Inicios del camino

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Mientras las frías gotas de lluvia caían en aquella noche, un chico común caminaba con pesar como cada día a su hogar, era algo tarde ya y sus pasos se silenciaban esta vez por la ruptura de las gotas, siendo un cambió no tan agradable a las silenciosas noches anteriores... El camino a seguir era escaso de las luces que alivian o intentan aliviar el temor a la oscuridad en las ciudades, siendo así que el joven cada vez lograba ver a menor distancia su entorno, pero no le preocupaba demasiado, era un proceso repetido día a día, noche tras noche durante algunos años, el viento movía de forma tosca las ramas y hojas de los arboles que bordeaban el pequeño camino, el estruendo de un rayo que al caer en uno de los árboles cercanos había producido hizo al joven apartarse hacía atrás, un instinto humano al posible peligro que le hizo tropezar con una de las rocas que en el suelo oscuro no había notado aquel de oscuros cabellos, cayendo de espalda por una pendiente y rodando hacía abajo entre algunos arbustos que no temieron en lo absoluto al herir ligeramente al joven, que se quejaba inútilmente a la nada por su suerte.

-Demonios, solo esto faltaba

Se dijo a si mismo mientras buscaba las latas esparcidas por el suelo, denotaba torpeza al hacerlo, la lluvia y la oscuridad no ayudaba demasiado a arreglar eso, mientras se agachaba para tomar una de las latas de comida logro percibir algunas luces entre los arboles, pequeñas y frágiles luces que debían luchar constantemente contra la lluvia.

-antorchas?...

Era realmente difícil imaginar el por que habrían personas en ese lugar alejado de la mano de dios a esas horas tan cercanas al amanecer, pero la curiosidad no era superior al deseo de mantenerse seguro, así que desistiendo de averiguar lo que ocurría decidió en cambio dejar la búsqueda de los objetos restantes y regresar al camino, con cuidado subió la pendiente y retomo su curso, la preocupación anterior se desvaneció al finalmente llegar a su destino, una casa que rozaba apenas lo humilde, completamente de maderas que habían visto mejores días, unos días ya remotos pero resistiendo todavía ante los caprichos de la madre naturaleza, sacando la llave de su bolsillo y colocándola en la cerradura es golpeado con fuerza y tirado al suelo, su cabeza chocando bruscamente con el suelo dejaría atontado al joven por el impacto inadvertido de lo que sus ojos reconocieron como una chica desarreglada cuyos cabellos bañados en la lluvia caían sobre el sin permiso alguno.

-Que te...
-Calla, calla

La chica con voz baja y temblorosa cubría los labios del chico sin dejarle completar su oración, con temor miraba a su alrededor.

-por favor no levantes la voz, ayúdame, por favor, necesito escapar de ellos

La voz ahogada del joven hace notar a la chica que no podrían responderle de inmediato.

-quitare la mano, pero por favor no hagas ruido.

El joven sin mas remedio asintió con la cabeza y la chica retiro su mano.

-quien eres? Quienes son "ellos"?
-no hay tiempo, déjame entrar a tu casa, solo esta noche, mañana me iré lo prometo
-lo siento pero no te conozco, por que seas mujer no significa que te dejaré entrar, te ves realmente sospechosa
-si quisiera hacerte daño lo hubiese hecho antes, solo quiero esconderme, ellos llegarán pronto

El joven todavía dudoso de las palabras de la chica observo detrás de ella, entre los arboles que bordeaban su casa tenues luces dispersas y sintió un escalofrío recorrer toda su espalda, por algún motivo decidió aceptar, y al ella apartarse abrir la puerta con prisas para entrar seguido de la chica, ¿la puerta necesitaba un seguro justo ahora? Quizás no, pero igualmente fue puesto en cuanto la puerta se cerro, el joven acerco su mano al interruptor a un costado de la puerta y su mano fue detenida por la chica.

-no enciendas la luz, sabrán que estoy aquí
-¿puedo saber ya de que nos escondemos? ¿Quienes son esos sujetos? Los vi antes de camino aquí
-ellos...

