Capitulo 1. Menudo Primer día.

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- Piiiiiii Piiiiii Piiiiiii Piiiiiii Piiiii -

Estiro el brazo para alcanzar el odioso aparato que me acababa de despertar de mi sueño profundo.

- Maldito trasto ... - murmurro mirando fijamente al despertador.

Lo dejé en su sitió y me estire y bostecé como un un león. Saqué mis pies de la sabana y los apoye en mis pantuflas de conejito.

Me arrastré como un zombie hasta el baño y me encerré dentro. Me desvestí y me metí en la ducha mientras escuchaba la música en un volumen muy bajo para no despertar a mi hermano.
El agua fría en mi cuerpo me hacia retorcerme bajo el grifo. Pero , me gustaba esa sensación de sentir que cada gota que caía congelaba una minúscula parte de mi en un segundo.

Salí del baño bien despierta ( como para no estarlo después de esa ducha ) y me dirigí a la cocina.
Allí estaba mi precioso hurón esperándome.

- Hola , Kuki. ¿ Que tal has dormido ? - le pregunté mientras le acariciaba todo el lomo.

Cuando era solo una niña pequeña de unos seis años , mi padre me llevó al zoo. Cuando llegamos a la zona de los hurones , estaban todos revolucionados porque había muerto una de las hembras y sus hijos recién nacidos estaban saltando por toda la celda. El más pequeño se me quedó mirando y , al ser yo una amante de los mamíferos , no pude resistirme a enamorarme de él. Desde entonces iba todos los días a verle. Murió cuando yo tenia 12 años y me regalaron a su hijo. Y esa es la historia de Kuki.

Preparé el desayuno con Kuki en mi hombro observando todos y cada uno de mis movimientos sin molestarme.
Me senté a la mesa y Kuki se sentó frente a mi. Para mi un poco de leche sola con una manzana y para él , un bol lleno de pedacitos de mandarina y plátano.

Amaba ver al mi pequeño con sus mini-manitas comiendo esos pedacitos de fruta tan feliz.

De repente mi hermano mayor entró por la puerta y se me quedó mirando.

- Joder , Kristine. Te he dicho mil veces que no vayas así por la casa. - me dijo mientras acariciaba a Kuki.

- Me encogí de hombros y seguí comiendo. - Llevaba puestas mis bragas rojas y una camiseta vieja con un nudo sobre el ombligo. - Soy tu hermana , no debería provocarte placer verme así vestida. - dije mirando a su bulto en el pantalón.

Se puso colorado.

- ¿¡ Que !? N-No es por ti ... los hombres a veces nos levantamos así sin razón , tonta. - se sentó en diagonal a mi con su desayuno frente a el.

Me reí.

- Ya pero ... - me levanté de la silla y coloqué mi plato. Luego , me mordí la punta del dedo y puse cara de putón inocente. - no me niegues que desearías tocar algo de ésto. - deslice un poco hacia abajo un lado de mi braga pero sin que se viera nada.

Mi hermano se atragantó con la comida y se puso muy rojo.

- Vete ya a vestir o llegarás tarde a tu primer dia en el nuevo instiuto , idota. - dijo riendo.

Me reí de nuevo y subí a mi cuarto seguida de Kuki.
Cerré la puerta de mi cuarto y abrí el armario.
Después de varios cambios , me decante por unos vaqueros negros ajustados , una camiseta de tirantes verde esmeralda , que combinaba con mis ojos y unas vans blancas. Cogí mi chaqueta de media espalda negra y me la puse. Coloqué mi mochila sobre mi hombro izquierdo , dejé a Kuki con mi hermano y me fui.

*******

Llegué al instituto y me paré en la puerta mirando el enorme cartel sobre mí.

" ¡ Bienvenidos a Sweet Amoris ! " decía el cartel.

Castiel , idiota , te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora