Gemido

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Hola soy yo de nuevo con una historia como me gustan, solo sexo sin trama, una disculpa por las faltas de ortografía pero este teclado esta en ingles y no entiendo como ponerle los símbolos de puntuación o las ñ en la mayoría de los párrafos, disfruten, espero su voto y algún rr, seguiré trabajando en mas ideas de esta pareja.


Hace unos días sucedió algo muy extraño, demasiado extraño el solo recordarlo me da escalofríos, estaba peleando con el perro como de costumbre cuando de pronto todo se estaba saliendo de control, jamás habíamos pasado a las agresiones físicas, pero es que el perro es demasiado persistente.

Bueno la cosa estuvo así, lo empuje tan fuertemente que lo tenía tomado del cuello y lo había empotrado contra la pared, pero al sentir como el aire se escapaba de sus pulmones del golpe también logre escuchar claramente un gemido, ¡UN GEMIDO! Y no de dolor si no de puro placer y vaya que su cara lo expresaba completamente.

Solo fue una fracción de segundos donde los dos nos quedamos mirando sorprendidos yo solté rápido al perro y me hice un paso hacia atrás mientras el seguía con la mirada espantada y un rojo intenso cubrió todo su rostro antes de irse corriendo de ahí.

Desde entonces no he podido dejar de pensar en eso, que hubiera pasado si apretaba más fuerte, habría seguido gimiendo?, creo que ahora me está matando la curiosidad saber si el perro es gay o solo un maldito masoquista.

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Estoy realmente sorprendido, asustado y excitado esa es la parte que más me asusta y me sorprende, estuve a casi nada de soltarle a Kaiba un "más fuerte" cuando me tenía tomado del cuello, pero solo logre sacar un gemido, creo eso fue más vergonzoso que lo que tenía planeado decir, pude ver la sorpresa en sus ojos y como se alejó más que rápidamente.

Ese día llegue a mi casa a masturbarme como un loco antes de que la sensación de ser sujetado con fuerza se alejara de mi cuerpo, no recuerdo cuantas veces me vine, pero aún seguía con ansían de más, lo peor del caso es que no podía ir provocando a Kaiba para que lo hiciera de nuevo, porque de las veces que hemos jugado rudo con Tristan no ha tenido ese efecto en mi cuerpo como cuando Kaiba me tomo con real enojo.

Y tampoco podía llegar y decirle "Oye Kaiba vuélveme a ahorcar que me quiero manosear en la noche" y es que no es que me guste que me maltraten, pero esa sensación de sentirme dominado por alguien más fuerte y más grande que yo me fascino, hasta hoy me di cuenta de la verdadera diferencia de estatura que tenemos.

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No pude pegar el ojo toda la puta noche, creo que debo hacer un experimento solo uno, para saber si estoy loco o de verdad es lo que paso, pensar que el maldito perro callejero ese le guste ser sobajado lo excite hace que mi erección me estorbe en el pantalón, no soy gay, por lo menos no siento que lo sea para empezar creo que ninguna persona sea hombre o mujer haya hecho que tuviera algún pensamiento indecente como este maldito perro corriente.

Llegue temprano y para mi buena suerte estaba el perro tumbado en su pupitre dormitando, no pude contenerme y llegué sigilosamente para tomarlo fuertemente de la nuca para que no pudiera levantarse de su lugar.

-que mierda? - me reprochaba intentando apartar mi mano de su agarre, pero entre más lo hacía más fuerte lo apretaba.

-ahora si perro, quiero que me digas que sientes porque no me iré de aquí sin respuestas- le hablé directo al oído, pude sentir y ver como su piel se ponía de gallina, bingo, al perro le gusta eso y por ende me está pareciendo demasiado satisfactorio, lo tendré en mis garras, sabré como controlarlo, si no quiere que les reveles su secreto a sus amiguitos felices por siempre, tendrá que comportarse ante mi.

FeticheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora