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El nacimiento de una flor, en medio del caos. Un ser vivo parte de la naturaleza que tiene vida propiamás NO una decisión propia. No es dueña de su mismo ser ni de su tan fragante belleza.
Un pequeño bebé que con suaves y extrañamente calmantes llantos infantilesirrumpía en lo que era la ahora mansión de una Familia muy reconocida en el mundo mágico. La Familia Malfoy, de sangre pura recibia a este delicado bebé. Una madre cargando a su hijo con una expresión maternal mientras su esposo estaba serio al igual que el otro hombre esposode Narcizza, Lucius Malfoy.
En aquella oscura casa solo por el día de hoy había luz, luz a través de las ventanas para recibir al pequeño.
La mujer dejó al niño en una cuna, parecía ser una costosa del mundo mágico, solo lo mejor para hacersentircómodo al niño.
Lucius, un hombre de cabellos largos y rubio cenizo lo miró, lo analizó y luego opinó.
Lucius: Tan frágil criatura. —Dijo en modo de severa critica— Se parece tanto a su madre...esos ojos rosas... —Alzó la ceja— Es una niña, ¿entonces? —Con uno de sus dedos rozó la mejilla del pequeño—
La mujer quien era su madre del niño suspiró y negó suavemente a la pregunta del hombre.
Arabella: No. —Se tomó unos segundos de silencio para responder lo obvio— Es un niño. Un saludable y lindo varón.
Lucius alzó la ceja. Un poco de sorpresa en sus ojos.
Su esposa también se veía algo atónita ante la confesión.
Lucius: ¿Un varón? —Sin embargo siguió rozando la mejilla del bebé con cierta caricia—
Narcizza: Oh... Merlín. Esto es... ah... —soltó un suspiro de preocupación— Es un problema. Sin una niña entonces el compromiso no será...
Su esposo la interrumpió de inmediato. Dejando ahora de rozar la mejilla del infante que parecía ahora tranquilo mirando a los presentes con inocencia.
