4 - Camino Secreto Revelado

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Notas del cap:

¡Sorpresa! Traigo buenas noticias. No solo hay nuevo capítulo. Sino que por fin ¡Por fin tengo acabada esta historia! Ahora, lo único que me hace falta es corregir errores de ortografía y publicar ¬u¬ ho si, por fin, luego de años, por fin traigo un cierre a esta historia

No se preocupen, son un total de 6 capítulos para este fic, así que, falta este y otros dos caps mas para el final, de mientras

¡A leer! ¡Hurra!


4 - Camino Secreto Revelado

Han transcurrido ya meses desde mi último episodio psicótico donde, creyendo que mi padre, Nazi, tenía intenciones de atacar a México, acabe en un hospital, entre la muerte y la vida, tras haber sido salvado por México aquella noche —otra vez—

A lo largo de lo que representaron casi cinco meses, me vi obligado tanto por ONU como por la amabilidad del mexicano a tomar tratamiento con un psicólogo que, sesión tras sesión, intentando desenmarañar qué diablos era lo que había en mi interior, acaba bajo una conclusión por demás, sin sentido

"No había nada en mi cabeza" ¿Qué más podía ser si no era alguna clase de problema en mi cabeza? Me pregunte sin fin de ocasiones, viéndose hacia la nada, escuchando distante la discusión que tenían madre e hijo, yo solo me encontraba ahí, a su lado, en la cocina, bebiendo sin mucho interés un vaso de Jamaica mientras trataba de pensar en lo que habían dicho no hace mucho todos los exámenes hacia mi mente... estaba limpio, no habían monstruos, no habían razones para pensar que había algo malo en mi, todo era correcto, todo estaba bien. Hasta donde los estudios habían podido describir, estaba saludable como cualquier otro ser humano, pero entonces ¿Qué era ese monstruo de Nazi dentro de mi cabeza?

Algo que debía admitir es que, desde que me encontraba en los territorios de México, a su cuidado; las veces que me había visto atrapado por Nazi, habían casi desaparecido. A antes de estar aquí, tan lejos de mis tierras, Nazi solía asediar mi cabeza días enteros incluso, habiendo solo pocos días que me permitieran el poder tener un descanso correcto, no había momento, aun dormido, que no escuchara la voz de Nazi hablando en mi oído, susurrando palabras llenas de veneno, como si fuera alguna clase de esquizofrénico paranoide, tratando de convencerme de acabar con la vida del primer pobre diablo que pasaba a mi lado o siquiera frente de mi, intentar acabar con la vida, comenzar una guerra y acabar con lo que él no había acabado

Estaba arto, estaba cansado, estaba llegando a mis últimas consecuencias para no escucharlo y no obedecerlo. Que cuando creía que había conseguido deshacerme de él y llevarlo de vuelta al infierno —así debiera de ir yo también arrastrado— me encontré a mi mismo abriendo los ojos, confundido de ver a México aquella vez, abriendo bruscamente la puerta del baño y llevándome a una enfermería

Justo cuando estaba entrando en un punto donde prefería la muerte a seguir soportando a Nazi, donde podía ver claramente que la muerte seria lo único que me alejaría de ese monstruo y que, así mismo, evitaría que Nazi saliera para crear caos y destrucción de nuevo en el mundo. Aparece ese mexicano, salvando mi vida contra mi voluntad

Ahora, mientras lo observo, a mi lado, hablando seriamente con su madre, me hago la pregunta ¿Por qué me salvo aquel día? ¿Por qué insistió tanto, después de eso? Aquí sigue, a casi un año o más, desde aquel acontecimiento, resguardándome del mundo allá afuera, protegiéndome de mis pesadillas, quedándose a mi lado pese a mis eternas luchas por alejarlo, suspirando con fastidio tras no conseguir lo que busca, pero al verme, sonreírme con amabilidad, con un tipo de fortaleza que tal vez yo no poseo y no puedo comprender en su persona

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