Capítulo Dos

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Seís horas antes.

Desde luego el día iba ha llegar, Henna no lo esperaba con ansias ni mucho menos, pero si antes empieza, antes acaba.

Era la única forma relativamente consoladora que concebía para poder sobrellevar la situación. Henna sigue desconcertada desde esa primera toma de contacto. Por ese hombre. Ese tal Aday.

Y es que algo incierto tiene, desprende desconfianza, su sexto sentido se activó, y si bien cabe recordar Henna se basa mucho en su autodesarrollo de aquello que desconoce.

Estuvo durante los días anteriores recordando esa cara ligeramente alargada, de ojos marrones y con efecto nacarado en color miel,  aunque relativamente conocidos. Pero eso no obviaba que tenían un trasfondo que reflejaban astucia, aunque hoy por hoy no se atrevería ha decir maldad, ya que no ha tenido tiempo de cruzar las suficientes - dentro de sus intenciones - palabras como para poder estudiarlo de forma reiterada. Ese pelo rubio ceniza sedoso, hombros anchos aunque altura considerable y pecho fornido daban paso a una apariencia física de complejo atlético. 

Dos horas antes. 

Vio ligeramente como la puerta acristalada de su despacho se abría progresivamente por el rabillo del ojo, aunque hizo caso omiso ya que mentalmente hizo un mapa conceptual de las posibles personas que podrían ser.

Ochenta por ciento, Jace. Quince por ciento, Christopher. Cinco por ciento, Greace. - ¿Disculpe está libre señorita Miller? - El tipo de voz la desconcertó por completo. 

Levantó ligeramente la mirada y... Auch, justo en el orgullo.

No podía creerlo, sabía que hoy no era su día pero tampoco pensaba que podría ser de ese calibre.

¿Porqué? ¿Porqué a ella le tocaba estas cosas? Era Aday. Aday Smith.

- Eh, sí... adelante, dígame en que le puedo ayudar. - Dijo mientras acomodaba una serie de documentos en la esquina superior del escritorio.

Aday hizo esa mirada que la última vez Henna supo identificar, esa mirada narcisista donde cree que puede tener el poder absoluto.

- Venía a propon... - Suena el teléfono, era Jace. 

"Gracias a Dios, algo bien tenía que hacer." pensó para si misma. Y quizás estaba siendo un poco ruda con él, pero se lo merecía con creces.

- Discúlpeme señor Smith, debo atender una llamada si no le importa que conversemos en otro momento... -  Sin más asintió y dicho y hecho, salió de forma astuta de ese pedazo de problema. 

Y es que al final, a las tres se lo encontraría de nuevo. Pero tiempo evitado con ese ser, era tiempo ganado.

Tres de la tarde.

- Buenas tardes a todos, sin más vueltas comenzamos con la reunión. - Dijo Jace con una sonrisa de punta a punta.

- Lo estoy deseando. - Comentó Aday dándose a notar y posicionando su mirada levemente en Henna.

"Imbécil" pensó Henna. Algo escondía y ella estaba segura.

El transcurso de la reunión fue bastante calmado e progresivo, a pesar de que este hombre no hacía más que observarla, y eso la empezaba a molestar. Y es que, si hay algo que no consiente era sentirse coaccionada por otra persona. Aunque sin más decidió optar por mantenerse en su lugar.

- Dicho esto, deberíamos dejar redactado que ámbito tomará cada uno, para que todo sea más fácil de localizar. - Y es que Jace era bastante meticuloso y le gustaba mantener un orden. - Me gustaría proponer un cambio. - Tuvo que abrir la boca Aday. Hizo una breve pausa y prosiguió. - Y es que me gustaría tener como director de equipo, supervisando y corrigiendo a la señorita Henna Miller. - 

Henna alzó la vista cual presa para un águila. - ¿Disculpe? Yo solo me reúso a la adaptación de novela literaria a guion, lo siento, no poseo las aptitudes para ello, de todas formas le agradezco su oferta, es todo un honor que me haya propuesto para un cargo tan resultante. -

Después de ese breve momento de tensión en puro estado, pasaron alrededor de quince minutos más y la reunión concluyó. Henna tenía la sensación de que Aday se acercaría. 

Y así fue. 

Con los documentos en mano se dirigió hacía Henna antes de salir de la sala. - Una pena que no quieras trabajar codo con codo, Mili. - Henna quedó paralizada durante un par de segundos.

Henna rápidamente le cogió del brazo forzándole a detenerse. - ¿C-como me has llamado...?- Dijo desconcertada. - ¿Qué, ya se te ha olvidado de dónde vienes? Estamos en contacto, cuídate.- 

Aday dio un último vistazo, encontrándose con los ojos de Henna, llenos de incertidumbre. Y rápidamente se perdió entre la multitud de empleados, dejándola allí perpleja.

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⏰ Última actualización: Mar 14, 2023 ⏰

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