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El resto del fin de semana, Jungkook y Namjoon no han conversado en absoluto. Dándole a Namjoon mucho tiempo para pensar y también hacer su regalo para su monito. Mientras que Jungkook lo tenía más difícil. Estaba haciendo todo lo posible por no levantar su teléfono y llamar a Namjoon, o conducir hasta la casa de él para hacer lo que debería haber hecho el día que ocurrió el incidente.

"¿Pero por qué no pudo, sin embargo?" Por si te preguntás, la respuesta es decepcionante. Es simple; tiene miedo.

Es un cobarde, un marica y una gallina.

Taehyung tampoco fue de mucha ayuda. El mejor amigo de Jungkook estaba tan estupefacto como él. El consejo de Taehyung apestaba tanto que no quiso seguir escuchando.

—¿Por qué no poedés ir a su casa y confesarte? ¡Sos Jeon Jungkook! ¡Sos guapo y rico como la mierda! Podés comprarle todo lo que quiera. Si todavía no le gustas podés contratar a alguien y amenazarlo —recordó a Jungkook.

Llegó el lunes, y las cosas no eran exactamente lo que ambos esperaban. Se volvió todo incómodo. Bueno, siempre fueron estuvo incómodo todo desde tiempos inmemoriales. Pero es un poco incómodo hasta el punto de que ni siquiera podían mirarse a la cara. Fue triste, de verdad. Era como si hubieran vuelto al punto de partida otra vez.

Martes. Todavía no hablaban, pero Namjoon se dio cuenta de lo infantil que estaba actuando. Así que hizo el primer movimiento. Saludó a Jungkook e incluso le sonrió. Jungkook fue tomado por sorpresa porque pensó que él sería quien tomaría la iniciativa. Y así, casi volvieron a la normalidad. Luego llegó la noche, donde se enviaron mensajes de texto sobre lo que sucedió en la escuela y otras cosas.

Miércoles a jueves consistía en saludarse en los pasillos y luego hablar entre ellos a través de mensajes de texto cuando caía la noche. A pesar de que eran amigos, salían con casi las mismas personas y su amistad no marcaba una gran diferencia en su rutina diaria.

Sin embargo, ninguno de los dos se atrevió a hablar sobre el momento en que Jungkook se inclinó y Namjoon cerró los ojos en el auto. Ambos concluyeron en cada uno de los suyos enterrar el recuerdo en aras de su incipiente amistad.

El regalo de Namjoon fue un poco difícil de hacer. Pero hizo todo lo posible para lograrlo... por supuesto, esta vez con la ayuda de su madre. Mientras hacían el regalo de Namjoon para su monito, su mamá lo molestó sobre lo que pasó entre él y Jungkook en la playa. Luego lo regañó por ser vago al dar detalles cuando le contó cosas que quería recordar.

—¿Por qué elegiste hacer este tipo de regalo, Joonie? Esto es realmente difícil. —su mamá se quejó.

—¡Porque creo que es creativo! —Namjoon respondió.

—Creo que es un dolor en el culo.—se quejó—¿Qué regalo recibiste la semana pasada de todos modos? —preguntó la Sra. Kim mientras dejaba caer colorante alimentario en la arena, que también salpicó su camisa, haciéndola sisear de molestia.

—¿Mmm? —Namjoon tarareó.

—¿Qué te dieron? —la Sra. Kim reformuló.

Namjoon dejó de cepillar las almejas marinas para pensar si debería contarle a su madre lo que recibió o no. Lo último es más ideal... pero los secretos no están realmente permitidos en la casa de Kim (aunque lo que pasa con Jungkook en especial, es una excepción).

—Una tanga Gucci con estampado de leopardo... —Namjoon murmuró tímidamente.

—Oh. —entonces su mamá procedió a hacer su trabajo; pensando que el tema de la semana pasada probablemente era sobre decorar ropa interior, trató de explicar Namjoon para justificar del por qué le dieron un calzoncillo.

Monito |kookNam!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora