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| 𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝐼𝑉| « Viernes»
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Pandora Lestrange.
El tan esperado día había llegado, era viernes por la mañana y Pandora se estaba preparando para sus clases; Había estado toda la semana esperando por el dichoso viernes y aguantado las quejas constantes de Spencer por haberlo metido en eso, pero ese día iba a valer por completo la pena, ambos se la iban a pasar bien y la rubia seguramente iba a pasar una hermosa noche con Xenophilius, eso era lo que más quería.
Terminado de ponerse su uniforme tomo sus cosas y salió de la habitación que compartía con otras tres chicas más de su casa, no hablaba mucho con ellas, solo las saludaba y les preguntaba cómo estaban pero eran los únicos diálogos que tenía con ellas. Lestrange bajo corriendo por las escaleras hasta llegar a la sala común, donde se encontraba un apuesto castaño leyendo su libro de Herbologia.
La joven rubia se acerco silenciosamente por detrás del chico con la intención de asustarlo, se puso detrás del asiento individual donde se encontraba y se acerco a su oído despacio; El castaño estaba muy concentrado en su libro por lo que aprovecharía el momento para asustarlo claramente.
- ¿¡Esta interesante la lectura!? - Grito en su odio y seguido a eso el chico pego un salto y solto un grito muy poco masculino. - Vaya, que grito más varonil...~ - Bromeo.
- Carajo, Pands... ¡Casi me da algo! Idiota... - Decía de manera dramática mientras cerraba el libro y lo guardaba en su bolso. - Oh callate, esta te la devolveré. - Le advirtió mientras le apuntaba con el dedo.
- Vamos dramático, llegaremos tarde al desayuno...~ - Reía mientras caminaba hasta la salida de la sala común.
La rubia cruzo la sala común a zancadas con Lupin siguiéndola, juntos cruzaron la puerta y empezaron a bajar por la larga escalera de caracol. Un ambiente tranquilo y silencioso los rodeaba, la mayoría de los alumnos aun no habían salido de sus salas comunes para el desayuno por lo que tenian un camino tranquilo por delante; El castaño y la rubia caminaban uno al lado del otro mientras estaban metidos en sus propios pensamientos, Pandora pensaba en aquella euphorica noche que la esperaba y Spencer tenía la mente en blanco.
Los ojos de la chica tenian un brillo especial ese día, uno que demostraba verdadera emoción y felicidad por lo que iba a ocurrir; Esa noche iba a ser su noche, quizas incluso si las cosas iban bien se declararía, pero dudaba que tuviera la valentía para hacerlo. Pandora siempre fue así, en el aspecto romántico era muy insegura debido a que su personalidad era considerada como "extraña" por algunas personas y solían recalcarselo en su vida cotidiana, nunca les prestó atención pero siempre dudaba de que sería una "buena novia" o el tipo de alguien.
