Dame una razón...

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Estaba perplejo ante lo que veía, era Wil ¿pero como? de verdad que no tenía idea de nada, estaba destrozado, enojado, contento, enamorado, pero era una marea de sentimientos que no podía entender con detalle, llevaba aquel odioso abrigo café y camisa de cuello color mostaza tan hermosos que le daban un toque, en su muñeca llevaba un brazalete del ying y el yang, el de color blanco con un punto negro.

Y ese estupido cabello que le iba tan bien, ondulado de una forma tan tierna y linda, no creía lo que veía, tanto tiempo me quedé sin saber que había pasado minutos mirándolo fijamente y pensando todo aquello, me tenía mal aquel hombre, tanto que hacía que me alejara de lo real y de lo que no, era mágico.

Adivino...¿quieres una explicación?

Si, quiero saber cómo sigues aquí y también ¿porque estás aquí conmigo aún?

Porque te amo pequeño patito, te amo tanto que hice lo posible para huir de la muerte y venir hacia acá por ti, te amo tanto como a nuestro jardín de girasoles...

Ya no supe que decir, Tom su mano y la cubrí con la mía, era cálida aún, mantenía mi mirada apegada ala suya, era sumamente hermoso y más de cerca, era como ver la luz de un lugar mejor, mi lugar seguro.

Tanto me había perdido en sus ojos que inconcientemente sonríe con dulzura y el hizo lo mismo mientras acariciaba mi cabello, sin darme cuenta ahora estaba más cerca y beso mi frente cantando levemente aquella canción que tanto me había confundido, era simplemente sublime el solo escucharlo, era un ángel, mi ángel y amado Wil.

¿Tanto te gustó? Dios mío cariño, si sigues mirándome así me pondrás nervioso...

Eh? oh perdoname, no quería hacer eso, solo que eres...

¿Tuyo? sip, si lo soy cielo, tanto que importan las personas que vengan mis ojos estarán siempre sobre ti...

Dame una razón...


¿Una razón para explicarte lo que siento por ti?

Si, porque siempre hay una razón para algo Wil.

¿Y que pasaría si todo pasa porque si?

Siempre hay una razón para algo, incluso para lo más mínimo, nada es porque si.

¿Y que pasaría si lo fuera?

Me quedé callado, no sabía responder a algo así, el siempre fue alguien así, dejaba que las cosas pasarán y su no pasaban simplemente eso, no pasaba y eso era todo, el dejaba que las cosas fluyeran cómo debían de ser.

Mientras yo muchas veces las force para hacer o lograr algo, no tenía paciencia, aún así el hizo que cambiará aquel pequeño manera de hacer las cosas, me volví más paciente y hasta alguien que siempre decía "Lo que caiga" en sinónimo a lo que el decía
"Que pase lo que tenga que pasar"
Era su frase y yo solo la adapte para mí y poder darme ese toque y no forzar nada.

En lo que menos pensamos ya estábamos fuera del hospital, era extraño tenerlo de nuevo conmigo, pero tampoco me iba a quejar, sin dame cuenta tomó mi mano y comenzó a caminar hacia un árbol y una banca, al llegar me subió al banco y comenzó a danzar conmigo, la lluvia caía pero no me importaba, yo suspiro y el me tomo, el universo conspiró para abrazarnos, dos conocidos bailando bajo la luna, haciendose amantes al compas, una extraña melodía que algunos llamas destino y nosotros preferimos decir casualidad, entonces se acercó a mi oido y pregunto suavemente.

Girasol mío ¿dónde estabas durante todo el tiempo que yo te busque?

Entonces lo mire y solo sonríe para también responder

Estaba demasiado ocupado, pero siendote sincero ahora no entiendo en qué...

La noche se hizo día pero no se fue la luna, se quedó apoyándolos con los brillos del sol y cuando llegue de nuevo la noche sellaran su amor como una tradición, un baile, dulces palabras y solo ellos dos, no había nadie más y bailaban sin que les importe nada que pase alrededor, la gente que les mira va creyendo en el amor...

Cada noche esos dos, como amantes al compás, bailando sin ensayar, sin decir nada, solo dejándose llevar por el otro, tomándose de la mano como nunca nadie podría hacerlo, era sincero, era honesto, era puro, era perfecto...mirando las estrellas mientras se cubrían con un suéter hablando de todo tipo de temas, aquellos dos habían vuelto para amarse mutuamente, la vida les sonreía poco a poco, bellos momentos estaban pasando y nadie se los iba a quitar, porque eran el ying y el yang.

Sentían frío, pero no tanto para irse de las manos del otro, dandose calor entre ellos, nadie sabía desde qué hora estaban en ese lugar, solo sabían que no se iban hasta que amanecía, pero no todo en la vida dura por siempre...

Lo que pudo haber sido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora