Capítulo único

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Estaba cansado, de mal humor y especialmente enfadado con ella.

No me aproveché de ello en absoluto, más bien solo me desquite y traté de mantenerme a flote, era eso o volverme loco y perder totalmente los estribos.

No fui amigable, sinceramente yo la necesitaba como una puta no como mi esposa, la necesitaba como un objeto o persona lista y dispuesta para el desquite, no quería hacerle el amor yo quería darle duro y azotarla, romperle el culo y quizás si sangraba un poco no me importaría, quería descargar mi semen en un coño cálido, húmedo y apretado, exclusivamente quería hacercelo a esa mujer ya que por alguna razón estaba obsesionado con ella y no podía tocar a otra mujer, simplemente no se me daba.

La haría gritar y suplicar, verla delirar inclusive si se desmayara se que yo igual seguiría dándole, eso quería en verdad.

Al llegar a casa y una vez que nuestros lindos angelitos estén cada uno en sus piezas profundamente dormidos me la llevaría a nuestro cuarto tomándola de la cintura y una vez adentro cerraría la puerta con cerrojo empujándola contra la pared, me lanzaría a comerle la boca y cuello, rápidamente la manocearia, alzaría su falda tocando su parte íntima y bajaría la parte de sus tirantes para chupar y morderle los cenos, le daría vuelta de manera brusca y bajaría sus bragas hasta antes de sus rodillas haciendo que las atajara ya que me excitaba de sobre manera que no se las quitara, me bajaría el pantalón solo un poco y sacaría mi dura polla para  al fin penetrarla como Dios manda, con mis manos sostenerla y escuchar como sus intentos de querer reprimir sus gemidos se esfumaban.

Se lo encajaría rápido y duro,  una vez que yo quiera parar y llevarmela a la cama, ponerla en medio y abrirle las piernas poniéndome también en medio mientras de la mesita de luz sacó dos de mis corbatas y ato sus muñecas por la cabecera de nuestra cama, le muerdo los labios y juego con su lengua dejandola con ganas para ponerle unos de mis pañuelos en la boca haciendo que lo mordiera, le hablaría rudo y obsceno, la trataría mal, le pelliscaria y apretaria sus pechos además le quitaría nuestro anillo de casamiento diciéndole que no la trataría como mi esposa sino que sería como mi amante o prostituta personal, como una perra.

Esta vez sí me quitaría toda la ropa y entonces con la punta de mi pene me pondría acariciar su clitoris y la masturbaría tan jodidamente, de su oído bajaría a su pecho, de su pecho a su vientre y de su vientre a su vagina, se lo chuparía saboreandola, le escupiría y estiraría sus labios vaginales con mi boca de forma morbosa, penetrarla con mi lengua y tomar fuerte de sus muslos dejándole marcas.

Una vez cansado alzaría sus piernas en un lado de mis hombros y se lo metería rápido viendo como sus pechos se mueven frenéticamente y ella se agita de sobremanera, como su rostro se pone rojo y sus ojos lagrimean, ambientado con los recibidos de la cama, el sonido de nuestras pieles chocar y mis gruñidos y gemidos con sus inexplicables sonidos emitidos.

Torturarla y decirle, reprocharla de que no usaría condón y que quedaría en cinta, que tendría otro hijo nuestro le gustase o no, sabiendo que no haría  más que exitarla ya en realidad cada que ella negaba o no le "gustaba" era  cuando más se excitaba, ver como queda casi inconsciente luego de venirme en ella, le volvería a abrir las piernas y observaría como mi semen brota y sale de su interior sintiéndome satisfecho.

La movería y quitaría el pañuelo de la boca, besaría desesperadamente sus labios y la desataría rápidamente para moverla y poner una almohada abajo de su cadera, ponerla de espaldas con el culo alzado para metercelo nuevamente por el haciendo la lloriquear y gemir alto, pidiendo clemencia por que no fuera tan rudo, usando mi propio semen escurrido por sus piernas como lubricante moviéndome crudamente.

Y casi al último dejarla sumida con el culo expuesto desecha con más de mis semen recorriendo partes de su hermoso cuerpo, tomar su rostro y besarla bruscamente, luego voltearla y acurrucarla junto a mi en  forma de cucharita para meter mi miembro en su agujero y dejarlo ahí para descansar.

Quizás, tal vez al despertar por la madrugada o mañana volvermela a cojer moviéndome bajo las cobijas pegado a su culo como un puto animal en celo mientras ella se retuerce y mueve suavemente sus caderas hacia atrás ayudándome a penetrarla profundo con sus bellos gemidos, eso sí sería estupendo.

Publicado el 08.03.23
Hora 10:07 a.m.

Desquite - Gaara X Lectora +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora