Una persona amable no es lo mismo que una persona enamorada, cuando era niño, mi padre solía explicarnos el concepto de la monogamia, el concepto humano que utilizaban para referirse a lo que el clan en general llamaba "Unión sagrada de por vida, ante los ojos y la bendición de Eywa" mi madre siempre apaleaba que ese era un término estúpido para tan grande bendición de nuestra gran madre.
Por eso nuestras costumbres humanas no eran bien aceptadas entre los Metkaina, los únicos que tenían un manejo intachable del idioma humano eran mi Padre, y mis dos hermanos menores, Kiri y Lo'ak, llegando casi a tener el acento nativo, producto de su interacción constante con Spider, y con los humanos en la civilización de las montañas aleluya. Mi madre lo entendía y lo hablaba bien, pero no más de lo que ella consideraba necesario. Yo al contrario solo podía entenderlo y articular unas cuantas frases muy básicas como "Buenos días, tardes o noches" "¿Cómo estás?" o "¿Cuál es tu edad?"
Había visto al primogénito de Tonowari realizar actividades de manera eficaz y rápida, siempre al pendiente de su pueblo. Las noches en el mar son mayormente calurosas. Y aunque sean un pueblo muy productivo, son rigurosos con sus horarios. Nunca había visto a ningún Metkaina salir fuera del horario establecido. La noche era tranquila, como todas las demás, sin ruido, mis padres y mis hermanas hace mucho que dormían. Lo'ak suele ser el primero en quedarse dormido, pero esa noche no, entonces, un sonido agudo, como un chillido, se escuchó tres veces, mi hermano se levantó de la cama, y de un brinco llego a mi lado.
- ¿Neteyam?
- ¿Qué?
- Vamos, no hagas ruido – salió de nuestra capsula son agilidad, y con muchísimo sigilo salí yo también.
Cuando estaba a punto de interrogar, Divise entre la oscuridad a Tsireya quien me sonrió con amabilidad, y corrió por la playa, con elegancia y fluidez. Mi hermano fue el primero en seguirle y después yo.
Lejos de los Amuráis, detrás de unas peñas con los que parecían cristales incrustados, los sonidos de unos tambores, y diversas melodías de flautas se mezclaban en armonía, y un ritmo rápido. El fuego iluminaba el lugar, y los diversos adolecentes reían y jugaban entre sí. Había comida, y bebidas en diferentes jarros. Todas ellas con aromas diferentes, que iban desde lo más dulce, hasta los más ácidos y fuerte. Lo'ak me susurro en ingles lo que yo logre identificar como "Disfruta la fiesta de la media noche" antes de desaparecer con Tsireya. Ninguno me miro con desprecio o algo parecido, todos eran menores de 18 o 19 años, y los más chicos parecían tener 13 o 14. Su hermano de Tsireya estaba riendo con sus amigos, Aonung tenía una pulsera en su muñeca izquierda hecha de corales. Y una sonrisa genuina, no burlona o egocéntrica, todos disfrutaban de la fiesta.
EL ritmo cambio a uno mucha más rápido y consecutivo, y los gritos de euforia resonaban. Todos se concentraron en dos círculos de tamaño medio. Dando tres pasos seguidos hacia la derecha, y girando. Hacían lo mismo hacia la izquierda, hasta que el ritmo cambio, y los tambores sonaban más lento, y las flautas hacían un sonido más agudo. Los dos círculos se convirtieron en uno, y formaron parejas, entrelazaron sus manos, dando vueltas. Y cuando expandieron más su círculo, se soltaron y cambiaron de parejas, haciendo una especie de cadena, tomándose de los brazos, e impulsándose hasta llegar a la siguiente pareja. Cada diez parejas que cambiaban, se entrelazaban sus brazos de nuevo, giraban y volvían a comenzar. Dando pequeñas vueltas completas antes de llegar a la siguiente pareja, con gritos que asemejaban a chillidos. Y sonidos guturales igualmente chillones que parecían salir desde sus gargantas sin necesidad de abrir la boca. Cuando dejaron un circulo pequeño en el centro, y aplaudieron, se tomaron de las manos, apoyando el talón del pie, y luego cruzando para apoyar la punta, avanzaron diez pasos hacia la derecha, hicieron lo mismo intercalando los lados, con los mismos pasos, hasta que el sonido termino. Todos volvieron a dispersarse, y solo unos cuantos se quedaron el centro zapateando suavemente.
- ¿Neteyam? – grito Aonung desde el otro lado, y corrió hasta llegar a mí – No sabía que vendrías, perdón por no invitarte, pensé que no te gustaría.
- ¿Qué haces tú aquí? – Aonung debía tener 13 años a lo mucho, ¿No era demasiado chico para venir? - ¿Tus padres saben que estas aquí?
- Claro que no, es una celebración clandestina Neteyam – contesto con obviedad – ninguno de los padres de los que están aquí, tu incluido – señalo con tono burlón - saben de esta fiesta...
- ¿Viniste con tu hermana? Ella nos trajo – asintió cortando un trozo de pescado, y llevándoselo a la boca. - ¿A qué hora acabara esto?
Me miro incrédulo, como si hubiera dicho la cosa más extraña que haya escuchado en su vida. Se rio de mí, y tomo algo que parecía ser un jugo color rosa.
- ¡Acaba de empezar! – sonrió brillante - ¿Y ya te quieres marchar? No, Neteyam. Eso es de mala educación, no seas grosero.
Abrí la boca con indignación. Pero el niño corto un trozo de su comida, y lo metió a mi boca, tenía un sabor ácido y salado, Tenía una consistencia suave, estaba demasiado rico.
- ¿Quieres comer algo? – pregunto con efusividad – Tienes cara de hambriento, apuesto a que no cenaste.
- Claro que cene – replique con indignación. Tiro de mi muñeca, hasta una mesa larga que parecía ser improvisada.
- Tsireya está aquí, entonces mis padres no se molestarán conmigo, si no con ella. - Explico con calma, pasándome el troco de un pez grande – La hermana de Rotxo, Tsilai'ny, cocino esto. Pruébalo.
- Esta muy bueno – alague.
- Lo sé – me sonrió – Tsilai'ny es de mi edad ella y Lyal'iyn, Rotxo es casi un año menor.
- ¿Cuántos años tienes? – Bebí de una hoja con un líquido verde dulce.
- Ayer cumplí 14 – menciono con desinterés - ¿Por qué?
- No escuche sobre algún festejo e tu honor...
- Oh, eso – me sirvió un poco más de otro pescado – no hubo celebración alguna.
- ¿Por qué?
- Preguntas mucho Arbolito – me sirvió un líquido carmesí con un fuerte olor, que identifique como alcohol.
- No tomare esto – le dije con dureza – y tú tampoco deberías tomarlo, regrésalo.
- Es una bebida muy rica como para desperdiciarle Neteyam.
- Es muy tarde, vámonos.
- Baila conmigo. – Sus ojos brillaron de alegría – Baila conmigo y después nos iremos, te lo prometo – estaba negociando, o me estaba chantajeando.
- No se bailar.
- Si, si sabes, vamos.
Tomo mi mano, y me llevo al centro, era una canción lenta, zapateo suavemente, y giro hacia la izquierda, subió y bajo sus manos, agitándolas. No entendía sus bailes, nunca fui bueno para bailar. Intente seguirle el paso, sin mucho éxito realmente.
- ¡Ay! ¡Me has pisado, Neteyam! – chillo haciendo una mueca de dolor.
- Te lo dije, no se bailar – me reí de su rostro, era divertido.
- Vamos, vamos, mis pies son preciosos como para que los pises.
No debe faltar mucho para que amanezca, de eso estoy seguro. No es raro que Lo'ak este despierto desde muchísimo antes que todos, no habrá problema si no lo encuentran cuando despierten mis padres y mis hermanas. Me separe de Aonung en silencio, él ni siquiera pareció notarlo. En la mañana sentía mi cuerpo vibrante, no vi a aquel niño en todo el dia, ni en toda la semana, no importa mucho, Aonung es una persona amable solo cuando quiere.
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Txoa
FanfictionFue entonces cuando quise ver hasta donde llegaban esas pequeñas constelaciones de su cintura. Pero con tan poco tiempo. solo podíamos aspirar a volver sanos y a salvo. Perdón por no volver a casa. Perdón por no cumplir mi promesa. Perdón por dejart...