Carta a mi hermano

16 de noviembre de 2022

Querido hermano:

Esperé nuevamente tu visita, y no llegaste. Esperé un llamado o una nota en el buzón, y nada. Se fue otro cumpleaños sin saber de ti. Esperé salir contigo y comer algo rico, o ver una película en cartelera. Da igual el lugar. Anhelaba que entraras por la puerta, y me despertaras del sueño. Es tan incierto el tiempo para saber cuándo te veré.

De todas maneras, quiero que sepas que hoy comencé el día yendo al cine, y traté de imaginarte a mi lado en todo momento. Al terminar la peli, salí a una tienda no muy lejos de allí, y compré unos vestidos primaverales que me encantará usar cuando paseemos por el parque. De camino, y por casualidad, escuché una canción que, imagino, podría gustarte. También compré flores de colores brillantes para celebrar.

Ya al atardecer, te visité en tu fría morada. Fue duro volver a la realidad y saber que entre nosotros jamás habrá cine, ni canción, ni paseo en el parque. Solo habrá flores. Flores de primavera para una primavera que no pudiste disfrutar.

Te extraño, mi querido hermano. Ni mil primaveras me harán olvidarte. Espera por mí, que un día llegará nuestra primavera eterna, aquella que tú ya estás disfrutando.

Mientras el tiempo avanza, las flores serán mi consuelo. Mi manera de recordarte y sentirte vivo en mi corazón.

Es tan extraño, pero, a veces pareciera que los recuerdos que nunca tuvimos dolieran más que tu propia ausencia. Extraño una cena que jamás tuvimos, un viaje a la playa que jamás pasó. Extraño recuerdos que mi mente quiso tener contigo. ¡Oh, mi pequeño hermano! Eras tan sólo un pequeño cuando partiste.

Dios nos permita vivir en el infinito lo que no vivimos y aún más, y aunque tu estadía fue corta en la tierra, es ahora eterna en los Cielos. Ya morirá el tiempo para reencontrarme contigo.

Siempre afecta a ti,
tu querida hermana