mientras observaba el cadáver, desangrándose y llenándose de suciedad.

Y allí estaba yo, en silencio, en un lugar cotidiano en mi vida manchado de sangre...



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