CREEK ONE SHOT [+18]

Parte única

Tweek y Craig se encontraban trabajando en el cuarto del pelinegro, terminando un proyecto que el profesor había dejado como tarea.

Se llevaban bastante bien, así que pensaron en hacerlo juntos ya que también podía ser realizado en equipo.

Apenas iniciaban con el dichoso proyecto, no era muy difícil de realizar, solo buscar un par de cosas en este libro, otro par en este otro.. y listo.

Acomodaron su pequeño espacio de trabajo pues ambos odiaban el desorden, se sonrieron mutuamente mientras lo hacían, cómo si sus dos almas obsesionadas por la limpieza y el orden hubieran conectado.

-Okay, podemos empezar. - indicó el rubio.

-Claro. -respondió el azabache. - Ey, ¿trajiste tus libros?

Tweak frunció el ceño.

-¡¿No los ibas a traer tu!?

Ambos se miraron nerviosamente, debieron haberlo planeado con más claridad.

-Mierda, los olvidé... ¿Qué haremos ahora?

Después de unos segundos, el rostro de Tweek se iluminó cómo si hubiera conseguido una solución, aunque al instante se apagó.

-Ay, yo le presté los míos a Kenneth... -lamentó el.

-Ugggghhh. - se quejó el azabache.

El rubio lo miró con cierta angustia, era cierto que tenían mucho tiempo para acabar este proyecto, pero no sabía en cuanto tiempo tendría de vuelta sus libros y conociendo a Kenny, no sería pronto.

-Tranquilo, encontraremos una solución. - afirmó Tweek.

Su rostro se volvió a iluminar, y ahora permanentemente. Craig le miró mientras esperaba a que dijera algo, a que soltara una idea maravillosa.

-¡Ya sé! - exclamó él con felicidad.

-Habla.

-Okay, no es lo más moralmente correcto o tan siquiera fácil, perooo, - hizo una pausa. - ¿qué tal si nos escabullimos en la escuela, tomamos tus libros, y regresamos como si nada?

El azabache lo dudó por unos momentos, pero qué otra opción tenía, pensó.

Finalmente, suspiró y asintió.

-Ponte uno de mis abrigos, hace frío allá afuera y probablemente llueva.

Ambos se levantaron, por parte del rubio, con felicidad y sintiéndose dinámico, por parte del pelinegro, algo dudoso aunque emanando seguridad.

Craig le ofreció un abrigo a Tweek, mientras el se ponía el suyo.

Ambos bajaron sigilosamente, evitando a los padres de Tucker.

Finalmente, llegaron a la salida, abrieron la puerta con mucho cuidado y salieron. Las calles eran ciertamente terroríficas y emanaban pura soledad y peligro a esa hora, pero qué más daba.

En ciertos momentos, corrían y en otros simplemente caminaban en silencio. Un silencio nada incómodo, a decir verdad.

Finalmente llegaron a la escuela, cómo era de esperarse: todo estaba cerrado. El azabache examinó el lugar hasta dar con una ventana semi abierta.

-Hey, Tweek, cabes por ahí, cierto?

-Uh-hum - asintió el rubio.

-¿Podrías entrar por ahí, y luego abrir la puerta desde dentro?

El rubio lo miró por unos segundos con una leve sonrisa y luego asintió.

Se dirigió a la dichosa ventana, y trepó cómo pudo con ayuda de su amigo.