La chica aparto la mirada y abrió sus ojos por completo mirando al borde de la casa, el joven se acerco a la pared, entre las tablas de maderas podía encontrarse algún que otro agujero, causa de la madera mal cortada y aveces también por algunos accidentes del pasado, las luces estaban esparcidas por el bosque, quietas, atentas, mientras unos perros negros y delgados se acercaban a la casa.

-Dios, no... No no no no
-¿Perros? No me jodas
-tenemos que escondernos, rápido
-¿Todos esos son personas? ¿Se puede saber que hiciste para molestarlos a todos?
-necesitamos escondernos, te diré, solo por ahora por favor, hazme caso
-vale pero sera mejor que tengas una gran explicación (capaz terminen quemando mi casa conmigo adentro por refugiar a una ladrona o algo así, como si el día no hubiese sido lo suficientemente malo hoy)

Ambos optaron por la opción de ocultarse debajo de la cama, la ironía de tomar el puesto que corresponde a los monstruos parecía lo mas sensato para ella, los perros llegaron a la casa y seguido a ellos unos pesados pasos se escuchaban incluso en el interior de la habitación, bordeando la casa por completo se detuvo el sonido no muy lejos de la puerta y se escuchó patear levemente una lata.

-mierda mis compras
-¿Tus qué?
-mis compras se me cayeron cuando me derribaste al parecer, tenían ganas de besar el suelo hoy
-espero que por tu culpa no nos atrapen idiota
-¿me tiras al suelo, te escondo de esos locos y me dices idiota?
-ya veras si nos atrapan..
-(con razón mi padre me decía que no existe mayor problema que una mujer)

Los sonidos detenidos finalmente volvieron a escucharse, esta vez alejándose de la casa.

-¿Se fueron?
-eso parece

El joven salió de su escondite y camino de vuelta a la pared exterior en busca de algún agujero al azar.

-pues si, ya no veo antorchas
-ahhh~ pense que no la contaba

La chica se dejo caer sobre uno de los asientos tras suspirar profundamente.

-¿Y bien?
-mmm?
-¿Quien eres? ¿Por que te siguen? Y mejor ¿por que no debería echarte ya de mi casa ahora que se fueron?
-Soy... Ari, ellos... Son.. son... Yo la verdad no se que son, pero me...
-¿Te...?
-¿por favor?

Dijo la chica forzando una sonrisa, intentando eludir contestar la pregunta.

-no creas que eso te servirá, además por que.... Ah~ que mas da, también tengo hambre, pero mas te vale responder después

Ari asintió y quedo mirando el suelo mientras jugaba con sus dedos, mientras el joven paso por la puerta y accionó el interruptor, dando algo de luz a la sala en la que estaban.

-¡¿Que haces idiota?!

Con brusquedad se levantó del asiento para ir a apagar la luz pero el joven se interpuso.

-¡Ya se fueron! ¿No esperaras que prepare comida asi a oscuras verdad?
-esta mal... Esta mal, podrían ver la luz
-amja... Que extraño, una casa con luz

Dijo de forma sarcástica mientras Ari volvió a fijar su vista al suelo y sentarse en el taburete de madera frente a la igual mesa, el joven abrió la puerta y agarro las latas de comida, cerro la puerta y coloco el seguro luego de mirar con una sonrisa triunfal a Ari antes de dirigirse a la cocina a preparar algo que aligerace el apetito de ambos, no más de unos diez minutos tomaron para que el joven volviese con un emparedado y una taza de té en una bandeja de aluminio que dejó sobre la mesa, luego con otro emparedado a medio comer en su mano se sentó a no mas de un metro de ella.

-¿y bien?

Ella no respondía, temblaba mientras el té caía sobre ella y el suelo, su vista fija detrás del joven.

-no vas a esquivar la pregunta así, solo vas a quemarte

Ella no respondía, sus lágrimas caían de sus mejillas y tartamudeaba algo.

-eh? No entiendo

Acerco su oído a la chica.

-no, no, no...
-¿No?

Miro detrás dejando caer su merienda al suelo, entre las tablas se encontraban un par de ojos que fijamente observaban el interior, una escalofriante voz procedente de fuera del hogar llego a romper el silencio.

-te encontre.

FaarhtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora