Una caminata diferente.

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Me desperté en un cuarto oscuro, olía a muerte y tenía el cuerpo entumecido en una posición extraña pero aún así no me moví, traté de que mis ojos se acostumbrarán a la oscuridad y distinguir alguna forma por la luz que se filtraba a través de la rendija de la puerta. Escuché pasos lentos, pies que se arrastraban fuera de la puerta, un paso... otro paso... lentos... un sonido que salía de dentro del pecho del ser que caminaba por fuera, un sonido gurutal y que bajo ninguna circunstacia podría presagiar nada bueno, el sonido que indicaba muerte, indicaba putrefacción y miedo. Mi cuerpo reaccionó institivamente, mis músculos se tensaron y me quedé más quieto aún si cabia posiblidad. 

Ahora estaba justo en frente de la puerta, la poca luz que se filtraba a través de la rendija quedaba ahora interrumpida por dos piernas que hacían sombra, mi pulso se aceleró, el ser que estaba afuera respiró profundo y el sonido que salió de su garganta fue más profundo, un sonido de hambre irracional, sangre y carne fresca era su único propósito. Acomodé mi mochila en mi espalda lentamenta, dándome un poco más de tiempo, alargué la mano y cogí la pala que se había convertido en mi nuevo amigo inseparable, incluso le contaba a ella mis esperanzas, mis miedos y deseos, cuando sentía que estaba seguro, que nadie más me escuchaba. Me levanté lentamente, agarré con fuerza el mango de la pala y dejé la parte de metal apuntando hacia arriba, más alto de mi cabeza, abrí la puerta lo más rápido que pude y volví a mi posición inicial.

Media al menos un metro ochenta, lo cual comparado con mi metro cicuenta y cuatro no era nada, me sentí más pequeño, pero en este caso era una ventaja, su peso jugaría en su contra. No estaba recién convertido, el olor a putrefacción era penetrante y me obligó a arrugar la nariz, su piel tenía un tono que iba desde lo grisáceo hasta el negro en algunas partes, le faltaban incluso algunos pedazos del cuerpo y sus ojos estaban inyectados en sangre, respiró profundo, deleitandose con el olor de mi carne fresca, de la sangre recorriendo cada una de las venitas de mi cuerpo. Fijé bien los pies al suelo, sujeté aún con más fuerza el mango de la pala y lo miré directamente, esperando su movimiento. 

Se abalanzó sobre mí con su caminar lento, usando su peso para tratar de aplastarme, no le funcionó, mi pala estaba en el ángulo perfecto para que pudiese ser clavada en su garganta con facilidad, la atravesó de un solo tajo, ayudada por su carne podrida y blanda consecuente de la putrefacción. Su cuerpo cayó pesado a sólo unos palmos del mío y su cabeza rodó hasta mis pies, mi pala quedó sucia de sangre coagulada y jirones de carne podrida. Ya no me producía nauseas, no sabía cuando volvería a comer así que no podía simplemente vomitar por cada zombie que mataba, mi cuerpo no se lo podía permitir, así de sencillo. Sacudí un poco la pala para que la carne se le despegara y salté encima del cuerpo ahora decapitado. Debía irme rápido, nunca se estaba seguro en ningún lugar por mucho tiempo. Fue una lección que aprendi hace algún tiempo. Ya no estoy seguro si fue hace un par de dias, de semanas o meses... Pero siempre tenía la esperanza de encontrar algo más que una ciudad infectada y devastada y mis lecciones no las olvidaré, porque la mas importante de ellas era la esperanza y el sur, hacia la selva. 

Quisé cambiar un poco el género de misterio, asi que me aventure con zombies, lo empecé como una tarea para la clase de literatura de mi hermano, luego me gusto y lo pulí un poco mas y le dedico mas tiempo. Aún asi seguire subiendo Asesino Perfecto. Lo siento por haber desaparecido tanto tiempo... Ahora tengo la univ, pero aún asi encontraré tiempo para seguir escribiendo y ahora más seguido xD... 

Una caminata diferente.Where stories live. Discover now