Como cada tarde con un buen café y su asiento preferido pensaba en otra historia que tenía preparada para el libro.
Pero la realidad es que ese día el libro se rompió y cada una de sus páginas cayeron a un barro húmedo y espeso que rápidamente se secó.
No había páginas pero si ganas.
No tardo entonces dejarse querer por papel de regalos, folletos, periódicos, revistas, cartas, servilletas de bares y de hojas prestadas.
Tenía tantos colores y formas.
Paso mucho tiempo en una estantería viendo a la gente yendo y viniendo sin ton, ni son. Aprendiendo y dejándose escribir y pintar.
Pero la magia existe y aunque el lomo seguía desgastado y las letras no se veían bien alguien se dio cuenta que las portadas no lo son todo y que en las buenas historias hay más de un protagonista.
Se cerró un capítulo duro y doloroso que no se volverá a leer y dió gracias porque no saliera una mala película con protagonistas nada creíbles, secundarios aburridos y escasas escenas de cama.
Ahora cada noche el libro se lee y está en la mesilla de la cama cerca de sus sueños.
Descansado.
En las tardes de invierno acaba bebiendo todas y cada una de sus páginas, tachones, pinturas y destacados en el índice.
Nadie disfruto tanto de ese libro de aventuras como lo hacía él, leyendo y releyendo sin cansarse porque sabía que podía aprender algo nuevo, y por qué él podía añadir sus post It azules con anécdotas y añadidos.
Casi sin darse cuenta todo el libro acabo siendo páginas azules.
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Say you'll Remember me
Poetry¿Qué pasa si te rompen el corazón y te lo curan de nuevo? Aquí mis pensamientos en mini poemas - historias que cuentan está trayectoria.
