When i lost you

we start again

𝐌𝐢𝐠𝐮𝐞𝐥 𝐂𝐚𝐳𝐚𝐫𝐞𝐳 𝐌𝐨𝐫𝐚

Ya había pasado un mes desde que Lía estaba internada, y fue el peor mes de mi vida, aunque ella ya había despertado, su salud era mala así que se tuvo que quedar en el hospital.

En 2 meses habían pasado muchas cosas, su pelo estaba más largo, sus labios se veían secos y sus ojos cansados.

Hoy era día de visita, así que prepare para llevar unos libros que ella ama, unas frutillas y también le voy a llevar una pulsera que le compré para compartir.

Mientras iba en el auto escuchaba su canción favorita, Another one bites the dust.

—You can cheat him, You can treat him bad and leave him when he's down—todavía no podía creer lo que ella hizo, tan feliz que se veía.
—Llegamos Miguel, mándale saludos de mi parte—dijo mi mamá y me paso las margaritas que le compré a Lía.
—Nos vemos ma—

Baje del auto y me dirigí al mostrador.

—Buenas—hable y la secretaria me miro.
—Hola Miguel, pasa, igual ya hay alguien con Lía—eso me sorprendió, con los chicos acordamos que yo vendría primero.

Mil cosas pasaban por mi cabeza, hasta que vi a Lisa.

—Hola Lisa—salude clamando, y las dos se giraron, se estaban riendo. Volví a escuchar después de 2 meses, la risa de mi novia.
—Bueno, los dejo, chau Lím—se despidió Lisa.
—Chau Lis, nos vemos.

Cuando Lisa se fue vi que Lía se volvió a apagar.

—Hola Lí, ¿cómo estas?—pregunte con una sonrisa.
—Bien, pero me hace falta algo—dijo acomodándose.
—Mira que ya te traje muchas cosas— ahí nos reímos los dos.
—Solo quiero un beso de mi lindo novio—y con una sonrisa me acerque y le di un beso, hace 2 meses que no la besaba y se sentía genial, extrañaba sus besos.

—Ahora si estoy mejor—me dio una sonrisa que me hizo sonrojar.
—AYY, TE SONROJASTE—Lía me agarro de la cara y me volvió a besar.
—Como extrañaba tus besos—le dije en un susurró, y nos abrazamos.

—Mira, te traje un par de libros, margaritas, frutillas y un regalo—ella solo me miraba.
—¿Ahora qué tengo?—pregunte acomodando mi pelo y mi ropa.
—Nada, solo veo a la mejor persona que conozco—y volví a ponerme rojo.
—¿Tu pasatiempo es hacerme sonrojar o que?— los dos reímos y después le di las margaritas, y la pulsera que le encantó.
—Ahora compartimos anillos y pulseras—acotó ella con felicidad.

Pasamos una mañana muy linda, nos reímos, y bueno, también comimos.

—Bueno Lí, me tengo que ir, nos vemos linda—le di un beso de despedida y me fui.
Cuando iba saliendo del hospital vi a Tomas, vi que llevaba unas rosas y chocolate.

Solo son amigos, tenes que confiar

Yo confiaba en Lía, pero yo no confiaba en el. Trate de ignorarlo y me fui al colegio. Trate de pensar en otra cosa, pero no podía.

—Señor Cazarez, ¿me podría decir la respuesta por favor?—mierda.
—Emmm—no sabia que decir—¿Cómo era la pregunta?—capaz que de casualidad sabia la respuesta.