[Abrazo a medias]

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Era un día en el cual el frío era el gobernante, nadie salía de sus casas por aquella razón, no se podía visualizar a ningún niño jugando o a gente simplemente paseando por las calles

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Era un día en el cual el frío era el gobernante, nadie salía de sus casas por aquella razón, no se podía visualizar a ningún niño jugando o a gente simplemente paseando por las calles. Todo era muy silencioso.

Acepción de ellos claro...

── ¡Duxo! ──gritaba el castaño.

Ya había pasado un buen tiempo desde que Aquino despertó y el azabache no había dado señales de de haber despertado. Ante esto, el oji-miel aprovechó en preparar el desayuno, sin embargo, a la hora de intentar llevárselo a la cama a Duxo, la puerta estaba cerrada.

── ¡Que es lo que quieres Aquino, ando ocupado! ──

── ¡Tu desayuno esta hecho desde hace media hora y no apareces! ──

El menor ya estaba pensando seriamente en tumbar aquella puerta que lo separaba del oji-lila...

No escuchó alguna respuesta como tal, pero sabia perfectamente que Duxo estaba yendo hacia él gracias a los pasos acelerados y torpes que este daba.

La puerta al fín fue abierta, dejando a un azabache y a un castaño cara a cara.

── Se ve rico... ──murmuró el mayor mientras veía la comida de la bandeja que sostenía Aquino.

 ──murmuró el mayor mientras veía la comida de la bandeja que sostenía Aquino

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── ¿Te gusta? ──preguntó el castaño.

Ambos se encontraban dentro de la habitación del mayor. Duxo se encontraba sentado en su cama y Aquino estaba parado al lado suyo.

── ¡Sabe muy bien! Nunca saldré de mi cama hasta que traigas mi desayuno ──dijo el mayor con una gran sonrisa de oreja a oreja.

── Si tengo que acortar mis horas de sueño para hacerte feliz, lo haré ──

Aquino miró a los ojos al mayor, perdiéndose en su linda y cautivadora mirada. Rió un poco al ver como este se sonrojaba y fruncia levemente el ceño, intentando lucir molesto, pero lo que terminaba logrando era verse más tierno de lo que es normalmente.

── Era broma pero si te ofreces a hacerlo, no me quejo ──

El castaño no respondió, solo se dedicó a admirar al azabache, podía pasar horas haciendolo y no daría ningún tipo de queja. La compañía del contrario era muy especial para él, se sentía feliz con el] hecho de saber que estaba a su lado, que lo apoyaba y que lo quería, ¿dónde podrías conseguir a alguien así?

── Me gustas ──susurró sin darse cuenta.

── ¿Mgh? ──el azabache masticaba el desayuno preparado por el otro, estaba tan concentrado en lo suyo que no escuchó lo que dijo Aquino── ¿Dijiste algo? No escuche ──habló cuando terminó de comer.

El menor se sobresalto, cayó en cuenta de lo que había pasado. Que tonto era.

── No dije nada...dormir tarde te está afectando mucho ──dijo nervioso tratando de excusarse.

El contrario le resto importancia y siguió comiendo.

Aquino soltó un suspiro inaudible, había pasado un mal momento, tuvo suerte de que Duxo no lo haya escuchado, no quería "declararse" de aquella forma. A él le gustaría hacerlo de una forma muy especial.

Bajó la mirada avergonzado. Por estar pensando en su mejor amigo, casi se declara inconscientemente

Levantó su cabeza, posando sus ojos en el contrario. Sonrío sin darse cuenta. Duxo realmente era muy lindo a sus ojos, en realidad, a los ojos de cualquiera era extremadamente lindo.

Se acercó un poco más al azabache, quedando casi pegados. Ahora ambos estaban lado a lado.

Movió su mano con cuidado y delicadeza, como si el oji-lila fuera a romperse por algún movimiento en bruto hecho por el castaño. Deslizó su brazo por los hombros del mayor, quedando asi, su mano lo suficientemente cerca de su cabello.

La distancia perfecta para acariciarlo.

── ¿Que haces? ──preguntó sin entender el azabache.

── Nada, solo quiero estar así un momento, es todo ──

Dejó de acariciar el cabello de Duxo, para poder acariciar su espalda, obviamente lo haría con cuidado y cariño.

Dejó de acariciar el cabello de Duxo, para poder acariciar su espalda, obviamente lo haría con cuidado y cariño

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Hug me! [Duxino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora