Ella solo quería un trabajo normal en el que no se juntarán dos cosas:
Amor y trabajo.
Pero todo se complica cuando le proponen irse a Italia para ser la nueva periodista de la F1.
Mientras hace su trabajo, las dudas aparecen cada día.
—–No me importa que me hayas despertado, ¿ya estas mejor?
—–Si, eso creo, mañana te llamo, felicidades por el cuarto puesto.
—–Gracias amor, e intenta dormir si no puedes llamame.
—–Buenas noches grandullón.
—–Buenas noches amore.
Intente volver a dormirme, pero no logre nada así que me puse a ver la televisión. No quiero despertar a Carlos por mi culpa.
Cuando dieron las doce decidí irme a comprar, no había dormido en toda la noche y tenia unas ojeras que ni te lo imaginas.
Empecé a coger cualquier antojo que tuviera, si, estoy con la regla. Ayer por la noche mientras estaba viendo películas empecé a vomitar y me vino la regla, la mejor noche de mi vida.
Mientras estaba en la cola del súper mi móvil volvió a sonar y por lo que suponía era Carlos quien estaría comiendo ahora.
—–Hola grandullón—– Hable poniendo la comida en la tabla.
—–Hola amore—– Escucharle hablar italiano lo era todo para mí.—–¿Conseguiste dormir?
—–No, estuve mirando películas—– No le iba a decir que me vino la regla, un poquito de privacidad por favor.
—–Haberme llamado, sabes que a mi no me importa pasar la noche hablando contigo—– Hablo mientras cogía algo con el tenedor, se escuchaba todo.