No lo podía creer, su equipo había perdido. Intento de todo para darle la vuelta al puntuador; protegió los huevos de su base, busco, y rompió algunos de la base enemiga, pero aun así habían sido derrotados.
"Tan solo 2 puntos"
Seguía mirando la tabla de puntos hundido en sus propios pensamientos. Se sentía devastado y decepcionado al no poder cumplir su venganza.
De repente escuchó una pequeña explosión. Su cabeza volteo lentamente y sus ojos observaron en cámara lenta como uno de sus compañeros explotaba gracias al chaleco que tenía puesto.
En su mente maldijo nuevamente a esos juegos mientras empezaba a correr buscando a cierto chico castaño con orejas de osito. Rubius había sido uno de los pocos participantes con el que pudo entablar cierto tipo de amistad. También lo había protegido durante "La noche".
De alguna manera le recordaba a Luzu, pero también tenía muy en claro las diferencias entre ellos. La razón por la cual no pudo responder a su coqueteo, en su corazón aún seguía grabado aquel castaño de ojos rojizos.
A unos pocos metros de la zona del equipo enemigo, Quackity encontró la cabeza de Rubius. A ese punto, todas las emociones que estuvo guardando se desbordaron. Le temía a la soledad e irónicamente siempre lo ha estado. Es por eso que entre lágrimas suplicaba que le dejarán morir a lado del oso y que no quería estar solo.
Los participantes a su alrededor miraban con lástima a aquel chico pelinegro que lloraba desconsoladamente mientras tenía pegada a su pecho la cabeza de su compañero.