Hierbas y Canela

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"Un encuentro. Dos caminos que se cruzan. Entrelazándose en una relación predestinada. Mostrando innumerables secretos, acumulando incontables recuerdos. Unido a este vínculo, se realiza un descubrimiento" — Yuuko Ichihara

DISCULPEN LAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA.

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A: ¿Porque nadie lee mis ship?

Also me: Aquí va un DracoxSakura, lo normal...

Hierbas y canela

Para Draco, el verano de su décimo sexto cumpleaños era igual de oscuro que el clima que se alzaba sobre su cabeza en ese momento, oscuro, frio a pesar de ser verano, lluvioso, eso era lo que tenía frente a él

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Para Draco, el verano de su décimo sexto cumpleaños era igual de oscuro que el clima que se alzaba sobre su cabeza en ese momento, oscuro, frio a pesar de ser verano, lluvioso, eso era lo que tenía frente a él.

Sentía el cuello adolorido y con varios nudos.

A pesar de que se jactaba un poco de que ahora el señor tenebroso le había dado una misión importante, sentía la presión sobre su persona y el palpitar en su cabeza era fastidioso e innegable.

Obviamente, Draco nunca dijo nada de esos malestares por miedo a que pensaran menos de él, pero más que nada era el miedo que le provocaba las consecuencias que su familia sufriría a causa de su ineptitud, suficiente tuvo con que su padre fuera llevado a Azkaban por culpa de Potter.

Realmente lo único que quería era estar en paz, sin ninguna presión encima, sin pensar que su familia fuera a ser eliminada.

Draco ideo un plan que sabía que le funcionaría, por lo que en uno de sus viajes con su madre al callejón Diagon para comprar nuevas túnicas aprovecho para confrontar y amenazar a Borgin obteniendo la información que necesitaba.

Con una parte de su plan ya hecho, salió de la pocilga para reencontrarse con su madre, ido en sus propios pensamientos no se dio cuenta de su alrededor si no fue hasta que choco con alguien.

Pergaminos, libros y papeles se esparcieron a su alrededor, levanto la vista después de ese desastre y vio que la persona que había ocasionado el accidente vestía una túnica dorada que cubría desde su cabeza hasta sus pies.

Disculpa—La voz suave de una mujer llego a sus oídos y antes de que pudiera recriminarle su falta, una fuerte fragancia de olor a distintas hierbas inundo sus fosas nasales, era un olor que no era molesto, es más... Este le agrado sobremanera ese olor.

¿Eres ciega?—Pregunto con un tono bajo, bastante molesto, era increíble su hipocresía por el hecho de que la persona que iba distraída era él.

En verdad discúlpame—Una voz bastante nerviosa salió de la mujer mientras hacia una pequeña reverencia, las únicas veces que había visto eso era por parte de los asiáticos y entonces entendía el porqué de la capa con ciertos detalles—No te lastime, ¿verdad? Y tú ropa...—Pero la oración de la chica no termino, pues ya había notado que su ropa era completamente negra.

Con aroma a téDonde viven las historias. Descúbrelo ahora