clases de japones

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Pasaron días y nuestros encuentros cada ves fueron más recurrentes, aunque también en parte por que yo quería verte, te buscaba de forma inconsciente por las calles cuando salia a explorar el territorio, queria ver esos ojos tal cual joyas, ecuchar esa voz tan tranquila y llena de sabiduría, y ver especialmente esos labios que eran muy venenosos cuando se requerían.

El día que por pura estupidez te pregunte si dabas algunas clases de japonés, tu te reíste un poco, por raro que suene no pude enojarme por esa risa dirigida hacia mi persona, solo pude pensar "su risa es tan suave como el sonido de las olas del mar por las noches, en una luna que está en su punto más alto".

Me respondiste que no, no dabas clases pero con gusto me enseñarías más cosas básicas sobre el idioma japonés de Yakohama.

Aunque yo ya sabía el idioma perfectamente, decidí mentir para poder escuchar más tiempo tu vos dando explicaciones obvias para mi.

Coincidimos en una biblioteca poco habitada y algo vieja pero llena de libros de diferentes tipos de lecturas, un lugar que en secreto se reunían un montón de personas horribles por las noches.

Tu forma de explicar era bastante simple y ordenada, incluso de ves en cuando de tus labios salían frases que cuestionaban a las personas, nuestras razones de vivir o sobre el cuerpo humano.

-Elise, deja a ese pobre hombre- la mención de esa niña me sacaban de mis nubes y me devolvía a la realidad.

Elise esto, elise aquello, elise no, elise cuidado...elise, elise, elise.

Queria contarle el cuello a esa niña y ver su sangre salpicada por todos lados y su cabeza rodar por el suelo hasta ser levantada por el propietario de las mayorías de mis pensamientos.

No sabía si esa niña era tu hija, tu nieta o una conocida, solo sabía que le tenias mucho aprecio por que nunca te quejabas de la forma en que te trataba.

Me enferma aún verla.

-Deberíamos practicar la pronunciacion?- tu pregunta esfumó casi al instante mis deseos de matar a esa niña.

Eras un peligro, eres un peligro, tanto para mi cabeza como mi cuerpo y deseos.

-Me encantaría- respondi sonriendo sin quitar mi vista de tus labios colores rosa pálido, aunque para muchos seguramente sea un color simple y sin emoción, para mí es algo magnífico y especialmente cuando en un futuro estarán tan rojos cual carmín.

Pasaron las horas y nosotros cada ves estábamos más cerca por mis pedidos, "disculpa, mis oídos últimamente están algo mal, puedes repetirlo?" Cada ves que decia eso tu te acercabas y levemente te inclinabas hacia mi para repetir las mismas palabras que yo anteriormente había escuchado con claridad.

Esa rutina continuo por mas tiempo y días, incluso solo por ti me compre una casa, así pude invitarte para que me dieras "clases" de japonés, que más que nada eras tú leyendo y yo fingiendo demencia.

Aunque, también te invitaba para charlar y pasar tiempo junto a ti, tenerte enfrente me hacia imaginar un sin fin de escenarios donde tu estas lleno de sangre y gritando de dolor mientras derramas lágrimas que me causaban exitacion.

Mas de una ves tuve que clavarme las uñas para evitar tirarme encima de ti y morderte hasta sangrar.

Por que no lo hice cuando claramente soy el más fuerte de los dos?

Por que también quería no solo tenerte para esos tipos de deseos, sino también para hablarte, verte, sentir tus ojos brillantes hacia mi, escuchar palabras relajante saliendo de tu boca hacia mi.

Me gustas y me enfermas a la vez.

Me gustas tanto que por ti dejaría todo y te daría todo lo que pudiese con tal de tenerte a mi lado.

Me enfermas tanto que quiero hacerte gritar de placer y de dolor, ver tus ojos llenos de lagrimas y labios rojos cual manzana por el exterior.

Mierda, mierda, MIERDA.






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⏰ Última actualización: Mar 13, 2023 ⏰

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