Narra Grecia Evans
Mire a mi hijo, aterrada. Tenía las mejillas enrojecidas y los labios apretados. Apuntaba con su arma a Albert, quien lo miraba con el ceño fruncido.
—Jake...¿Qué haces? —dije
Mi niño no me miraba, solo observaba a Albert con odio y rencor. Esa imagen me partió el corazón. Pero también de cierta forma estaba orgullosa, tenía agallas, no obstante, no quería que fuera él quien matara a Albert.
—¿Qué haces? —Albert dió un paso en su dirección
—¡No te muevas! —habló con voz áspera, se oía asustado —¡Dijiste que no eras malvado! —sus ojos dejaron salir un par de lágrimas
—No sabes lo que haces.
Miré a Fabián, quien me miró igualmente pero sus ojos se fijaron en Hazel.
—¡Creí que eras bueno! ¡Me mentiste! ¡Tu no eras mi papá!
Sin saberlo, esas eran sus frustraciones. Albert, el hecho de engañarlo, haciéndole creer que él era su padre cuando en realidad no era así.
Albert dió otro paso hacia el. El miedo me ganó cuando caí en cuenta que iba hacia él para propinarle un golpe.
—¡JAKE!
Albert se volteó en mi dirección y ese fue el momento en el que Fabián fue sobre él. Elevó el arma aún en su mano.
Me acerqué a Jake como pude con la bebé en mis brazos. Puse una mano en el arma, pero él no la soltó.
La bebé empezó a quejarse.
—Jake... —no me miró —Jake suelta el arma. Jake
El arma con la que forcejeaba Fabián y Albert se disparó cuatro veces. Desatando el llanto de Hazel y paralizando a Jake enseguida.
Tomé el brazo de mi hijo con fuerza, pero al moverlo, fue peor.
Jaló el gatillo, dejando salir solo una bala, que le dió en la pierna. Eso lo hizo alejarse enseguida.
—¡Jake! ¡¿Qué hiciste?! —le dije asustada
Hazel comenzó a llorar más fuerte.
Albert cayó al suelo cubriendo la herida de su pierna. Pero eso no lo detuvo. Tomó la pistola junto a él e iba a dispararle a Fabián justo en la cara. Pero otro disparo lo detuvo.
Tenía mi mano sobre la de Jake, ambos sobre el gatillo, le había disparado a Albert en la cabeza. Si esperaba a que mi hijo me la diera, hubiera sido tarde, muy tarde.
Ambos soltamos la pistola, cayó al suelo. La sangre comenzó a brotar de la cabeza de Albert. Jake lo miraba fijamente, tenía las pupilas dilatadas.
No me moví. Mi hija disminuyó su llanto, como si supiera que momento estábamos viviendo.
Fabián se acercó, gateando. Tenía la cara roja. Me quitó a la bebé de los brazos y levantó a Jake del suelo, abrió la puerta de la casa, pero antes de salir, me miró.
—Grecia
No quitaba mis ojos de Albert, está muerto, frente a mi. Yo lo hice. Con mi hijo, ambos lo matamos.
¿Qué hice?
Las lágrimas inundaron mis ojos y me quedé de rodillas en el suelo.
Oí sus pasos alejarse. Dejaron la puerta abierta. Los ví sentarse en la entrada. Jake tenía sus manos juntas. Fabián dejó a la bebé sobre el césped, junto a las plantas de la entrada.
Lo miré de nuevo
—Maldito... ¡Mil veces Maldito! —grité con odio —¡Espero que te quedes en el maldito infierno!
Fabián entró otra vez en la casa y se agachó frente a mí.
—Grecia
Me solté de su agarre.
—Hice que mi hijo lo matara, yo lo hice, Fabián... —lo miré a los ojos
—Era lo que tenía que pasar
Negué
Rápidamente me acerqué a su cuerpo, lo patee, pise e incluso escupí. Una y otra vez, hasta que me cansé.
—Basta —Fabián intentó alejarme —Grecia... ¡Grecia Basta! ¡Detente!
—¡Maldito! ¡Espero te pudras en el infierno! ¡Te odio!
Me tomó con fuerza, lastimando mi brazo Incluso. Me sacó de la casa igual, y me dejó en el suelo junto a la bebé, sobre el césped, juntos a las plantas.
Jake estaba junto a mi, pero no quería verlo a los ojos.
—Llamaré a la policía —habló Fabián y regresó a la casa, supongo que a buscar su teléfono
¿Quería que muriera? Si. Pero no aquí, en mi casa, frente a mis hijos, y peor aún, las manos de Jake tuvieron que ver.
—O..oíste... ¿Oíste eso? —se acercó un poco —¿Escuchas? —seguía sin mirarlo —¡MAMÁ!
—¡Ayuda!
Levanté la mirada en cuanto oí ese grito.
Mire a todas partes, no podía distinguir de dónde exactamente venía el grito.
—Hay... Hay alguien mamá —lo mire a los ojos valientemente
—¡Ayuda!
Como si estuviéramos conectados ambos nos levantamos del suelo, sin pensar en Hazel siquiera que permanecía en el césped junto a las malditas plantas.
Salimos corriendo por la calle. Encontramos un auto, negro con vidrios polarizados.
—Ayuda... —oímos de nuevo
—Jake. Jake. Llama a Fabián ¡Ahora!
Él salió corriendo enseguida y yo me quedé ahí.
—¿Luca? —dije con duda
—¿Gre... Grecia? —una sonrisa triste se dibujó en mis labios
—Luca
—¡Grecia! —levanté la mirada y ví como Fabián venía hacia mí con una cosa, cuyo nombre no sabía, para abrir el auto —A un lado
Jake y yo nos alejamos y él comenzó a abrir a la fuerza la cajuela del auto. Tardó, pero finalmente la abrió, dejándome ver a mi traidor hermano, con sangre seca en su rostro, manos y pies atados.
Nos acercamos de nuevo. Luca se sentó, pero se arqueó ya que empezó a vomitar a un lado del auto.
—Luca
Corrí como una loca a la entrada de mi casa. Me agache para tomar a mi hija.
Ví el cuerpo de Albert aún sobre el suelo de mi sala, y la sangre ya estaba por doquier.
—Hija mía —besé su cabecita
Estaba muy, muy nerviosa. Las manos me temblaban, empezaba a sudar.
—La policía viene —ví a Fabián con Jake acercarse
—¿Y...y lu... Y Luca? ¿Qué pasará con él?
Fabián agachó la cabeza
…

ESTÁS LEYENDO
Una Vida a tu Lado [TERMINADA]
RomanceUn matrimonio por contrato. Grecia ha sido obligada a casarse con un desconocido para salvar la empresa familiar, pero lo que no sabe es que en realidad sus padres la obligaron a eso para poder salvarla de un enemigo. Al conocer a su esposo, se lle...