LOS SOLON PAGAN LA AMABILIDAD CON ORO Y LA OFENSA CON LA MUERTE.
•Los personajes no me pertenecen, tampoco las imágenes, créditos a su respectivo autor.
Habían pasado algunos días ya desde que Perion tuvo ese sueño y no quería romperse la cabeza buscando alguna respuesta. No tenía tiempo para pensar en eso, no ahora que se encontraba esperando a que El Rey del Imperio lo recibiera.
―Por favor... comportese su eminencia.
―Espérame afuera― Su sirviente suspiro y salió de allí.
―¡Perion! Quiero decir, su Eminencia.
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―Eros―Además de poder descifrar oraculos. Perion había nacido con una habilidad única, podía ver el aura de la gente, no sabia si eran buenos o malos. Pero gracias a Eros, sabía cómo se veía una persona corrompida por el poder―Creí que me recibiría tu padre.
―Si, bueno, él está enfermo... por suerte tiene un buen hijo―Decía refiriéndose a él mismo.
Pasos comenzaron a escucharse en el lugar, ambos voltearon a ver a la recién llegada.
―Psique, llegas en un muy buen momento, preséntate ante el cardenal.
―Oh..― Psique estaba distraída y el color de su rostro era pálido.
―Su eminencia―Hizo una reverencia y lo miró―Es un gusto poder conocerlo.
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―No es necesario reverenciarse― Perion se sonrojo un poco, el aura de Psique era cálido y armonioso, ella parecía completamente pura, era una dama elegante y hermosa.
Eros se percató del rostro sonrojado del Cardenal, era evidente que quedó hechizado ante la belleza de su cónyuge―Su eminencia, creo que, olvidé algo muy importante― Rio ―Está señorita que ve aquí...
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